martes, 18 de febrero de 2014

Noticias de un Maravilloso Tapiz: Historia y Mito Por Alberto Espinosa Orozco 1ª Parte

 Noticias de un Maravilloso Tapiz:  Historia y Mito
Por Alberto Espinosa Orozco 
1ª Parte
“El jardín tiene un fuente
y la fuente una quimera
y la quimera un amante
que se muere de tristeza.”
Juan Ramón Jiménez



I.- La Historia Reciente
   La historia del tapiz “La Fuente del Unicornio de Durango”, verdadero jardín encantado de tesoros y relaciones, asociaciones y enigmas. El maravilloso tapiz formo parte, siendo la pieza central, de la “Pinacoteca Virreinal del Estado de Durango”, la cual se ubicó por muchos años en Conjunto Cultural Durango, en el “Ex-Internado Juana Villalobos”, que fue la sede también del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), en la Colonia Silvestre Dorador, también llamada colonia Obrera. Es decir, el tapiz es y pertenece al pueblo de Durango, México, para su contemplación como para la instrucción y el disfrute. Se trata más propiamente de un tapiz que de un gobelino, de misteriosas características, siendo una obra única en la Historia del Arte Universal, tanto por sus dimensiones, por su historia como por su trama y su tema, pero también por su origen y procedencia.
   A la famosa obra de arte medieval se le ha llamado con diferentes nombres: “El Jardín del Unicornio”; “La Fuente del Unicornio”; “La Fuente de la Gracia” –aunque también es conocida por historiadores y especialistas como "Hinc mihi salu." ("Tengo la Salvación", y no como se quiso hacer creer “Hic Mihí Salu” o “Mi Saludo desde Aquí”), pues la obra de arte ostenta en su tejido una banda superior en la que puede leerse esa leyenda. Se trata de una de las obras más misteriosas de toda la Historia del Arte, tanto por su procedencia como por su tema (al parecer unas bodas reales de inspiración romántica), pero también por codificarse en ella una serie de misterios esotéricos y alquímicos de la Edad Media, cuya densidad icónica y simbólica tendría una interpretación cristológica.
   El hermoso tapiz “La Fuente de la Gracia” se exhibió por cerca de 10 años, de 1998 a 2008,  en la Pinacoteca Virreinal del Estado de Durango, la cual se encontraba en un magnífico salón de grandes proporciones, formando parte de uno de los edificios principales  en un gran del conjunto arquitectónico compartido por Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia del Estado de Durango (INAHED). El Conjunto Cultural Durango, como también se le conoció oficialmente, estuvo asentado  en lo que fuera un bellísimo hospital neoclásico de influencia francesa, construido con las espléndidas canteras de la región, entre inmensos jardines, a fines del siglo XIX, convirtiéndose posteriormente en la escuela Hijos del Ejército #8, y luego en el Internado para Huérfanos Juana Villalobos, nombre con el que popularmente todavía se conoce al inmueble.
   Sin embargo, a partir del año 2008, durante el gobierno de Ismael Hernández Deras y siendo director del ICED Luis Ángel Martínez Diez, las oficinas del Instituto de Cultura fueron trasladadas a una casa moderna, cerca del Bulevar Durango, aunque no así las del INAH, que permanecieron en el Conjunto Cultural Durango, pues se dio paso a la reconstrucción del conjunto arquitectónico y a su millonaria remodelación, para la creación y establecimiento del modernísimo Centro de Convenciones Bicentenario, terminado en 2010. Algunas personas informaron que durante ese lapso de tiempo el fabuloso tapiz permaneció enrollado y arrumbado en una esquina de la Biblioteca Olga Arias, habiendo sido desmontado de un gran mueble semejante a una cama de madera de grandes dimensiones, la cual había hecho construir el querido mentor Don Héctor Palencia Alonso, anterior director de ICED, para que la obra “descansara” –pues estando exhibida en posición vertical se había empezado a “colgar” en diferentes puntos.
   Si bien es cierto que se remodelaron y habilitaron los jardines del inmueble adornándolos con enormes esculturas, que se techaron grandes espacios y se remodelaron varios de sus edificios, algunos de ellos muy deterioraos o en estado ruinoso, también lo es que con ello desaparecieron varios centros de actividad cultural: el Museo de la Revolución Domingo Arrieta,  el Museo de la Fotografía, la Sala de Eventos Nelly Campobello, la biblioteca Olga Arias, un Cine y dos Galerías de Arte dejaron de existir. Vale la pena señalar que durante la gestión como dirección del ICED del Maestro Héctor Palencia Alonso (1998-2004), se edificó la Sala de Conciertos Silvestre Revueltas, habiendo sido construida con enormes esfuerzos de su parte, debido a lo restringido del presupuesto de que gozaba por ese tiempo la institución, mandando hacer incluso una escultura del músico genial que presidía el paseo que llevaba al inmueble –el cual, por otra parte, también fue desmontado y trasladado a las nuevas instalaciones. El Centro de Convenciones Bicentenario se convirtió así no en otra cosa que en oficinas gubernamentales, siendo desde entonces la Directora de Cultura de dicho centro la pintora Pilar Rincón.  
   Hay que agregar que siendo la directora del ICED la Ingeniero Corín Martínez Herrera, la Pinacoteca Virreinal, hasta entonces custodiada por el pintor Felipe Piña y donde se resguardaba el precioso tapiz, cambió de sede, pues fue trasladada al Museo Gurza en el año de 2012, aunque sólo por un breve periodo de tiempo  pues a los ocho meses, luego de permanecer en una sala larga y estrecha de dicho museo, se desmanteló la Pinacoteca como tal, yendo a parar al menos una de sus piezas a la Casa Grande de Ferrería: "La Puerta de los Evangelistas", la que según se dice se encuentra ahora en las oficinas del gobernador.[1]



