Soneto Visitación
Por
Alfonso Reyes
—Soy
la Muerte— me dijo. No sabía
que
tan estrechamente me cercara,
al
punto de volcarme por la cara
su
turbadora vaharada fría.
Ya
no intento eludir su compañía:
mis
pasos sigue, transparente y clara
y
desde entonces no me desampara
ni
me deja de noche ni de día.
—¡Y
pensar —confesé—, que de mil modos
quise
disimularte con apodos,
entre
miedos y errores confundida!
«Más
tienes de caricia que de pena».
Eras
alivio y te llamé cadena.
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