martes, 18 de marzo de 2014

La Idea del Muralismo en los Centros Escolares Revolución: Fermín Revueltas Por Alberto Espinosa Orozco

La Idea del Muralismo en los Centros Escolares Revolución: Fermín Revueltas
Por Alberto Espinosa Orozco 



   En la obra como vitralista del artista durangueño Fermín Revuelta sobresale el conjunto de doce vitrales de Revueltas en el Centro Escolar Revolución de la Ciudad de México, de 6 metros de alto y 60 centímetros de diámetro cada uno, divididos en cuatro trípticos, titulado “Tres Épocas en la Historia de México” (1934). En lo que toca a la arquitectura el Centro Escolar Revolución es obra de Antonio Muños García, quien también llevó a cabo el proyecto de la Corte de Justicia de la Nación y el proyecto del Mercado Abelardo L. Rodríguez, bajo un estilo ecléctico que mescla elementos del Art Decó, Art Nouveau y funcionalista.[1] Durante la presidencia de Abelardo L. Rodríguez y siendo regente capitalino Arón Sáenz, además del Centro Escolar Revolución se construyeron el Hospital Colonia, el Monumento al General Álvaro Obregón, el Banco Nacional Hipotecario de Obras Públicas, etc. El arquitecto Antonio Muños proyectó la obra  con pabellones de cemento y cemento, influenciado por el estilo funcionalista del arquitecto suizo Le Corbusier, relacionándose la obra con el Conjunto de la Secretaría de Salud (ampliamente decorado por Diego Rivera, donde se encuentra el vitral diseñado por el llamado “Los Cuatro Elementos”), tanto por la traza como por la masiva agresividad de los pabellones, insistiendo en la idea de los grandes espacios y su funcionalidad, caracterizado por la austeridad ornamental y la yuxtaposición de los volúmenes: construcción maciza, de cemento gris, monumental, de amplios espacios interiores y con un amplio vestíbulo de estilo sovietizante. La obra del arquitecto Antonio Muñoz, inspirada en el funcionalismo, desarrolló en efecto un estilo ecléctico, que se llamó en México “modernismo racionalista”. Sobre 24 mil metros cuadrados se edificaron dos edificios anexos, con 100 aulas, 250 baños, una alberca, un teatro y dos bibliotecas –contando en sus inicios la escuela modelo con un taller de imprenta, para los niños, y de manualidades, para las niñas, además del aprendizaje de música, pintura y danza, con el propósito de integrar las habilidades manuales, corporales, prácticas, a la enseñanza. La construcción de la escuela obedecía, así, al importante proyecto de urbanización de la Ciudad de México, -el cual, sin embargo, arrasó con importantes edificios virreinales y decimonónicos.



   El Centro Escolar Revolución de la Ciudad de México fue inaugurado por Abelardo L. Rodríguez, aunque proyectan sin embargo ya las ideas socialistas del gobierno de General Lázaro Cárdenas en lo que se ha denominado la etapa-post-revolucionaria del desarrollo nacional. Después de la inauguración por el presidente Abelardo Rodríguez del centro educativo, el 20 de noviembre de 1934, ya con los vitrales de Revueltas, se completó la obra arquitectónica, sumándose a los vitrales del artista santiaguero una serie de murales, llevados a cabo en 1936 y 1937 por noveles artistas revolucionarios de Michoacán, comandados por Raúl Anguiano, entre los que se cuentan: Everardo Ramírez, Antonio Gutiérrez, Ignacio Gómez Jaramillo, Gonzalo de la Paz Paredes y la pintora Aurora Reyes Flores –siendo la ideología de los tableros la de la lucha contra la oligarquía y la iglesia, derrotadas finalmente por la educación socialista, representada por las manos que sostienen una hoz y un martillo, como símbolos del sueño revolucionario Todo ello debido a que la edificación del conjunto se realizó en la época en que aquellos artistas pertenecía a las filas de la LEAR, estando bajo la férrea tutela de Diego Rivera –época también de la reforma al Artículo 3º Constitucional, donde se hablaba de la “educación socialista”, por iniciativa de Vicente Lombardo Toledano de Narciso Bassols, en el contexto de las ideas de la educación laica y gratuita.[2]



