miércoles, 20 de junio de 2018

Juana Belén Gutiérrez de Mendoza: Mujer Revolucionaria Por el Lic. Héctor Palencia Alonso


Juana Belén Gutiérrez de Mendoza: Mujer Revolucionaria
Por el Lic. Héctor Palencia Alonso


            Gracias a la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ángeles Mendieta Alatorre, se logró rescatar para Durango la memoria gloriosa físicos de la heroína Juana Belén Gutiérrez de Mendoza. La investigadora citada, escribió en 1958 que Juana Belén Gutiérrez de Mendoza formó, entre los precursores de la Revolución Mexicana, que lucharon no por intereses personales, sino por un cambio real de las cosas, esto es, conseguir entre los mexicanos un reparto más equitativo de los bienes terrenales.
            Tengo para mí que Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, por su conciencia histórica y el ejercicio de la libertad de la palabra escrita, y Pancho Villa, por sus triunfos decisivos en las más cruentas batallas, son figuras de primera magnitud en la historia de la Revolución Mexicana, y con cuyas actuaciones se engrandece la historia general de la nación. Y ambos son durangueños, nacidos en San Juan del Río, y surgidos a la vida pública desde el medio rural. 
            Pero mientras Pancho Villa goza ya de reconocimiento nacional, la talentosa artista e intelectual revolucionaria Gutiérrez de Mendoza todavía no es muy conocida, ni siquiera por los propios durangueños. Mucho menos se conoce su quehacer. Eso que desde el pasado diecinueve de noviembre de 1991, sus restos mortales se encuentran en la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango, bajo el cielo azul de esta tierra que tanto amó.
                        Cabe reflexionar que poco sirve el homenaje de reinhumación de los restos de grandes duran la Rotonda, si no se recuerda a las nuevas generaciones, de esta nuestra santa tierra, el ejemplo de sus vidas y de sus obras. Porque la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango debe tener un sentido educativo, orientador. No debe quedar en intrascendente colección de reliquias inadvertidas. Es necesario hacer  dela Rotonda un templo de la historia viva, que contribuya al más  válido afán educativo, de hacer sentir a los niños y jóvenes, toda la dignidad y responsabilidad que significa llamarse durangueño, y mexicano. Que las cenizas que fecundan nuestra historia, nos hagan asumir el pasado, pero sin excluir un proyecto de convivencia para el futuro.
            Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, antes de convertirse en activa Revolucionaria, fue poeta. Sus versos eran de naturaleza romántica, como todos los poetas de Durango del Durango finisecular. He aquí el soneto “De Flores Marchitas” que escribió Juana Belén a propósito de un amor de juventud, doloroso amor, como todos los amores románticos:

Hay decepciones que el tiempo borra,
como hay palabras que el tiempo lleva,
como hay heridas que duelen mucho
y con el tiempo nomás se cierran.

Algo como esto sentí en el alma
En una hora, ¡hora siniestra!,
Cuando en tus labios sonó una frase,
¡frase terrible?, ¿no la recuerdas?

Va a mi lado y aquí en mi oído
La oirás que triste resuena
Que hay decepciones que el tiempo aviva.

Como hay palabras que el tiempo deja,
Como hay heridas que duelen mucho
¡que duelen mucho y no se cierran!

            Don Porfirio Días, que había sido héroe nacional por sus méritos en la guerra contra el ejército francés cuando éste invadió la República Mexicana, se había convertido en dictador, apoyado por un grupo de amigos conocido como “Los Científicos”. Este grupo de hombres relevantes, constituido en torno a los grandes negocios de la época, había hecho de la economía política la principal norma de gobierno. En nombre del progreso se despojó al país de su petróleo y a los nacionales de sus tierras.
            Juana Belén Gutiérrez de Mendoza dejó de escribir versos apacibles, y salió de Durango para incorporarse a la lucha contra la dictadura. Estuvo al lado de los ideólogos precursores de la Revolución, Ricardo y Enrique Flores Magón. Once veces estuvo en prisión, y nunca el encierro disminuyó la fuerza de su convicción política. Pero hoy quiero recordar a la heroína como poeta.
            En momentos de nostalgia expresó en versos emotivos la evocación de la ciudad de Durango que llevaba en el corazón. Poco después de su partida a la lucha revolucionaria, escribió su poesía  “A Durango”, de la que reproduzco algunos versos:

Permite que te salude
Magna hermosa de mis sueños
Y que tu nombre recoja
En la rima de mis versos;

De los tristes versos míos
Sin medida y sin arpegios
Porque no tienen la dicha
De nacer bajo tu cielo,

De tu cielo venturoso
Con azul de terciopelo
Con fulgores de diamante
Y con celajes de ensueño.

            Tocó a una mujer con la dignidad de poeta, como tocó también al poeta Antonio Gaxiola, sentir las inconsecuencias de “Los Científicos”, que hablaban de “progreso”, y éste sólo consistía en grandes negocios para los ricos y en la constante degradación física y moral de los desposeídos. Por eso, Juana Belén decidió dejar la poesía sin compromiso social. Marchó a la Revolución y cambió los versos románticos, de amor, por la prosa combativa. De esta prosa combativa, incendiada, escribiré en otra ocasión. 






jueves, 14 de junio de 2018

La Estafa Cultural Por Nazario O


La Estafa Cultural

Por Nazario O

“Extienden la mano, pero esconden la cara.”

El Zohar



I

            Pésimo ambiente se vive en las instituciones de la comunidad cultural durangueña. Malestar debido, entre otras cosas, a una maliciosa ideología en boga, que flota en el aire pesadamente, y desde hace décadas, confundiendo el socialismo con el autoconferido derecho a la infamia. Estética del peligro, consistente en apostar por sí mismo, para obtener todo el poder que sea posible, tomando las instituciones por asalto. Se trata, en efecto, ni más ni menos, que de la toma del poder de acuerdo al más puro orden del egoísmo. Conocida doctrina y conocida de sobra, que se ha vuelto un dolor de cabeza para todo el mundo, cuyo sello es la insubordinación institucional, la rebeldía, la inconformidad y, por supuesto, el chantaje social, que acarrea la denuncia, o la llana delación, aderezadas con todo tipo de provocaciones que quepa imaginar. Y toda aquella masa informe de irregularidades se hacen pasar por “crítica”, cuando no incluso por “filosofía de izquierda”. Su objetivo sigue siendo el mismo: la usurpación de los puestos directivos para “apropiarse” de la institución (labastidismo).

            El fenómeno tiene varias aristas ya resquebrajadas por el tiempo o adelgazadas como un jabón por el uso: una de ellas es la bicefalia institucional, perpetrada en oscuras instancias de la SEP, una especie de muñón, para describirlo de alguna manera, inventado seguramente por el genio de algún lerdo, que crece tan impune como improductivamente mediante la inoculación institucional de disimulados agentes sediciosos, llamados "comisonados", “delegados” o algo así,  infiltrados en las instituciones particulares, a manera de agentes dobles, sirviendo a intereses que vienen de otros lugares y viciando el aire de la sana convivencia comunitaria. Vicio que por Norma de la Federación ha quedado conjurado y subsanado, enviando a tales “recomendados” de retache a sus originales puestos de trabajo, evitando por tanto ese entorpecimiento sistemático de comandos, procedimientos y duplicidad de puestos directivos, cuya clara intención sería la de sabotear, paralizar actividades o simplemente de hacerle la vida pesada a quien puedan. En casos se ha tenido que echar fuera hasta en cinco ocasiones al mismo agente, renuente a abandonar su consolidada posición, contando con la colaboración de algún mando medio arraigándolo, a fuerza de calzador y a fuego de artimañas, en el triste rincón de un puesto operativo, en justa exhibición por el desacato a una norma justa y de carácter nacional.

