Noticias de un Maravilloso Tapiz: Historia
y Mito
Por
Alberto Espinosa Orozco
1ª
Parte
“El
jardín tiene un fuente
y
la fuente una quimera
y
la quimera un amante
que
se muere de tristeza.”
Juan
Ramón Jiménez
I.- La Historia Reciente
La
historia del tapiz “La Fuente del Unicornio de Durango”, verdadero jardín
encantado de tesoros y relaciones, asociaciones y enigmas. El maravilloso tapiz
formo parte, siendo la pieza central, de la “Pinacoteca Virreinal del Estado de
Durango”, la cual se ubicó por muchos años en Conjunto Cultural Durango, en el
“Ex-Internado Juana Villalobos”, que fue la sede también del Instituto de
Cultura del Estado de Durango (ICED), en la Colonia Silvestre Dorador, también
llamada colonia Obrera. Es decir, el tapiz es y pertenece al pueblo de Durango,
México, para su contemplación como para la instrucción y el disfrute. Se
trata más propiamente de un tapiz que de un gobelino, de misteriosas
características, siendo una obra única en la Historia del Arte Universal, tanto
por sus dimensiones, por su historia como por su trama y su tema, pero también
por su origen y procedencia.
A la
famosa obra de arte medieval se le ha llamado con diferentes nombres: “El
Jardín del Unicornio”; “La Fuente del Unicornio”; “La Fuente de la Gracia”
–aunque también es conocida por historiadores y especialistas como "Hinc mihi salu." ("Tengo la Salvación", y no como se quiso hacer creer “Hic Mihí Salu” o “Mi Saludo desde Aquí”), pues la obra de arte ostenta en su tejido una
banda superior en la que puede leerse esa leyenda. Se trata de una de las obras
más misteriosas de toda la Historia del Arte, tanto por su procedencia como por
su tema (al parecer unas bodas reales de inspiración romántica), pero también
por codificarse en ella una serie de misterios esotéricos y alquímicos de la
Edad Media, cuya densidad icónica y simbólica tendría una interpretación
cristológica.
El
hermoso tapiz “La Fuente de la Gracia” se exhibió por cerca de 10 años, de 1998
a 2008, en la Pinacoteca Virreinal del Estado
de Durango, la cual se encontraba en un magnífico salón de grandes
proporciones, formando parte de uno de los edificios principales en un gran del conjunto arquitectónico
compartido por Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED) y el Instituto
Nacional de Antropología e Historia del Estado de Durango (INAHED). El Conjunto
Cultural Durango, como también se le conoció oficialmente, estuvo asentado en lo que fuera un bellísimo hospital
neoclásico de influencia francesa, construido con las espléndidas canteras de
la región, entre inmensos jardines, a fines del siglo XIX, convirtiéndose
posteriormente en la escuela Hijos del Ejército #8, y luego en el Internado para
Huérfanos Juana Villalobos, nombre con el que popularmente todavía se conoce al
inmueble.
Sin
embargo, a partir del año 2008, durante el gobierno de Ismael Hernández Deras y
siendo director del ICED Luis Ángel Martínez Diez, las oficinas del
Instituto de Cultura fueron trasladadas a una casa moderna, cerca del Bulevar
Durango, aunque no así las del INAH, que permanecieron en el Conjunto Cultural
Durango, pues se dio paso a la reconstrucción del conjunto arquitectónico y a
su millonaria remodelación, para la creación y establecimiento del modernísimo Centro
de Convenciones Bicentenario, terminado en 2010. Algunas personas informaron
que durante ese lapso de tiempo el fabuloso tapiz permaneció enrollado y
arrumbado en una esquina de la Biblioteca Olga Arias, habiendo sido desmontado
de un gran mueble semejante a una cama de madera de grandes dimensiones, la
cual había hecho construir el querido mentor Don Héctor Palencia Alonso,
anterior director de ICED, para que la obra “descansara” –pues estando exhibida
en posición vertical se había empezado a “colgar” en diferentes puntos.
Si bien es cierto que se remodelaron y
habilitaron los jardines del inmueble adornándolos con enormes esculturas, que se
techaron grandes espacios y se remodelaron varios de sus edificios, algunos de
ellos muy deterioraos o en estado ruinoso, también lo es que con ello
desaparecieron varios centros de actividad cultural: el Museo de la Revolución
Domingo Arrieta, el Museo de la Fotografía,
la Sala de Eventos Nelly Campobello, la biblioteca Olga Arias, un Cine y dos
Galerías de Arte dejaron de existir. Vale la pena señalar que durante la
gestión como dirección del ICED del Maestro Héctor Palencia Alonso (1998-2004),
se edificó la Sala de Conciertos Silvestre Revueltas, habiendo sido construida
con enormes esfuerzos de su parte, debido a lo restringido del presupuesto de que
gozaba por ese tiempo la institución, mandando hacer incluso una escultura del
músico genial que presidía el paseo que llevaba al inmueble –el cual, por otra
parte, también fue desmontado y trasladado a las nuevas instalaciones. El
Centro de Convenciones Bicentenario se convirtió así no en otra cosa que en
oficinas gubernamentales, siendo desde entonces la Directora de Cultura de
dicho centro la pintora Pilar Rincón.