   La escuela se construyó, así, como un centro de educación integral y de avanzada, con la idea de contribuyera a modificar la ideología de los alumnos, sus costumbres y modos de vida, para con ello crear una nueva sociedad, justa, atlética e igualitaria –partiendo así  de una típica confusión moderna, pero de grado, entre el individuo y la persona, lo cual llevó inevitablemente a un colectivismo mal entendido de orden político.
   Al igual que otros Centros Escolares, el edificio cuenta con una escultura  la entrada del recinto y se complementó con la decoración interior agregando murales y vitrales. La escultura tiene una leyenda que reza: "Educar es Redimir". Corresponden a la etapa de mejoramiento urbano de la ciudad de México realizada, con el apoyo y dirección del gobierno, por importantes arquitectos, destacándose las obras de la Escuela Nacional de Maestros y el Hotel Reforma, por Mario Pani, el remozamiento  de la Plaza de la República de 1938, por Carlos Obregón Santacilia y Mario Pani, el Edificio del IMSS y la Secretaría de Salud, de Carlos Obregón Santacilia, el Hospital de Huipulco, de Jorge Villagrán, el Centro Escolar de San Cosme de Enrique Yánes –y entre las construcciones privadas: el Edificio Guardiola y el Edificio Basurto, de Francisco José Serrano. Se trataba de desarrollar una nueva arquitectura dirigida hacia la modernidad y el progreso, bajo un estilo arquitectónico ecléctico llamado nacionalista, pero que en realidad incorporaba al estilo art decó elementos de la arquitectura en boga, funcionalista y racionalista, procedentes de la escuelas urbanistas, de la Bauhaus europea, de Le Corbusier, de Frank Lloyd Wright y de la Escuela de Chicago.[3]
      En lo que toca al arte, Fermín Revueltas diseñó los vitrales para el Hospital de Ferrocarriles como para los Centros Escolares Revolución, tanto de la Ciudad de México como el de ciudad Juárez, los cuales fueron realizados por la Casa Montaña de Torreón, con la ayuda de Enrique Villaseñor, teniendo como dibujantes ayudantes a Carlos Vázquez y a Francisco Montoya de la Cruz.[4] 
   A Fermín Revueltas le encargaron proyectar una serie de 12 vitrales con el tema de las ciencias naturales, los cuatro elementos, la historia de México y el desarrollo agropecuario para las dos bibliotecas, en cuatro trípticos de 7.5 por 1.5 metros cada uno, utilizando el artista el método de seleccionar fotografías y proyectarlas en el papel para introducir, con tinta más gruesa, los soportes estructurales. Así, Revueltas desarrolló los temas de la flora y la fauna mexicana, las tres etapas históricas de México (la prehispánica, la virreinal y la contemporánea), la representación de los cuatro elementos y de los adelantos científicos y tecnológicos.
   El primer tríptico se titula “La Historia de México“, desarrollando uno la idea de la nueva tierra conquistada como el lugar de la utopía soñada por Tomás  Moro, destacando las figuras en primer plano de Cortez y la Malinche sobre el Paisaje del Altiplano, más allá los Galeones Españoles, y del otro lado del mar una Torre de Babel roída por las llamas; el segundo, al centro, destaca en el primer plano la figura de un hombre moreno siendo purificado por el fuego, atrás un hermosa pirámide sobre la que destaca un glifo prehispánico en honor de Tláloc y la figura del héroe cultural Quetzalcóatl; el tercer vitral, a la izquierda, de modernísimo diseño, hace alusión al progreso, destacándose en primer sitio los obreros, luego las inmensas fábricas, y12 arriba un aeroplano y un zepelín que cortan el cielo en direcciones encontradas. El segundo tríptico se titula “El Mar, la Flora y la Fauna Mexicanas”, el cual es una representación de la rica biodiversidad de México, donde en un laberinto luminoso y multicolor se funden, como una crisol, las especies coloridas, surgiendo de entre las formas una tehuana en una hamaca y la imagen de un niño nadando -destacándose en este tríptico el vitral del buzo, el pescador y el barco. El tercer tríptico se titula “La Formación de la Tierra”, el cual gran conjunto en el que se muestra a los cuatro elementos simbolizados como grandes generadores de energía y proveedores de vida: el agua subterránea que emerge como un géiser, el agua pluvial que llega con la tromba, la tierra y el fuego al interior del planeta que se extienden hacia el espacio para comunicarse con el cosmos -un globo aerostático, una inmensa cascada y el cosmos sideral, en referencia a los diferentes estratos del planeta, que se unifican al centro con el motivo prehispánico de la dualidad Sol-Luna, a la manera de los antiguos códices prehispánicos. Por último, el cuarto tríptico, conocido como “La Energía”, el artista hace alusión a los adelantos técnicos en materia de medicina con los rayos x, a las antenas de radio, las máquinas industriales, las turbinas, los dínamos que general la electricidad, y a los nuevos aparatos de telecomunicación.[5] Todos los vitrales se encuentran ubicados en el área de la biblioteca.



