Periodistas y
Casas de Imprenta de Zacatecas en el Siglo XIX
I
El primer taller litográfico del que se tiene noticia en la ciudad de
Zacatecas fue el de Don Aniceto Villagrana (1803-1850), quien puso un pequeño
taller tipográfico en 1838, el cual fue mejorando poco a poco. Sin embargo, no
fue sino hasta 10 años después, en junio de 1848, que se asoció con el francés
Mr. A. Baudouin, introduciendo en su taller la primera prensa de litografía,
forjando con el paso del tiempo toda una tradición y una estirpe de impresores
litográficos en la entidad.
El Señor Aniceto Villagrana se había iniciado en el arte tipográfico a
los 23 años de edad, en la primera imprenta que tubo Zacatecas, controlada por
el gobierno, cuando fue tomado como meritorio por el Sr. Don José Ramón
Irigoyen, de Guadalajara, quien regenteaba el taller desde el 4 de junio de
1825, luego de la renuncia del tipógrafo Juan Pérez. [1] El
gobernador del estado, Lic. José López Pérez de Nava, ordenó entonces la
impresión de mil novenas de la Purísima, al tiempo que la imprenta se cambiada
del Convento de Santo Domingo a los bajos de la Casa del Estado, que luego
fuera cede del Poder Legislativo. La
primera imprenta contralada por el gobierno fue traída de Guadalajara en 1824
por su propietario, el Señor Don José María Ramos Palomera, por órdenes del gobernador interino de Zacatecas
Coronel Juan Peredo, originario de Aguascalientes, instalándose en 4 piezas del
Convento de Santo Domingo. El primer impreso que se publicó ahí fue una
circular para Secretaría del Congreso local, el 6 de enero de 1824. Sin
embargo, en agosto de ese mismo año, el Señor Ramos Palomera se vio forzado a
renunciar a su puesto debido a lo raquítico de los sueldos, vendiendo su taller
al gobierno por la cantidad de 3 mil 500 pesos. Tres meses antes, en mayo de
1824, el Gobierno de Estado había establecido una Junta de Censura y Libertad
de Prensa, compuesta por el Presbítero José Ramón Jiménez, Rector del Colegio
de San Luis Gonzaga, Fray Antonio Gálvez, Marcelino Gamboa y José María Sánchez
Pareja. Vino de Guadalajara para sustituirlo el Señor Juan Ordorica, llegando
de la Ciudad de México los oficiales impresores Juan Nepomuceno Cabrera,
Mauricio Monroy y Francisco Rangel –quienes sucesivamente también fueron
renunciando a sus puestos por la misma razón de los precarios sueldos.
Ordorica, en efecto, sólo resistió ocho meses como regente del negocio, pues el
sueldo de 12 pesos semanales se redujo a 10, y luego a 8 pesos, por lo que no
tuvo otra opción que separarse, quedando en su lugar por breve tiempo el
maestro Juan Pérez y luego Don José Ramón Irigoyen.
A la renuncia de Irigoyen de ese empleo, ocupó su lugar desde el 25 de
septiembre de 1826 el Señor Pedro Piña, que a su vez fue sustituido nueve años
más tarde por Don Aniceto Villagrana en 1835, el cual había casado un par de
años atrás con María Jesús Beltrán. El señor Villagrana dirigió el taller del
gobierno hasta su muerte, acaecida el 19 de septiembre de 1850 a los 47 años de
edad –habiendo sido separado del cargo entre 1836 y 37 en que fue Regente del
Ayuntamiento. Asumió entonces la dirección de la imprenta oficial su hermano,
el Señor José Inés Villagrana siendo relevado del cargo un par de años más
tarde, en 1853, quedando al frente Telésforo Macías, hasta junio de 1859,
cuando fue nombrado como regente el Sr. Mariano Mariscal (1836-1909), sobrino
de Don Aniceto, quien a su vez dejó el taller, en julio de 1863, en manos del
Sr. Francisco Villagrana. En 1865, durante la Intervención Francesa y el
gobierno del 2º Imperio de Maximiliano a Habsburgo, la imprenta fue puesta a
cargo del Sr. Néstor de la Riva,
entregándolo en 1867 a los Sres. Francisco Villagrana y José María Inés
Villagrana, volviéndolo a tomar el Sr. Néstor de la Riva de 1869 a 1875
–trasladándose la imprenta ése último año al Hospicio de Niños de Guadalupe,
haciéndose cargo de ella por segunda vez el Sr, Mariano Mariscado, quien
radicaba ya en Guadalupe, donde murió el 16 de octubre de 1909.