Hay
que agregar que siendo la directora del ICED la Ingeniero Corín Martínez
Herrera, la Pinacoteca Virreinal, hasta entonces custodiada por el pintor
Felipe Piña y donde se resguardaba el precioso tapiz, cambió de sede, pues fue
trasladada al Museo Gurza en el año de 2012, aunque sólo por un breve periodo
de tiempo pues a los ocho meses, luego
de permanecer en una sala larga y estrecha de dicho museo, se
desmanteló la Pinacoteca como tal, yendo a parar al menos una de sus piezas a la Casa Grande de
Ferrería: "La Puerta de los Evangelistas", la que según se dice se encuentra ahora en las oficinas del gobernador.[1]
II.-
Historia: los Antecedentes Recientes
A
fines del siglo XX se tenía la impresión en el Conjunto Cultural Durango que el
tapiz “La Fuente de la Gracia” era un antiguo gobelino, dando por descontado
que se trataba de una pieza del Siglo XVII, fecha en la cual el Rey de Francia
Luis XIV, el “Rey Sol”, adquirió en propiedad la Manufactura de Gobelinos de
París. Una ficha al costado del fabuloso
tejido, realizada por el primer encargado del conjunto, el historiador Javier
Guerrero, señaló así por algún tiempo que la maravillosa obra era un gobelino
del Siglo XVII.
El querido mentor y culto abogado Don Héctor Palencia Alonso,
luego de tomar posesión de la dirección de cultura del Conjunto Cultural
Durango en el año de 1998, como primer acuerdo solicitó la colaboración de
CONACULTA, por conducto de Rafael Santín de Río, para que se realizara un
estudio del fabuloso tapiz y se le restaurara, petición que fue turnada al
INBA, enviando entonces esta dependencia la experta en restauración Rosalía
Cuevas quien tomó algunas muestras del textil para su análisis en el año de 1999.
La presencia del experto tenía como objetivo lograr que se tomaran las medidas
necesarias para proteger el tapiz, ya que al estar colgado verticalmente sobre
un muro, sin bastidor de ningún tipo, la trama del tejido se había empezado a
colgar en algunos sitios.
Mientras se esperaba su dictamen, el Maestro
Don Héctor Palencia Alonso invitó, a través de la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística Delegación Durango en coordinación con el Instituto de
Cultura del Estado de Durango, al reconocido arquitecto Jaime Ortiz Lajous, restaurador
de sitios históricos y experto investigador del arte francés, antiguo asesor
del Metropolitan Musem of Art de Nueva York y del Instituto Paul Gety de Los
Ángeles, California. Don Jaime Ortiz
Lajus, famoso crítico de arte y notable arquitecto, dio así una conferencia la
noche del viernes 4 de junio de 1999 en
el vestíbulo del Teatro Ricardo Castro, la cual se tituló “La Nueva Propuesta
de Ley sobre Patrimonio Histórico” –siendo acompañado por dos disertantes, la periodista
Anabel Gutiérrez Parra y el director del Museo de la Ciudad de México, Conrrado
Tostado.
Al día siguiente, el sábado 5 de junio de
1999, el arquitecto Jaime Ortiz Lajous, acompañado por Conrrado Tostado y
Anabel Gutiérrez, visitó el Conjunto Cultural Durango. El director de cultura
local, Maestro Héctor Palencia Alonso, los llevó entonces a la Pinacoteca
Virreinal, quedando el prestigioso crítico de arte asombrado al contemplar la
obra “El Jardín del Unicornio”, la cual observó por horas, llegando a la siguiente
conclusión: que se trata de un verdadero hallazgo, por ser una obra única en la
historia del arte universal, tanto por pertenecer a la serie de Tapices del
Unicornio del Cluny como por su tamaño, ya que es tres veces más grande que el
resto de la colección y de superiores valores estéticos –siendo su valor
metálico en el mercado internacional estratosférico, superior a varios millones
de dólares.[2]
Siendo
el arquitecto Jaime Ortiz Lajous autoridad mundial en la materia, habiendo
ocupado puestos de relieve relacionados con el patrimonio cultural en la
extinta Secretaría de Patrimonio Cultural Nacional, hizo notar que el tapiz de Durango Pertenece a la serie de tapices del Museo del Cluny. Algunos de los tapices sobre el tema del unicornio se encuentran en el museo de
Arte Medieval, The Cloisters, en Nueva York, serie de 7 tapices conocida como "La Caza del Unicornio", sobresaliendo de entre ellos el tapiz "La Muerte del Unicornio". Existe otro más, en la Fundación Paul Guetty de California, creada por el
millonario petrolero y hotelero norteamericano Paul Guetty, llamado “El
Unicornio Capturado”. Existen también otros seis tapices con el tema del unicornio en el Museo del Cluny, famoso museo
de París, situado frente a la Universidad de la Sorbona, la más antigua de
Europa. El Museo del Cluny alberga una colección inigualable de arte medieval de los
siglos XIV a XVI y las más bellas colecciones de objetos de los Siglos XV, XVI
y XVII. Uno de los grandes atractivos del Museo del Cluny es la serie de los seis tapices sobre el equino anómalo, todos ellos manufacturados en el Siglo XV, los
cuales forman la colección conocida como “Los Cinco Sentidos” –todos ellos
elaborados en seda y lana, aproximadamente del mismo tamaño, manufacturados en Flandes a finales del Siglo
XV, apareciendo en el sexto tapiz una dama saliendo de una tienda de campaña,
el cual ostenta una misteriosa inscripción: “A
Mon Seul Desir” (“A la Única que Amo” o "A mi único deseo").