II

            Pero la cosa no para ahí, pues mediante engañosos libelos se ataca ahora a la Directora del ICED, Socorro Soto Alanís, y lo hace un tan conocido como infatuado economista profesional, un viejo Espartaco del infausto labastidismo comunista, que dice representar a un modesto trio de tripas popular (economía política), cobrando sumas anuales de seis dígitos, aparentemente a cuenta propia, según informa un encargado en la citada institución, de las que ha dado poca cuenta o ninguna a sus agremiados o a sus lectores, y que es asunto de justicia transparentar del todo respecto a su monto exacto y destino final. Con la clara intención de confundir a los incautos y llevar agua a su molino, el economista en cuestión ataca y difama, ahora, a la Directora del ICED, echando por delate, teatralmente, como es su dilecta costumbre, al gremio explotado que le toca representar (el pueblo).

Mismo personaje que, bajo el mando de Alberto Sarabia Castillón, saboteó abiertamente un proyecto editorial del mismo ICED hace años, tres lustros ha, negándose a realizar el trabajo encomendado, mientras que subrepticiamente se apoderaba de otro programa, que le debió parecer más rentable como economista que es, , llamado “Bailando con la Polilla”, junto con su contlapache en turno de esa época, cuyo nombre no viene ahora a cuento mencionar, violentado incluso verbal y físicamente, soy testigo ocular de ello, al primer Director del ICED, el mismísimo Don Héctor Palencia Alonso, a quien jalonaban de las solapas del traje con fieros ademanes propios de primates o de desaforados, y todo ello frente a la mirada cómplice de dos de aquellos "comisarios" encajados por la SEP -dando así al traste, a la postre, con el hermoso proyecto cultural original, que el Maestro Palencia levantaba en el hoy tan cuestionable espacio del JuanaVillalobos, prácticamente sin un centavo, por puro espíritu deportivo.

Pero si eso fue antaño, hogaño el mismo sujeto del que se habla se ha declarado tan tácita como públicamente “vedette” del espectáculo, y ansioso de figurar en la palestra de la fama usurpa de lleno el micrófono teatral, afligiendo al respetable sin ningún tipo de conmiseración, ya no con arengas socialistoides en pro de las masas proletarias, sino con desvanecidas y lacrimosas lamentaciones de rancheras, por un espacio de tiempo inusitado en cada una de las presentaciones –asegurándose con ello el derecho a toda la manteca y a la gruesa mordida, llamada coloquialmente “tajada del león”.

III

Por su parte, el motín a bordo ha llegado a escalas de vértigo, recibiendo a tras mano el que esto escribe, primero, carnadas bañadas en miel, bajo la forma de atractivas proposiciones salariales y de trabajo, a condición de colaborar con un supuesto proyecto (“golpe de estado”) que se fragua en las mismas oficinas del Palacio de Zambrano contra la actual Directora, pues, por una erupción de inconformes ambiciosos, deseosos de tomar, y cuanto antes, la batuta de la citada institución cultural, tocados por el dedo de quien sabe quién, que los capacitaría para tan magnífica pretensión  –presión institucional que la poeta no resistiría ni dos años, a dicho del equívoco cabalista Gómez, subiendo la fiebre de la olla exprés adoctrinando para ello a los “trabajadores” en el descontento, según confiesa, entre dientes y con gesto descompuesto, la artista Herminia.

Tal cáncer se ha extendido, después, a lo largo y ancho de las ambiciones pueblerinas, esparciéndose ese mal, esa estética peligrosa de la inconformidad y del “control total”, peor que si se tratara de la fiebre homosexual o de la peste del ateísmo, inundándolo todo con el velo gris de la parálisis y el espantoso estigma de la estrechez provinciana falta de miras.