Fueron luego directores de la imprenta del gobierno: el Sr. Juan Luján,
Félix Benjamín Echeverría, Irineo Ruiz y Feliz T. Pérez, quien introdujo en
1908 introdujo una prensa automática Optimus movida por electricidad, contando
entonces la imprenta en ese tiempo y con 8 oficiales y 4 alumnos en
aprendizaje. Siendo gobernador del estado el Lic. Eduardo G. Pankhurst y
gracias al director de Hospicio Sr Francisco Linares, se dotó a la imprenta de
una prensa Chandler con accesorios. La prensa fue fluctuando su estado en
cuanto a mejoras, empero, a partir de la Toma de Zacatecas en 1914, en la que
las fuerzas revolucionarias de la División del Norte comandadas por Felipe
Ángeles y Pancho Villa irrumpieron en Hospicio de Guadalupe, el taller acusó
severas deficiencias pues se perdieron muchos tipos, estando al frente de la
dirección primero Juan Muro, y luego sucesivamente: Jesús F. Sánchez, Jonás
Sánchez Rivera, Gilberto Arciniaga, Alfonso Iracheta y, ya para 1948, Juan
Valdez, estando la imprenta todo ese periodo en franca decadencia.
Los tipógrafos más distinguidos que se formaron en la Imprenta del
Gobierno, muchos de ellos radicados luego en la Ciudad de México, fueron:
Ezequiel Salcedo, Higinio G. García, Filiberto C. Reza, Esteban Luévano, José
López Doñez, Arturo Valdezpino, Eduardo Limón, Manuel Pérez, Fernando
Amozorrutia y Joaquín Saucedo. El Periódico Oficial publicado por esa casa
impresora cambió muchas veces de nombre, siendo: Gaceta del Gobierno Supremo de
Zacatecas de 1829 a 44; Observatorio Zacatecano y Zacatecano en 1844; La Concordia en 1851;
Registro Oficial y El Regenerador en 1855; El Constitucional Zacatecano en
1857; La Sombra de Robespiere en 1859; La Restauración del Orden, Boletín
Oficial del Estado Libre de Zacatecas y Defensor de la reforma en 1860;
Periódico Oficial en 1864; otra vez El Defensor de la Reforma en 1866; El
Periódico Oficial de 1870 a 1874; Defensor de la Constitución de 1877 a 1899; y
finalmente Periódico Oficial de 1900 hasta mediados de Siglo XX.[2] De
entre los periodistas relacionados con la redacción del Periódico Oficial se
pueden mencionar a: Luis de la Rosa Oteiza, Fernando Calderón, Teodosio Lares,
Vicente Hoyos, Mariano Fernández Sansalvador, Julio María Márquez, Edmundo G.
Pankhurst, Luciano Cuevas, Fernando Vega, Severo Cosío, M. Amador Bejarano,
Jesús González Ortega, Manuel M. Urrutia, Miguel López, Manuel G. Solana,
Marcos Esparza, Francisco Conchos, Octaviano Pérez, Jesús Valdez, Patricio F.
Arellano, Víctor Rosales, Sotero de la Torre, Agustín G. González, José María
Celaya, Trinidad García, Anastacio J, Muñana, F. Acosta, Fernando Calderón Jr.,
Raúl G. Ferniza, Juan B. Rousset y Josefa Letechipía de González.
