sábado, 27 de julio de 2013

El Incrédulo Por Alberto Espinosa Orozco

El Incrédulo
Por Alberto Espinosa Orozco 



No podía creer que el espíritu lo hubiera abandonado, menos aún cuando se percató, atónito, por un prurito en la piel que se volvía carbonosa, que empezaba a arder entre las pepetuas llamas de la noche.



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