   Aunque poco se sabía de otras obras, Fermín Revueltas dejó una serie de vitrales más para la ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, los cuales se encuentran en el Centro Escolar Revolución de aquella región del Norte de México. Se trata, en efecto, de dos enormes vitrales diseñados por el gran muralista, los cuales sin embargo se encontraban severamente lastimados por la incuria institucional y el natural paso del tiempo. A la fecha, los impresionantes vitrales han sido ya restaurados. Se trata de “Corazón Robado” (o “Corazón del Niño Robado”) y “Madre Patria”, los cuales encierran algún misterio, pues la muerte sorprendió a Fermín Revueltas en el año de 1935, habiéndose empezado la construcción de la escuela hasta dos años después.[6]







[1] El Mercado Abelardo L. Rodríguez se construyó en el año de 1934 en lo que fueran terrenos del Colegio de San Pedro y San Pablo, sobre la calle de República de Venezuela, al noreste del Zócalo, y fue decorado por los alumnos de Diego Rivera y bajo su supervisión. Los murales son obra de Pablo O´Higgins, Ángel Bracho (Los Mercados), Antonio Pujol (Influencia de las Vitaminas), Pedro Rendón (Los Alimentos y Los Problemas del obrero), Ramón Alva Guadarrama (Escenas populares), Raúl Gamboa (La Industrialización del campo y Los mercados), Grace Greenwood Ames (Las Labores del Campo), Marion Greengood (La Minería), con un relieve de Isamu Noguchi (Historia de México), todos ellos sobre una superficie de 1 450 metros cuadrados. Todos ellos abundan sobre temas socialistas de la explotación de los trabajadores, la discriminación racial y la lucha contra el fascismo y el nazismo.
[2] A Aurora Reyes le ha correspondido el título de haber sido la primera muralista. En realidad hay un antecedente en provincia: la pintora Mercedes Burciaga, en Durango quien, contando con la ayuda de Francisco Montoya de la Cruz  y de Horacio Rentería, pinto varios de murales en el Centro Escolar Revolución de aquella ciudad de Victoria de Durango. El Centro Escolar Revolución de la Ciudad de México, localizado ente las calles de Balderas, Arcos de Belén y Niños Héroes, colindando con las calles de Luis Moya y Portales, en contra-esquina de la Biblioteca México y de Televisa Chapultepec, fue construido sobre las ruinas de la Cárcel de Belén, cuyo edificio fue demolido en 1933. La Cárcel de Belén se erigió en 1863, sustituyendo a la Cárcel de la Acordad, que estuvo localizada entre Avenida Juárez y Bucareli, siendo malamente famosa por las condiciones pavorosas de hacinamiento y las terribles epidemias y enfermedades que la azotaron, alcanzando en 1890 más de 7 prisioneros aquejados por la peste, la tuberculosis y la tifoidea -prisión que viera desfilar a presos políticos como Leonora Vicario, Heriberto Frías (autor de Tomoxic inspirado en tal prisión), Filomeno Mata, Ricardo y Jesús Flores Magón, etc. Se erigió sobre las ruinas de que fuera la Colonia del Recogimiento Voluntario de San Miguel, conocida como Belén de las Recogidas, o Belén de las Mochas, fundada en 1751 con el nombre de Colegio de Niñas de San Migue de Belén, enfrente de la Iglesia de Belén de los Mercedarios, o Belén de Nuestra Señora de las Mercedes y Redención de los Cautivos, fundada en 1683. La inmensa escuela cuenta hoy en día con dos primarias, dos secundarias, un centro de desarrollo infantil, una escuela para capacidades especiales –a las que se suman las oficinas de la Dirección Nacional de Bibliotecas de CONACULTA.