La imprenta particular de Don Aniceto Villagrana fue la primera en
Zacatecas en contar con piedras y prensa litográfica, desde 1848. Luego de la
muerte de Don Aniceto Villagrana la imprenta quedó a cargo de Francisco
Villagrna, quien en el año de 1863 formó sociedad con el Sr, Canuto Álvarez
Tostado, llamándose la imprenta desde entonces “Imprenta de Tostado y Villagrana”, la cual para 1887 se llamó “Tipografía de la Viuda de Villagrana”
siendo su única propietaria Tomasa Serra de Villagrana.
Otras
imprentas que surgieron en ese tiempo
fueron: la imprenta y litográfica de Nazario Espinosa Araujo. La “Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa”; estuvo primero en la
esquina del Callejón de la Moneda y Dr. Hierro, después a espaldas del Teatro
Calderón, luego se trasladó a al Callejón del Chepinque y más tarde el maestro
grabador mandó construir un lujoso edificio de dos pisos en el Callejón del
Cobre y el Callejón del Borrego donde instaló sus talleres, teniendo sus
oficinas en el Callejón de la Caja #20. Publicó decenas de revistas e
innumerables folletos, carteles, anuncios y libros. Abrió también un taller de
encuadernación y de sellos de goma, el cual se encontraba frente al justamente
célebre Instituto de Ciencias de la bizarra capital. Debido al notable
esfuerzo, laboriosidad y capital invertido, los talleres de Nazario Espinosa se
levantaron a envidiable altura, anexándose a los talleres tipográficos y de
encuadernación, una fábrica de libros en blanco, grabados al aguafuerte, sellos
de goma, clichés y el taller de fotograbado –aunque éstos
últimos no alcanzaron a inaugurarse como consecuencia de los movimientos
revolucionarios de la revuelta armada de 1910 y la toma de Zacatecas en 1914
por las fuerzas leales a Felipe Ángeles y Pancho Villa.
La imprenta del Sr. Néstor de la Riva, cuyo impresor fue Joaquín
Lorenzana, de 1864 a 1878; la “Imprenta
Económica”, del Presbítero Mariano Ruíz de Esparza, primero en la Calle del
Correo # 2 (Avenida Juárez) en 1869, luego en la Plaza Principal #7, y
finalmente en el Callejón del Mono Prieto desde 1880, estando activa hasta
1911; en el año de 1869 se fundó otra imprenta en la Plazuela de San Juan de
Dios, de los Sres. Juan Amador, padre del historiador zacatecano Juan Elías
Amador, y Severo Cosío, los que luego se asociaron a los reformadores sociales
norteamericanos Maxivell Philips y Enrique Thompson de la corriente
evangelista. Estos últimos colaboraron desde 1876 en la revista “La Antorcha Evangélica” de los mismos
Severo Cosío y Juan Amador, sosteniendo el órgano evangélico apasionadas
controversias con el periódico “El
Centinela” del Presbítero Florentino Sánchez.
La “Imprenta de Tomas Lorck”,
fundada por Tomás y su hermano Enrique, que primero se estableció en la casa
paterna, en la Calle de Arriba, y luego frente al Hotel Krauss, pasando posteriormente
a instalarse en el Callejón del Tenorio, asociándose con los hermanos Enrique,
Alfredo y Dagoberto García, trasladándose el taller a la Plaza de San Agustín
#21 (Miguel Auza) donde se imprimieron periódicos combativos y revistas
científico-artísticas y literarias, destacando las poesías de Luis G, Ledesma y
Juan B, Rousset; Lorck vendió la imprenta a Enrique García en 1909, llamándose
“Imprenta de Enrique García y Cía.”,
instalándose en el Callejón de Rosales y Avenida Hidalgo #30, 32 y 36, ya como
único propietario, levantando sus talleres a gran altura por su atingencia y
dinamismo en el trabajo. A la muerte de Don Enrique García, el 25 de febrero de
1932, sus hijos heredaron la empresa, introduciendo Ramiro García, para 1949,
el linotipo, editando libros de texto y códigos civiles, ya en la Calle de
Allende #7.