II.- Historia: los Antecedentes Recientes
   A fines del siglo XX se tenía la impresión en el Conjunto Cultural Durango que el tapiz “La Fuente de la Gracia” era un antiguo gobelino, dando por descontado que se trataba de una pieza del Siglo XVII, fecha en la cual el Rey de Francia Luis XIV, el “Rey Sol”, adquirió en propiedad la Manufactura de Gobelinos de París.  Una ficha al costado del fabuloso tejido, realizada por el primer encargado del conjunto, el historiador Javier Guerrero, señaló así por algún tiempo que la maravillosa obra era un gobelino del Siglo XVII.
   El querido mentor  y culto abogado Don Héctor Palencia Alonso, luego de tomar posesión de la dirección de cultura del Conjunto Cultural Durango en el año de 1998, como primer acuerdo solicitó la colaboración de CONACULTA, por conducto de Rafael Santín de Río, para que se realizara un estudio del fabuloso tapiz y se le restaurara, petición que fue turnada al INBA, enviando entonces esta dependencia la experta en restauración Rosalía Cuevas quien tomó algunas muestras del textil para su análisis en el año de 1999. La presencia del experto tenía como objetivo lograr que se tomaran las medidas necesarias para proteger el tapiz, ya que al estar colgado verticalmente sobre un muro, sin bastidor de ningún tipo, la trama del tejido se había empezado a colgar en algunos sitios.
   Mientras se esperaba su dictamen, el Maestro Don Héctor Palencia Alonso invitó, a través de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística Delegación Durango en coordinación con el Instituto de Cultura del Estado de Durango, al reconocido arquitecto Jaime Ortiz Lajous, restaurador de sitios históricos y experto investigador del arte francés, antiguo asesor del Metropolitan Musem of Art de Nueva York y del Instituto Paul Gety de Los Ángeles, California.  Don Jaime Ortiz Lajus, famoso crítico de arte y notable arquitecto, dio así una conferencia la noche del viernes  4 de junio de 1999 en el vestíbulo del Teatro Ricardo Castro, la cual se tituló “La Nueva Propuesta de Ley sobre Patrimonio Histórico” –siendo acompañado por dos disertantes, la periodista Anabel Gutiérrez Parra y el director del Museo de la Ciudad de México, Conrrado Tostado.
   Al día siguiente, el sábado 5 de junio de 1999, el arquitecto Jaime Ortiz Lajous, acompañado por Conrrado Tostado y Anabel Gutiérrez, visitó el Conjunto Cultural Durango. El director de cultura local, Maestro Héctor Palencia Alonso, los llevó entonces a la Pinacoteca Virreinal, quedando el prestigioso crítico de arte asombrado al contemplar la obra “El Jardín del Unicornio”, la cual observó por horas, llegando a la siguiente conclusión: que se trata de un verdadero hallazgo, por ser una obra única en la historia del arte universal, tanto por pertenecer a la serie de Tapices del Unicornio del Cluny como por su tamaño, ya que es tres veces más grande que el resto de la colección y de superiores valores estéticos –siendo su valor metálico en el mercado internacional estratosférico, superior a varios millones de dólares.[2]