[3] A tal estilo pretendidamente “nacionalista” se le llamó también “modernista-racionalista”, la cual se inscribe dentro de una moda impulsada por el arquitecto José Villagrán García, entre cuyos alumnos destacaron Enrique del Moral, Juan Legorreta y Juan O´Gorman.
[4] El Centro Escolar Revolución de la ciudad de Durango empezó a ser construido en 1934, cuando fue gobernador del estado Carlos Real, terminándose en 1936, en el barrio de Tierra Blanca, entre las calles de Urrea y Gómez Farías, en una obra tendiente a mostrar, como ha escrito el historiador Javier Guerrero Romero, “la fuerza y el poder del estado”. Se trata, al igual que las otras escuelas, de un nuevo modelo de centro educativo, con capacidad para 800 alumnos divididos en dos escuelas (la roja y la azul). Fue inaugurado durante el gobierno interino de Enrique Calderón el 21 de noviembre de 1936.
[5] El año de 1934 fue un año dura para la familia Revueltas, pues María Ignacia Estrada, la esposa del artista, estuvo muy enferma, desfilando por su casa los doctores con los destellos de los nuevos instrumentos quirúrgicos, teniendo que ser sometida a exámenes de platina y a radiografías. Carla Zurián, Fermín Revueltas. Constructor  de Espacios. IMBA, MMDR. México, 2002. Pág. 121.
[6] El Centro Escolar Revolución de Ciudad Juárez se encuentra localizado en la Calzada 5 de Febrero # 1621, en el barrio de La Chavera. La escuela había sufrido total abandono y  fue remodelada, y reconstruidos y vueltos a colocar en su sitio los dos inmensos vitrales de Fermín revueltas, a finales del año 2012, en base a los registros históricos y fotográficos de la época, pues muchos de vidrios estaban rotos y sus guías de metal seriamente dañadas. El Teatro de la escuela cuanta con otros cuatro vitrales con las figuras de Moctezuma, Cortez, Juárez y Madero. Se comenzó a construir en el año de 1937 por el ingeniero Cesar A. Bossi en el estilo art decó de todos los centros, con una capacidad de 1 500 alumnos en 36 aulas divididas en tres planteles. Su elevado costo, 500 mil pesos, llamó la atención en su momento,  fue inaugurado por el Presidente Lázaro Cárdenas el 17 de mayo de 1939, en la única visita que durante su sexenio hiso a aquella ciudad, junto con el gobernador de Chihuahua Gustavo E. Talamantes, Adalberto Tejada, Heriberto Jara  Francisco Urquizo. El inmueble tiene hoy día en servicio 19 aulas con una población de 390 alumnos.  Hay otro centro Escolar Revolución en la ciudad de Xalapa, y otros más en diferentes capitales del país.




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