La Imprenta “La Económica”, de
Telésforo Macías, se abrió en la Calle de la Merced Nueva (Av. Hidalgo) y fue
dirigida por Macedonio Palomino y Oscar Aguilar; la tipografía “La Rosa”, del durangueño católico Rafael
Ceniceros Villareal, que trabajó de 1881 a 1901, en la Calle de los Gallos #17
(Fernando Villalpando) y luego en la Calle de la Merced Nueva #60. En los bajos
del edificio el Hotel Zacatecano, en la Antigua Plaza de San Agustín (Plaza
Miguel Auza), estuvo la “Imprenta
Literaria”, propiedad del Sr. Domiciano Hurtado, donde se publicó el “Correo Zacatecano”, estando dirigida por
el Sr. Mariano Elías, quien se separó en 1905 para abrir la “Tipografía Moderna” de su propiedad; dicho
establecimiento se cambió primero a un local contiguo a la Presidencia
Municipal y finalmente fue trasladada a la Calle de Gorrero #35 (Avenida
Juárez) estando al frente de ella los Sres. Manuel Parra y Jesús F. Sánchez,
hasta la muerte del Sr. Hurtado el 21 de septiembre de 1916; la imprenta fue
vendida al Sr. Jaime Talancón, cambiando de nombre a “Imprenta Artística”,
estableciéndose en Avenida Hidalgo, en un local que luego fue el “Salón
Princesa”, aunque su propietario se fue con ella a vivir a Torreón donde pasó a
manos de otros dueños.
Para el año de 1923 un discípulo del Sr, Manuel Parra, quien había sido
regente de la “Imprenta Literaria”, el ameritado y experto tipógrafo Sr. Jesús
F. Sánchez, fundó la “Imprenta Sánchez”, situada en la Calle de Arriba (luego
Avenida Guerrero) y luego en Avenida Rayón #31, la cual sobrevivió hasta
mediados de siglo debido a la constancia, cuidado y dedicación de su dueño; el
Sr. Sánchez había sido también regente de la “Imprenta Literaria”, dirigiendo
posteriormente la imprenta de Enrique García, y luego la del Hospital de Niños
en Guadalupe y la imprenta del Hospicio González Echeverría, de Fresnillo,
Zacatecas, la cual funcionaba desde 1892.
Un discípulo de los expertos tipógrafos Sres. Mariano Elías y José
Reveles, el experimentado tipógrafo Sebastián Arciniaga, había regenteado “La
Editorial Zacatecana” por un par de años, de 1931 a 33, pudiendo montar para
1934 su propio taller en la Calle de Miguel Auza #34, destacándose por su
dedicación y honradez, habiendo sobreviviendo su empresa hasta mediados de
siglo.
II
En el
periodo comprendido de la promulgación de la Constitución de 1857 a la Toma de
Zacatecas en 1914, lapso cronológico de 57 años en que Nazario Espinosa
desarrolló el proceso educativo de familiarización, asimilación y recreación de
la nueva técnica litográfica, estuvieron vigentes en la ciudad de Zacatecas las
siguientes publicaciones y periodistas: en 1858 editaba la Imprenta del
Gobierno su periódico oficial, llamado “El
Constitucional Zacatecano”, cambiando de nombre al año siguiente a “La Sombra de Robespiere”,
transformándose tan fabulosa denominación por “La Restauración del Orden” en 1860, con la entrada del gobierno
clerical y monárquico del ala reaccionaria; un grupo de liberales zacatecanos
defendieron valientemente la causa democrática a partir de los acontecimientos
políticos de 1857, distinguiéndose en este grupo las plumas de grupo Severo
Cosío, Jesús González Ortega, el editor Mariano Mariscal, el Lic. Ramón
Talancón, Julio García Márquez y José María Castro, reforzados por los
Presbíteros Ramón Valenzuela y Francisco P. Campa, quienes fundaron varios
órganos de prensa: “El Guardia Nacional”,
“La Lámpara”, “La Opinión” y “La
Organización”. En ese mismo año el Lic. Vicente Hoyos sostenía un periódico
de filiación totalmente conservadora: “La
Verdad Católica”.