  Siendo el arquitecto Jaime Ortiz Lajous autoridad mundial en la materia, habiendo ocupado puestos de relieve relacionados con el patrimonio cultural en la extinta Secretaría de Patrimonio Cultural Nacional, hizo notar que el tapiz de Durango Pertenece a la serie de tapices del Museo del Cluny. Algunos de los tapices sobre el tema del unicornio se encuentran en el museo de Arte Medieval, The Cloisters, en Nueva York, serie de 7 tapices conocida como "La Caza del Unicornio", sobresaliendo de entre ellos el tapiz "La Muerte del Unicornio".  Existe otro más, en la Fundación Paul Guetty de California, creada por el millonario petrolero y hotelero norteamericano Paul Guetty, llamado “El Unicornio Capturado”. Existen también otros seis tapices con el tema del unicornio  en el Museo del Cluny, famoso museo de París, situado frente a la Universidad de la Sorbona, la más antigua de Europa. El Museo del Cluny alberga una colección inigualable de arte medieval de los siglos XIV a XVI y las más bellas colecciones de objetos de los Siglos XV, XVI y XVII. Uno de los grandes atractivos del Museo del Cluny es la serie de los seis tapices sobre el equino anómalo, todos ellos manufacturados en el Siglo XV, los cuales forman la colección conocida como “Los Cinco Sentidos” –todos ellos elaborados en seda y lana, aproximadamente del mismo tamaño,  manufacturados en Flandes a finales del Siglo XV, apareciendo en el sexto tapiz una dama saliendo de una tienda de campaña, el cual ostenta una misteriosa inscripción: “A Mon Seul Desir” (“A la Única que Amo” o "A mi único deseo").



   El tapiz de Durango “El Jardín del Unicornio” pertenece a ésta última serie, siendo el séptimo de la colección y tres veces más grande que los restantes (468 x 372 cts., 17 m2) y de superiores valores artísticos y estéticos. La obra se refiere así al tema esotérico del Unicornio, codificado en la Edad Media, cuyo misterio nos hablaría de una representación alegórica cristológica, de un ser puro y casto que sólo podía ser visto por las vírgenes –teniendo cada uno de los animales e incluso de las plantas un valor simbólico, por lo que se ha conjeturado que contiene un código alquímico.[3]
   A semejanza del sexto tapiz de Paris, la obra de arte medieval de Durango, “La Fuente de la Gracia”, ostenta una leyenda análoga y complementaria: “Hinc Mihi Salu.” ("Tengo la salvación".... y no "Hic Mihi Salus", “Desde aquí mi Saludo”, como se transcribió y tradujo primero erróneamente). También añade el tapiz de Durango un rasgo más de carácter fundamental: en la esquina baja del lado izquierdo, muy cerca de un cisne, se exhiben las siglas “F.B” –las cuales probablemente indican más que la identidad del taller donde fue realizada la obra, las iniciales del artista; no lo sabemos, pero sabemos en cambio que la firma como marca de la individualidad y dignidad del artista, tal y como la concebimos hoy, es invención del Renacimiento, rasgo, pues, que el tapiz de Durango cuando menos preanuncia.


   El tapiz de Durango es conocido con el nombre de “La Fuente de la Gracia” para distinguirlo de otro de los tapices, llamado también “La Fuente del Unicornio” o “Asesinato del Unicornio” (368 x 315 cts.), el cual se encuentra  el museo “Cloisters”, del Metropolitan Museum de Nueva York, el cual presenta al unicornio mientras corre por el lado frontal de una fuente rodeado por cazadores, mientras es descubierto y señalado por uno de ellos –escena que ha sido interpretada como una alegoría de la última cena. Por su parte en el tapiz de Durango aparecen enfrente de la fuente, a izquierda y a derecha, la Ama de Llaves ejecutando la viola da gamba y la Dama tocando el laúd o la vihuela –siendo un rasgo distintivo de esta obra respecto de sus parejas de la Colección del Cluny la sencillez que adopta la vestimenta de las dos señoras.  


   El licenciado Don Héctor Palencia Alonso se comunicó entonces telefónicamente con la experta del INBA, la restauradora Rosalía Cuevas, quien le informó estar de acuerdo con lo dicho por Jaime Ortiz Lajous y que para corroborar que se trataba de una obra del Siglo XV estaba haciendo exámenes de los pigmentos del tapiz en rojos, azules, verdes y ocres, recomendándole buscar para su restauración apoyo en el Instituto Paul Getty, por no haber en México especialistas en tecnología avanza dada a –aunque tales exámenes quedaron inconclusos al no remitir la restauradora el informe escrito al respecto. El gobernador Sergio Ángel Guerrero Mier dio instrucciones entonces a Héctor Palencia Alonso para suscribir la instrucción de Jaime Ortiz Lajous ante el Instituto Paul Getty y que la obra fuera restaurada por especialistas, insistiendo entonces el director del ICED que la restauración del gobelino para devolverle sus colores originales debería de llevarse a cabo in situ, agregando que de ninguna manera se permitiría que la obra saliera de la ciudad de Durango.  


