La Historia de la Litografía en México
Por Alberto Espinosa Orozco
I.- Un Invento
Revolucionario: Alois Senefelder
La invención de la litografía se debe al dramaturgo, músico, actor y
pintor Alois Senefelder, quien nació el 6 de noviembre de 1771 en Praga,
capital de Baviera, y murió el 25 de febrero de 1834 en Munich, Alemania. Llevó
a cabo su descubrimiento calcográfico en 1796, cuando buscaba un método
económico para poder editar su drama Mathilde von Alteristein. Estando
dado de lleno en experimentar sobre placas de cobre descubrió que el ácido
usado para grabar en ellos era potente para morder los pulidos ladrillos de
piedra caliza que venían de la vecina Solenhofen. Así, descubriendo el
principio del dibujo calcográfico se dio a la tarea de desarrollar el nuevo
método de estampación, al que llamó “impresión química”, preparando la piedra
con un compuesto de grasa de jabón, cera y negro de humo y sometiendo el dibujo
al aguafuerte, quedando la imagen en relieve, pasando luego la piedra por una
prensa para obtener múltiples estampas. Sobre ello se tenía un doble adelanto,
pues las piedras daban el doble de impresiones y, a diferencia de las placas de
cobre, podían luego rasparse y ser reutilizadas nuevamente, abatiendo con ello
considerablemente los costos de impresión.
Un par de años después, en 1798, Alois Senefelder decidió patentar su
invento, más con el entusiasmo del romántico que con el talento del empresario
(pues vivió endeudado toda su vida), intuyendo que su descubrimiento salvaría
el abismo entre lo viejo método de impresión y el nuevo horizonte que se
abriría para la estampa. Y así, para el 13 de septiembre de 1799, ya teniendo
establecido todos los pasos de inédito método, obtiene un contrato mediante el
cual el Elector de Baviera le concede los derechos exclusivos para explotar su
invención durante 15 años. Tres semanas más tarde se asocia con Antón André
(1775-1842), el editor del compositor Ofenbach, con quien exporta la patente a
Londres, Escocia y Gales (1801), y junto con su hermano Friederich André
introduce el descubrimiento a Francia (1802) y a Viena (1803) –extendiéndose
luego las patentes a Italia (1805) y a Dinamarca (1812). Su primera aplicación
fue la de imprimir partituras musicales, desarrollando la primera prensa
litográfica, usando la piedra como matriz de impresión, cambiando luego el
rodillo superior de la prensa por un rasero, creada gracias a la sociedad que
trabó, de 1801 a 1806, con el Barón Christoph Aetin (1773-1824). El arte
litográfico de reproducción mecánica, también conocido como calcografía por las
piedras calcáreas que sirven de matriz para la impresión (litos: piedra;
graphein: dibujar), puede considerarse como el arte más característico
romántico del Siglo XIX. Las dificultades para la adquisición de las piedras de
Solenhofen son proverbiales dentro del gremio, considerándose éstas como únicas
por muchos años –aunque en fechas más recientes se ha desarrollado en México la
producción de piedras calcáreas para este oficio de impresión, donde dibujo
trazado con un lápiz graso sobre la piedra caliza o calcárea que se recubre de
una solución de goma arábiga diluida en agua acidulada que luego se hace pasar
bajo la hoja de papel humedecida por el rodillo de la prensa.
En 1818 funda su propio taller litográfico en París y, luego de editar
varios artículos desde 1808 y de trabajar incansablemente para mejorar su
invento, publica su libro Curso Completo de Litografía (Vollstandiguest
Lehrbuch der Sleindrukerei), el cual se imprimió en Munich y en Viena
en el mismo año de 18818, traduciéndose para las ediciones en Francia y en
Inglaterra en 1819 y luego traducido para Italia en 1824. Sobre las
posibilidades de comercialización que ya dibujaba sobre el horizonte el
flamante método, la litografía permitía al artista trabajar de forma más rápida
y directa que el aguafuerte, logrando también una amplia gama de calidades y de
delicadezas por la riqueza en las tonalidades del negro. De tal forma, sus
primeros usos fueron la reproducción ilustrada de partituras musicales, de
mapas y de coloridos rótulos –los artistas, sin embargo, estuvieron atentos
también a sus posibilidades estéticas, pues en el mismo año de 1818 Francisco
de Goya comienza a experimentar en España con el reluciente método, logrando
para 1824 los primeros originales de la famosa serie “Los Toros de Burdeos” que se exhiben en el Museo del Prado. En 1830
el diario “La Caricatura” hace famoso
a Daumier con sus viñetas litográficas que registraban con una crítica mordaz
los conflictos sociales.
Alois Senefelder trabajó en sus talleres perfeccionando las prensas y
experimentando infatigablemente sobre las posibilidades de su invención,
introduciendo incluso la matriz sobre plancha metálica de zinc y la estampación
de textiles. Poco tiempo antes de morir fue pensionado por el Rey Luis I de
Baviera, retirándose del taller los dos últimos años de su vida, los cuales los
dedicó a pintar, muriendo ciego y de un derrame cerebral el 25 de febrero de
1834.
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