En Tlaltenango circulaban los periódicos
animados con brío patriótico por Don Jesús González Ortega llamado “La Sombra de García”, y junto con el
Lic. Juan F. Román colabora en: “El
Espectro” y “El Pobre Diablo”; en
Jerez circulaba el periódico “Ariete”
del Instituto Literario de García Salinas y para 1895 “El Turista” y “La Unión
Jerezana” de Aniceto Fuentes y Darío
Dena en 1895 y 96; y en 1909 “El Bastión”
de variedades e información. Durante la Intervención francesa de octubre de
1865 a noviembre de 1866 en Fresnillo se publicó: “El Pabellón Nacional”, editado por Rafael Zavala e impreso por
Feliciano Guerra; tres años después circulaba en esa misma ciudad “El Relámpago”, para 1873 “La Reforma”, “La Crónica Local de Fresnillo” y “La Crisálida” para 1895, sumándose a ellos de 1901 a 1902 “El Boletín Oficial”, y ”El Filomático de
Fresnillo” en 1907, de Luis G. Ledesma, y; en 1909 “El Pensamiento Libre” ; en
Pinos apareció en 1869 “El Amigo del
Pueblo”; en Guadalupe “La Unión”,
de literatura, variedades e información, de Ezequiel A. Dueñas.
Para 1869 la ciudad de Zacatecas contaba con
las siguientes publicaciones: “El
Centinela”, periódico religioso, social, de literatura y variedades
redactado por el Pbro. Florentino Sánchez; “La
Antorcha Evangélica” comenzó a editarse en Villa de Cos, siendo luego
reforzada con los misioneros evangelistas Maxivell Phillips y Enrique Thomson,
editado por Román Castillo; otras publicaciones menores fueron “La República”, “El Católico”, “El Cometa”,
“La Discusión” y “La Convención” –el cual cambio luego de
nombre a “El Demócrata”. En 1870, sin embargo, salen a la luz tres
órganos de los liberales progresistas: “El
Tribuno del Pueblo”, “El Jornalero de
la Prensa” y “El Boquiflojo”.
Entre 1872
y 1875 existió en Zacatecas una interesante revista de Literatura, Ciencias y
Artes llamada “El Filograma” en la
que participó en pleno el Ágora entera de los ingenios regionales: Francisco
Linares, Luis de la Rosa Oteiza, Vicente Hoyos, Esteban Ávila, Fernando
Sansalvador, Octaviano Pérez, Pbro. Francisco Sotomayor, Felipe Avalos,
Fernando Calderón Jr., Severo Cosío, Thomas Lorck, Juan B. Rousset, Macedonio
Palomino, Severo Cosío, Lázaro Negrete, Luis G, Ledesma, Manuel R. Ibarrola,
Victoriano Márquez, Anselmo Pérez Maldonado, Florentino López, Francisco Macías
y las poetizas María Guadalupe Calderón y Antonia Vallejo. Hubo otra revista de
Literatura, Ciencia y Artes llamada “El
Celaje”, que apareció a partir de 1877, siendo su editor el Sr. Juan B.
Rousset, editándose en la Imprenta de
Tostado y Villagrana, colaborando en ella, además de los escritores de “El Filograma”, el Lic. Jenaro Raigosa,
Francisco Aranda, Carlos Galindo, Bartolomé Ballesteros, José Leal, José Árbol
y Bonilla, Fidencio Días de la Vega, Francisco Santini, y las poetizas Isabel
Elías de Ramírez y Tomasa Serra de Villagrana.
