La Quimera
Por Alberto Espinosa Orozco
Monstruo fabuloso con cabeza de león, cuerpo
de cabra y cola de dragón o de serpiente, la Quimera es un ser cuya actividad
ofensiva se resuelve en vomitar fuego por la boca, simbolizando la perversidad
compleja, siendo su figura el emblema en que se deposita o contiene un triple
enredo anímico o del carácter desviado de la fiera: la cola de serpiente o de
dragón corresponde a la perversión espiritual de la vanidad; la cabra a la
sexualidad perversa y caprichosa, y el león a la tendencia dominadora que
corrompe toda relación social.
Originario de Lisia y de linaje divino,
Hesíodo lo describe en la Teogonía con tres cabezas, cosa que
la relaciona con el Cerbero. En Lisia lleva el nombre de un volcán, dando la
imagen del paisaje infranqueable: la base infestada de serpientes, los prados
medios de cabras y la cumbre en llamas infestadas de guaridas de león. Se
cuenta también que un soberano nefasto devastó a su país al reunir tres
indeseados rasgos de carácter: desenfrenado como la cabra, débil como la
serpiente y tiránico como el león. En efecto, en la Quimera se reúnen tres
fuerzas salvajes, rebeldes o indómitas de la tierra, las que se funden en el
inconsciente como tendencias autodestructivas, al ser la imagen de los deseos
magnificados e incontrolados la frustración exaspera se convierte en fuente de
dolor. La Quimera es acaso el símbolo más horroroso y destructivo de la
seducción. La Quimera atrae y seduce y al igual que las sirenas pierden a quien
a ella se abandona. Es símbolo también de los torrentes –caprichosos como las
cabras, retorcidos cual serpientes, devastadores como leones. Es sabido que no
se la puede combatir de frente, sino buscándola con ardor en sus guaridas más
profundas y sorprenderla. Al ser el símbolo de las creaciones imaginarias
salidas de las profundidades del inconsciente, a la torrencial Quimera no se le
puede detener con diques, sino sólo desecando con astucia sus fuentes o
desviando su curso.
Para la mitología griega la Quimera es hija
de Tifón y Equidna, hermana de las Gorgonas y de un monstruo nacido en las
entrañas de la tierra. Fue abatida por Belerofonte, identificado con el rayo,
en Corintio. Único héroe que pudo enfrentarla y darle muerte montando en el
caballo Pegaso. En el combate contra la Quimera protagonizado por Belerofonte y
Pegaso se ha visto una prefiguración de San Jorge en su lucha contra el Dragón.
Hay una segunda acepción que adjetiva el
sustantivo “quimera” de “quimérico”. Entonces su uso es sinónimo de sueño
convertido en pesadilla, de fabulaciones increíbles y sin fundamento, de vana
imaginación o de idea falsa. La incoherente formal del animal irónicamente ha
hecho degenerar su nombre en palabra hueca, que igual significa fantasma
gigantesco, refiriéndose seguramente a una
alucinación colectiva que ilusión de falsa imaginería, fingimiento de la
realidad, o espectro.
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