Pero todo ello no para ahí, que va, ni mucho menos, sino que dedicados a comprar conciencias y a fraguar crímenes del fuero común, como es la figura del robo domiciliario, implicando a propios y a extraños, el oscuro grupo de sediciosos se ha dedicado también a mentir sin rubor e inconscientemente a los cuatro vientos, borrachos de maledicencia, levantando torpes campañas de desprestigio, instrumentadas por rancios agentes de la corrupción oficial, tintos de estupefacientes y trufando su lenguaje de proyecciones culpígenas del subconsciente -que algún día, al grito destemplado de "somos muchos",  reventaran por las vísceras, como los sapos, por su ácido humor amargo y por sus viscosos afanes consuetudinarios, reduplicados en su doblez existencialista, elevada a cubica potencia desplegada sobre un delirante y ya desenfrenado circo de tres pistas. Más allá de la difamación, la deformación de los hechos, del chismorreo churumbelesco, de la mentira y el cansino chantaje, ahora intentan provocar, ya por medio de la acción directa, agrediendo a manotazo franco incluso, entre estentóreas amenazas y muecas enfermizas, a las puertas mismas de la multicitada institución, al alegre viandante.

IV

            Y a todas esas abigarradas anomalías del arte dadaista y aberraciones éticas de irredentos incrédulos, botones de muestra de la estafa cultural contemporánea en la región, los tales, bufones ventrudos,  llaman, entre mortales estertores de agonía, Revolución… ah, pero eso sí, Revolución… Institucional (rentable, se entiende, con cargo a nómina). Su nombre en realidad, dicho en buen romance, es otro: corrupción moral, ocultamiento de la verdad, pactos inconfesables con el poder y persecución de la palabra. 

Durango, 13 de junio del 2018




viernes, 8 de junio de 2018

Cantos Prohibidos Por Alberto Espinosa Orozco




Cantos Prohibidos
Por Alberto Espinosa Orozco






La Pobreza



Cae la tarde en la ciudad añosa;

El día es de un aire limpio en el azul sereno

Mientras los copos blancos que bogan por el cielo

No alcanzan a lavar abajo el mundo gris

Que se asoma apenas entre las calles yertas

Cuyas sombras van inundando las aceras.



La avaricia que al dios del metal rinde su culto

Dicta el hambre de poseer que no se sacia

Sino en acumular más y más cifras abstractas

Para colmar los caprichos frustrados del deseo

Y luego, entre el cieno, amurallarse en la mezquina

Forma a la que todo se somete o lo doblega.



Inconmovible el corazón petrificado arroja al aire

Sus migajas, luego de haberlas entre el fango pisoteado;

El corazón perpetra así el rito que lo llama para luego

Ser envuelto entre las llamas y consumirse entero

En el frío vacío de la nada, donde nada hay que hacer, nada,

Donde no hay nada: pasos desiertos al borde de las llamas.



Reventando los botones a la mitad del pecho henchido

El corazón se engolfa en las aguas del estanque que corren

Al abismo, esclavizado por el hambre, dominado en el laberinto

Inacabable del instinto, que solo se abre a la lascivia de la sangre

Mancillada, para beber de la mesopotámica copa del horror,

Narcótica y viscosa, anacrónicamente, como antes del bautismo.






El Circo



Nada vale hoy; todo es representación, teatro,

vana apariencia,  porque no es la verdad

lo que a los corazones llama, sino el circo:

nos hemos vuelto actores, siempre lo fuimos;

a la palestra salimos, actuamos nuestro papel

afortunada o desafortunadamente nos movemos,

peinados, limpios, erguidos, bien vestidos;

luego cae el telón: es la muerte fatal que nos acoge.



Eso es todo:  la función ha terminado para  que luego

la función vuelve a empezar, volvemos a leer nuestro papel:

con nuestra propia voz dotamos de carne  al espectáculo;

pedimos poca cosa: en el camerino un espejo, tras bambalinas

un beso, y el tablado la conjunción de una rima en el verso ,

la posesión de la figura que nos da forma cayendo como un rayo

y en las butacas sin fin el aplauso unido del público diverso:

el gerente del teatro es el que gana: una mescla de tigre y de payaso.