El tapiz de Durango “El Jardín del
Unicornio” pertenece a ésta última serie, siendo el séptimo de la colección y
tres veces más grande que los restantes (468 x 372 cts., 17 m2) y de superiores valores artísticos y estéticos. La obra se refiere así al tema
esotérico del Unicornio, codificado en la Edad Media, cuyo misterio nos
hablaría de una representación alegórica cristológica, de un ser puro y casto
que sólo podía ser visto por las vírgenes –teniendo cada uno de los animales e
incluso de las plantas un valor simbólico, por lo que se ha conjeturado que
contiene un código alquímico.[3]
A semejanza del sexto tapiz de Paris, la
obra de arte medieval de Durango, “La Fuente de la Gracia”, ostenta una leyenda
análoga y complementaria: “Hinc Mihi Salu.”
("Tengo la salvación".... y no "Hic Mihi Salus", “Desde aquí mi Saludo”, como se transcribió y tradujo primero erróneamente). También añade el tapiz de Durango un rasgo más de carácter fundamental: en la esquina baja del
lado izquierdo, muy cerca de un cisne, se exhiben las siglas “F.B” –las cuales
probablemente indican más que la identidad del taller donde fue realizada la
obra, las iniciales del artista; no lo sabemos, pero sabemos en cambio que la
firma como marca de la individualidad y dignidad del artista, tal y como la
concebimos hoy, es invención del Renacimiento, rasgo, pues, que el tapiz de
Durango cuando menos preanuncia.
El tapiz de Durango es conocido con el
nombre de “La Fuente de la Gracia” para distinguirlo de otro de los tapices,
llamado también “La Fuente del Unicornio” o “Asesinato del Unicornio” (368 x
315 cts.), el cual se encuentra el museo
“Cloisters”, del Metropolitan Museum de Nueva York, el cual presenta al
unicornio mientras corre por el lado frontal de una fuente rodeado por
cazadores, mientras es descubierto y señalado por uno de ellos –escena que ha
sido interpretada como una alegoría de la última cena. Por su parte en el tapiz
de Durango aparecen enfrente de la fuente, a izquierda y a derecha, la Ama de
Llaves ejecutando la viola da gamba y la Dama tocando el laúd o la vihuela
–siendo un rasgo distintivo de esta obra respecto de sus parejas de la
Colección del Cluny la sencillez que adopta la vestimenta de las dos señoras.
El
licenciado Don Héctor Palencia Alonso se comunicó entonces telefónicamente con
la experta del INBA, la restauradora Rosalía Cuevas, quien le informó estar de
acuerdo con lo dicho por Jaime Ortiz Lajous y que para corroborar que se
trataba de una obra del Siglo XV estaba haciendo exámenes de los pigmentos del
tapiz en rojos, azules, verdes y ocres, recomendándole buscar para su
restauración apoyo en el Instituto Paul Getty, por no haber en México
especialistas en tecnología avanza dada a –aunque tales exámenes quedaron
inconclusos al no remitir la restauradora el informe escrito al respecto. El
gobernador Sergio Ángel Guerrero Mier dio instrucciones entonces a Héctor
Palencia Alonso para suscribir la instrucción de Jaime Ortiz Lajous ante el
Instituto Paul Getty y que la obra fuera restaurada por especialistas,
insistiendo entonces el director del ICED que la restauración del gobelino para
devolverle sus colores originales debería de llevarse a cabo in situ, agregando que de ninguna manera
se permitiría que la obra saliera de la ciudad de Durango.