Entre 1873 y 75 aparecieron los periódicos
de política: “La Verdad”, “El Deber Patrio”, “El Radical”, “La Página del
Pueblo”, de carácter instructivo, “La
Reforma”, que incluía variedades, y el “Semanario
Municipal”, el órgano del Ayuntamiento y de la Jefatura Política, el cual
se llamó de 1884 a 1903 “La Crónica
Municipal”.
Alfonso Toro del Instituto de Ciencias
dirigió en 1882 el órgano estudiantil “El
Tribuno”, circulando un año antes la hoja periodística “La Paz” y un poco más tarde el periódico
de variedades y anuncios “Los Cinco”
del Sr. F. Arámburo. En 1884 salió “La
“Prensa Libre” del Partido Liberal Zacatecano, redactado por el Sr. José
Enciso Ulloa; “La Unión Zacatecana”,
publicación política dirigida por el Sr. Alberto Muñoz; “La Razón”, también de política; “Sin Razón”, redactado por José María Zepeda González, y; “La
Murga” de Francisco Linares y Santiago Kimball.
Una interesante publicación apareció en
marzo de 1885: “El Perfume de la Religión”,
del Pbro. Fray Ángel de los Dolores Tiscareño; en ese mismo año “El Máscara”, de oposición, de Bernardo
Romo. El periódico religioso “La Palanca Social”
del Pbro. Pedro G. González apareció en 1888 y un año después una publicación
festiva llamada “La Chancla” del Sr. J. Esparza, junto con “La Época”, de información y política.
Otro semanario religioso, científico y literario de interés fue “La Rosa del Tepeyac”, del Lic. Rafael
ceniceros Villareal, nativo de Durango, el cual circuló de 1891 a 1895. Tomás
Lorck también publicó un semanario, llamado “El Liberal”, de 1891 a 93. En 1894 existía “La Enseñanza en el Hogar”, periódico político y literario de
Guadalupe.
La prensa zacatecana empezaba su lapso más
fecundo con la aparición de dos periódicos semanarios, que fueron los
principales de 1895: “El Obrero
Zacatecano”, de política, variedades y agricultura, minas, comercio e
industria, y “El Eco de la Opinión”,
publicación independiente porfirista que postulaba para Gobernador del Estado
al Gral. Aréchinga. Circulaban también “El
Factor”; “El Tribuno”; “El Arte”, de literatura e información,
y; “La Juventud”; para 1897 “El Progreso”; “Don Fulano”; “La Instrucción
del Pueblo” de carácter católico; “Martín
Garatuza”, anticlerical; “El Vale
Coyote” y “El Barretero”, y; “El Observador Zacatecano”, de literatura
y variadas hasta 1900. A ellos hay que sumar las publicaciones políticas: “El Municipio” y “El Amigo del Pueblo” del Club General Bernardo Reyes, que postulaba
para Gobernador del estado a Sr. Lic. José María Echeverría.
Para arrancar el Siglo XX se publicaron “El Hijo del Trabajo”, dedicado a la
clase obrera; “El Centinela”,
liberal; “La Bandera Católica” de José María Esparza; “La Juventud” en 1902 a 1911¸ de literatura y variedades; el mejor
periódico de información que tubo Zacatecas por mucho tiempo “El Correo Zacatecano”, dirigida por J.
Manuel Villa y administrada por Mariano Elías y José Guadiana; “El Eco de Zacatecas”, religioso, de 1903
a 1904; “La Regeneración” y “La Libertad”, políticos, postulando el
último para Gobernador al Sr, Lic. Eduardo G. Panhurst, dirigido por Julián
Torres; “El Renacimiento” de la
Sociedad Científico, Artístico y Literaria, del Sr. Aurelio Elías. En 1905
apareció una curiosa revista literaria llamada “La Flor de Loto” de José N. Orozco.