El Dogma el Día de Hoy



El dogma el día de hoy es el exilio,

vivir de espaldas a las voces, entre el ruido;

vivir fuera de casa, sobre la arena o sumergidos

entre la densa bruma del olvido.



El dogma el día de hoy es no estar vivos;

nacer el día de ayer, hace un instante,

para agostados  declinar para la tarde

ardiendo  ciegos en la noche al otro instante.



El dogma el día de hoy es ser vencidos;

tener el alma en un rincón y amurallada

como un gran pozo de vacío y anegada

por la enturbiada estulticia de la nada.



El dogma el día de hoy es la sordera;

encerrarse en el laberinto de la oreja

azotada entre tinieblas por las trombas

del ansia insaciable de las sombras.



El dogma el día de hoy es lo prohibido;

revolcarse entre las aguas de las yagas

dejando al alma anegarse en la caverna,

indolora en el incendio -bajo una lápida.



El dogma, vuelvo a decir, son las cadenas

de la insensata soberbia que levanta

una arenisca que hiere la garganta

para enturbiar el juicio, subsumido



en los confusos laberintos del instinto

o en la obediencia fatal del terco olvido.

Pisamos con extranjero pie una tierra

donde la verde lluvia al pasto estremeciera

vuelta en la noche callejones sin salida

que palmo a palmo se nos vuelve arena

calcinada, carcomida, irreal: agua abismada

en que zozobra el sin-sentido de la nada.



Confín



Vamos por el confín del tiempo

por un sendero de arenas movedizas

entre un valle de sombras cenagosas

encallados en la isla del olvido.



Marchamos lejos, paso a paso, del origen

con el alma sedienta y ya desierta

por siniestros y oscuros arrabales

acosados por presencias vagarosas.



Los botes de otros días y sus mareas

se deslizan a los áridos confines

del reino de las luces espectrales

aherrojados por murallas fantasmales.



Por querer hacer que fuera nuestra

la ley por la cual pertenecemos

no la palabra se escucha en ese valle

de aletargadas desdichas sin espera



donde el humo mantiene prisioneras

a las antiguas potencias de la tierra

-dejando todo trabajo derramado

en las aguas que corren hacia abajo.



Las cisternas del saber que presumimos

construidas en el fulgor del medio día

quebrantadas en sus hondas cañerías

dejan filtrar el agua de sus pozos.



La última gota, sin saber a dónde,

se ha derramado o se evapora con la tarde

en el tortuoso valle y no se encuentra

la corriente que manaba de la fuente



sino el vaho, el sudor, tal vez la goma

y los ojos sin luz, cifrados en ambiguas

posesiones o decorando sus pasiones

entre murmullos de la carne amotinada.



Más en el valle está renaciendo el río

del prodigio, surgiendo siempre en medio

de la riente fuente –no su corriente,

que el tiempo incesante ha desleído.



Porque la sed de luz un día será saciada

por un agua sin salitre y sin abismo

-como el río que crece desbordado

despejando a los vientos movedizos.







Noche con Chispa



En el fondo del ojo que se abisma

un resplandor de luz, apenas una chispa,

se enciende reflejada entre la niebla

al rebotar en el espejo de la tierra.



Un escudo imparcial de madrugada

Y una balanza entre los días que se apagan

donde la angustia asfixiante mezcla al hielo

un palpitar de sol cayendo desde el cielo.



Sobre un telón de fondo de satín cromado

las huestes en hileras van marchando

imantadas por la fiebre del abismo

para arder más allá del cataclismo.



El ulular de un búho torvo mensajero

cruza en su vuelo el desierto de negrura

llevando en su sangrante pico una quimera

a la senda de las almas prisioneras.