Sin embargo, el fabuloso tapiz no llegó a
ser restaurado, a pesar de que Walter Boesterly Urrutia, director del Centro Nacional
de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble, conocido como
Centro de Restauración de Obras de Arte del INBA, informó que el 20 de junio
del año 2000, arribarían restauradores expertos a Durango, bajo la supervisión
de Rosalía Cuevas y con la colaboración de la restauradora local Lourdes
Rodríguez Díaz, en ese tiempo encargada de la Pinacoteca –mencionándose que el
presupuesto por tal tarea ascendería a los 200 mil pesos con una duración de 20
semanas para realizar las tareas de limpieza, reforzamiento de los hilos en las
zonas debilitadas y en las uniones, colocación de una entretela o forro y la
colocación correcta en el muro.[4]
Sin embargo, la falta de recursos por parte
del gobierno local redundó en la suspensión del proyecto, no obstante que el
Maestro Héctor Palencia había conseguido de los funcionarios y directivos del
centro de restauración del INBA un presupuesto más asequible, siendo éste
último de 80 mil pesos con un estimado de 8 a 10 semanas en las tareas, pagando
el ICED y manutención de los técnicos especializados. Empero, éste último
acuerdo tampoco llegaría a concretarse.
Así, para el año de 2003 el Licenciado
Héctor Palencia Alonso tomó la iniciativa de al menos mandar construir en la
Pinacoteca Virreinal del Conjunto Cultural Durango una especie de gran soporte,
similar a las camas de los hospitales, levantado en un ángulo de 45 grados,
donde en posición semi-horizontal pudiera descansar la obra, siendo iluminada
por una luz especial –sitio en el que permaneció la pieza cuando menos hasta el
inició de la remodelación integral del conjunto, el cual fue convertido e
inaugurado para el año de 2010 en el Centro
de Convenciones Bicentenario.[5]
[1] Aunque la colección de
obras de la Pinacoteca Virreinal de Durango no es muy grande, contiene obras de
gran mérito, de las cuales es posible mencionar las siguientes, además del tapiz "La
fuente del Unicornio"; 1.- Unas casullas religiosas bordadas en oro y plata; 2.- La puerta de los Evangelistas, una talla en cedro,
mexicana, del Siglo XIX, y las pinturas; 3.- Jesús en la Cárcel; 4.- San Juan
Nepomuceno ; 5.- La Visitación de María Virgen; 6.- La Virgen del Carmen; 7.-
Ánimas del Purgatorio, del Siglo XVII; 8.- El Ánima más Sola; 9.- San Felipe
Neri, y; la Virgen del Refugio.
[2] El abogado Héctor
Palencia Alonso publicó tres artículos sobre tal visita en el periódico El Sol
de Durango, en su columna editorial “Durango, Ayer y Ahora”, los días 12,16 y
19 de junio de 1999, titulados “El Gobelino del Unicornio”; “Orígenes de esta
obra de arte”, y “Crece el interés por el gobelino”.
[3] El arquitecto Don Jaime
Ortiz Lajous publicó en el mes de julio de 1999 en el periódico “El Universal”
un artículo titulado “La Dama del Unicornio en Durango”, ce publico los
resultados de su investigación. En esas mismas fechas el célebre periodista
Paco Ignacio Taibo II publicó otro artículo, también en el diario “El
Universal”, el sábado 17 de julio de 1999, titulado “Develan Misterioso
Gobelino Medieval”, en donde narra cómo durante años la Pinacoteca virreinal
del Conjunto Cultural Durango exhibió “sin saber” un gobelino de los más
antiguos e importantes del mundo: “Un antiguo gobelino que durante años se
exhibió como pieza del Siglo XVII en la Pinacoteca Virreinal del Conjunto
Cultural Durango, sede del actual Instituto de Cultura de ese Estado (ICED),
resultó ser una pieza única de arte medieval, de incalculable valor económico”;
“La identificación de lo que, ahora se sabe, es uno de los primeros tapices de
París, cuya manufactura data del Siglo XV, se debe al arquitecto y crítico de
arte Jaime Ortiz Lajous y de acuerdo con información de Héctor Palencia Alonso,
director densistiendo entonces el director del ICED, ya fue dictaminado por un
experto del INBA”.
[4] “Se Restaurará el Tapiz
del Unicornio y Todos Podremos ser Testigos del Proceso”, El Sol de Durango,
lunes 5 de junio el 2000.
[5] Unos cuantos meses antes
de concluir su gestión, y de su prematura muerte, el Licenciado Héctor Palencia
Alonso dejó asentado en su columna editorial del diario que tal tarea de
restauración del tapiz sería la encomienda prioritaria que dejaría su gestión
pendiente y en responsabilidad de ser cumplida por sus sucesores. Héctor
Palencia Alonso, “Durango Ayer y Ahora”,
El Sol de Durango, 5 de enero de 2004.
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