El “Boletín
de Educación”, de la Dirección General de Educación, de 1906 a 1922, y
luego salió en 1944 para dejar de circular en 1945; “Boletín Mensual del Observatorio Astronómico del Estado”, de 1906 a
1913; “El Jococón” de Enrique Gracida
que se publicó con enorme popularidad de 1906 a 1913; y en 1907 “El Diablito Travieso”; “La Academia” de 1908, semanario católico
que sobrevivió hasta 1915; en 1910
apareció “El Estudiante de Salamanca”,
la “Revista Literaria”, del Instituto
de Ciencias; y EN 1911 “El Diario de
Zacatecas”, “El Anti-Reeleccionsita”,
políticas, y “El Clarín” de Enrique
Tenorio; salió a la luz el semanario religioso “El Grano de Arena” del Pbro. Don Manuel Calvillo Guerra. En 1912 la
“Revista de Zacatecas” y “El Boletín de la Revista de Zacatecas”;
“Revista de Zacatecas Ilustrada”; “La Palanca”, “El Escorpión”, órgano del Partido Católico y el semanario “El Ilustrador Católico”; “El Pueblo Libre” del Partido Liberal; “Justicia” de carácter independiente; “El Pregonero” y “El Patriota”, de política; “El
Demócrata”, órgano del Partido Católico junto con “A.B.C.” del mismo partido en Fresnillo.
En medio de
la primera toma de Zacatecas por las tropas de Pánfilo Natera en su lucha
contra los huertistas aparecieron en 1913 los periódicos “El Estado”, del Partido Liberal; “La Verdad” del Partido Democrático; “El Rabo Verde” y “El
Chimborazo”, semanarios de combate; “El
Diablo Rojo” y “La Voz del Pueblo”,
junto con “La Voz de un Sastre”; “La Época”, “La Regeneración”, órgano del Centro Anti-Reeleccionista José Luis
Moya, que postulaban para Gobernador a Sr. Fernando Cabral, y “Municipio Libre”, órgano de la Jefatura
de la Policía, que se publicó hasta 1932.
El fatídico año de 1914 salió a la luz “Siglo XX”; “El Correo de la Tarde”; “El
Noticiario”, el diario católico “Patria”
y “La Revista de Zacatecas”, segunda
época. En 1915 existió “La Voz de Zacatecas”
que duró hasta 1916, dirigido por Teodoro R. Guerrero, año en que surgieron a
la arena periodística “Ideal” de los
estudiantes normalistas; “Reconstrucción”,
“Sagitario” y “Helios” de la Liga Pedagógica Zacatecana, siendo su director
Salvador Vidal.[3]
[1] En el año de 1822 el jefe
político de la Provincia de Nueva Galicia, Don José Monter, propuso al gobierno
del Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide, el establecimiento de la
primera imprenta en la región, a presupuesto del impresor de la Ciudad de
México Alejandro Valdez, por 790 pesos, iniciativa que quedó en suspenso por el
derrocamiento republicano del Primer Imperio Mexicano de Iturbide. Salvador Vidal, “La Imprenta y el Periodismo en
Zacatecas”. Ed. Imprenta del Sr. Arciniegas. Zacatecas, 24 de mayo de
1949. Pág. 4. Trabajo leído en el Congreso Mexicano de Historia, que se
verificó en la Ciudad de Zacatecas del 8 al 17 de septiembre de 1948, en la IX
Sesión, Primera Asamblea de Mesa Redonda, el 17 de septiembre de 1948. Trabajo
inserto en el libro de Federico del Real Espinosa, Álbum de Familia. Ocho Lustros de
Vida Zacatecana. México. 1ª Ed. Del Autor. 1991.
[2] Además del texto de Salvador
Vidal puede verse: Luis Medina Lizalde, “Breve itinerario histórico de la
Prensa Zacatecana”.
[3] Salvador Vidal, “La
Imprenta y el Periodismo en Zacatecas”. Ed. Imprenta del Sr.
Arciniegas. Zacatecas, 24 de mayo de 1949. Pág. 4.
Muy bueno, quisiera saber el periodo en que laboró el señor José López Dóñez. Gracias.
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