   Sin embargo, el fabuloso tapiz no llegó a ser restaurado, a pesar de que Walter Boesterly Urrutia, director del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble, conocido como Centro de Restauración de Obras de Arte del INBA, informó que el 20 de junio del año 2000, arribarían restauradores expertos a Durango, bajo la supervisión de Rosalía Cuevas y con la colaboración de la restauradora local Lourdes Rodríguez Díaz, en ese tiempo encargada de la Pinacoteca –mencionándose que el presupuesto por tal tarea ascendería a los 200 mil pesos con una duración de 20 semanas para realizar las tareas de limpieza, reforzamiento de los hilos en las zonas debilitadas y en las uniones, colocación de una entretela o forro y la colocación correcta en el muro.[4]
   Sin embargo, la falta de recursos por parte del gobierno local redundó en la suspensión del proyecto, no obstante que el Maestro Héctor Palencia había conseguido de los funcionarios y directivos del centro de restauración del INBA un presupuesto más asequible, siendo éste último de 80 mil pesos con un estimado de 8 a 10 semanas en las tareas, pagando el ICED y manutención de los técnicos especializados. Empero, éste último acuerdo tampoco llegaría a concretarse.
   Así, para el año de 2003 el Licenciado Héctor Palencia Alonso tomó la iniciativa de al menos mandar construir en la Pinacoteca Virreinal del Conjunto Cultural Durango una especie de gran soporte, similar a las camas de los hospitales, levantado en un ángulo de 45 grados, donde en posición semi-horizontal pudiera descansar la obra, siendo iluminada por una luz especial –sitio en el que permaneció la pieza cuando menos hasta el inició de la remodelación integral del conjunto, el cual fue convertido e inaugurado para el año de 2010 en el Centro  de Convenciones Bicentenario.[5]



[1] Aunque la colección de obras de la Pinacoteca Virreinal de Durango no es muy grande, contiene obras de gran mérito, de las cuales es posible mencionar las siguientes, además del tapiz "La fuente del Unicornio"; 1.- Unas casullas religiosas bordadas en oro y plata; 2.- La puerta de los Evangelistas, una talla en cedro, mexicana, del Siglo XIX, y las pinturas; 3.- Jesús en la Cárcel; 4.- San Juan Nepomuceno ; 5.- La Visitación de María Virgen; 6.- La Virgen del Carmen; 7.- Ánimas del Purgatorio, del Siglo XVII; 8.- El Ánima más Sola; 9.- San Felipe Neri, y; la Virgen del Refugio.
[2] El abogado Héctor Palencia Alonso publicó tres artículos sobre tal visita en el periódico El Sol de Durango, en su columna editorial “Durango, Ayer y Ahora”, los días 12,16 y 19 de junio de 1999, titulados “El Gobelino del Unicornio”; “Orígenes de esta obra de arte”, y “Crece el interés por el gobelino”.
[3] El arquitecto Don Jaime Ortiz Lajous publicó en el mes de julio de 1999 en el periódico “El Universal” un artículo titulado “La Dama del Unicornio en Durango”, ce publico los resultados de su investigación. En esas mismas fechas el célebre periodista Paco Ignacio Taibo II publicó otro artículo, también en el diario “El Universal”, el sábado 17 de julio de 1999, titulado “Develan Misterioso Gobelino Medieval”, en donde narra cómo durante años la Pinacoteca virreinal del Conjunto Cultural Durango exhibió “sin saber” un gobelino de los más antiguos e importantes del mundo: “Un antiguo gobelino que durante años se exhibió como pieza del Siglo XVII en la Pinacoteca Virreinal del Conjunto Cultural Durango, sede del actual Instituto de Cultura de ese Estado (ICED), resultó ser una pieza única de arte medieval, de incalculable valor económico”; “La identificación de lo que, ahora se sabe, es uno de los primeros tapices de París, cuya manufactura data del Siglo XV, se debe al arquitecto y crítico de arte Jaime Ortiz Lajous y de acuerdo con información de Héctor Palencia Alonso, director densistiendo entonces el director del ICED, ya fue dictaminado por un experto del INBA”.
[4] “Se Restaurará el Tapiz del Unicornio y Todos Podremos ser Testigos del Proceso”, El Sol de Durango, lunes 5 de junio el 2000.
[5] Unos cuantos meses antes de concluir su gestión, y de su prematura muerte, el Licenciado Héctor Palencia Alonso dejó asentado en su columna editorial del diario que tal tarea de restauración del tapiz sería la encomienda prioritaria que dejaría su gestión pendiente y en responsabilidad de ser cumplida por sus sucesores. Héctor Palencia Alonso,  “Durango Ayer y Ahora”, El Sol de Durango, 5 de enero de 2004. 




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