Un Maravilloso Tapiz: La Fuente de la Gracia o
el Unicornio de Durango
Por Alberto Espinosa Orozco
(Tercera Parte)
VI.- La Transformación del Conjunto Cultural Durango
El Conjunto Cultural Durango, sede del
Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), albergó por 12 años
(1998-2010) en la Pinacoteca Virreinal del Estado un misterioso tapiz, conocido
como “La Fuente de la Gracia”. Cuando se remodelaron las instalaciones para
dar lugar al Centro de Convenciones Bicentenario, inaugurado en 2010, se desmontaron
una serie de museos y galerías de arte que ahí se albergaban, durante la
gestión de Luis Ángel Martínez Diez como director del ICED. La infraestructura
cultural de Durango sufrió así una afectación considerable, pues se perdió: la Biblioteca Olga Arias, el
foro de conferencias “María Elvira Bermúdez” y dos galerías de arte, quedando
sin paradero las colecciones de objetos de los Museos del Cine y de la
Fotografía, también desaparecidos, y los Archivos Históricos de Durango, a
cargo de Gavino Martínez, así como la colección de objetos del Museo de la
Revolución “Domingo Arrieta”, el cual también se extinguió. Al poco tiempo, en
el año de 2012, siendo el director del ICED la ingeniero Corín Martínez y
habiéndose trasladado su sede del Conjunto Cultural Durango a una casona moderna
en la Cerro de la Cruz #122, en el fraccionamiento Lomas del Guadiana, la
colección de objetos de la Pinacoteca Virreinal, dentro de la cual se
encontraba el maravilloso tapiz, fue
llevada al Mueso Gurza, bajo la dirección de Liliana Salomón, permaneciendo
ahí, en una sala muy angosta, durante aproximadamente ocho meses. Poco sabemos del paradero de dicha colección, salvo de la pieza “La Puerta de los Evangelistas”, exhibida
durante un tiempo en la Ex Hacienda de Ferrería, y que hoy en día al parecer se
encuentra en las oficinas del Centro de Convenciones Bicentenario, pues las
restantes piezas de la colección no se han vuelto a ver, ni las autoridades informado públicamente su localización, desconociéndose hasta
la fecha su paradero.[1]
Sin embargo, gracias a información de último
momento poporcionda por un destacado investigador y publicada en el Club Social "El Caballito de Batalla", sabemos que El Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de
Bienes Culturales, a través de su Directora la Maestra Carmen Pérez García, acaba de informar, el día 27 de mayo de 2014, en la conferencia "Nuevos paradigmas: a 50 años
de la Carta de Venecia", celebrada en el castillo de Chapultepec, México,
qué el Tapiz, conocido
como “La Fuente de la Gracia”, que se pensaba de origen Flamenco y del Siglo XVI, fue llevado desde la Ciudad de Durango, México, a sus
instalaciones, para un proceso de conservación y restauración, el cual está
totalmente concluido y en breve será devuelto. La Maestra Carmen Pérez García
mencionó en la misma conferencia que se trata de una copia, muy bien realizada,
del Siglo XIX, y que no es del Siglo XV
o XVI como se había supuesto, pero que fue realizado con gran técnica de
manufactura.
La Pinacoteca Virreinal se inauguró el 17 de agosto el 1998, siendo el tapiz “La Fuente de la Gracia” la pieza reina de la colección, cuando iniciaba sus funciones como director del ICED el culto abogado Maestro Don Héctor Palencia Alonso –quien un año antes, en 1997, había logrado que el tapiz se incluyera en dicha colección, cuando desempeñaba el cargo de Director de Asuntos Culturales de Durango (dependencia de la SEP). Durante algún tiempo no se supo a ciencia cierta la fecha de aquella obra de arte, atribuyéndola Clara Bergelini a una reproducción del Siglo XVIII o XIX. No fue sino hasta el año de 1999 que el Arquitecto Jaime Ortiz Lajus comunicó por medio de la prensa que se trataba de un tapiz del siglo XVI, una joya medieval, relacionado con la famosa serie de 6 tapices del Museo de Cluny, de París, conocidos como “La Dama del Unicornio” –siendo el tapiz de Durango el más grande de toda la colección.
El gran tapiz había formado parte de una
serie de objetos que ornamentaban la Ex Hacienda de Ferrería, la cual fue
expropiada por decreto en 1989, por el gobierno de Durango, durante la
administración del gobernador José
Ramírez Gamero (1986 a 1992), debido a que su dueño, de origen alemán, Gerhard
Mertins, un ex policía nazi, había resultado involucrado en un oscuro negocio
de tráfico de armas a Centroamérica, siendo señalado además como asesino intelectual de un reconocido periodista.
Se ha conjeturado que el tapiz formaba parte
de un botín de guerra alemán. Lo que sabemos es que el tapiz llegó a Durango a
mediados de los años 70´s, enrollado como un fardo, en un vuelo aéreo, no se
sabe con exactitud si procedente de Nueva York, Chicago o Tlaquepaque. El
guitarrista Rosalío Salas Ceniceros afirma que fue comprado entre los años de
1974 o 1975 en “La Casa Antigua de México, en Tlaquepaque, Jalisco, por él y
John Miegs, por la cantidad de 5 o 10 mil pesos, cuando la Hacienda de Ferrería
pertenecía al millonario industrial Roberto O. Anderson. A los dos o tres años
la Hacienda de Ferrería de las Flores fue vendida por Anderson a Gerhard George
Mertins, estando el tapiz en su propiedad durante aproximadamente 12 años,
hasta que ésta fue expropiada.
VII.- Historia de un Traficante de Armas
Lo único que sabemos con certeza es que
el tapiz “La Fuente de la Gracia” llegó
a la Ex Hacienda de Ferrería de Durango a mediados de los años 70´s, tiempo en
el cual la Ex Hacienda perteneció a Roberto Anderson y luego a Gerhard Mertins,
hasta que 1989 fue expropiada por el gobierno del pueblo de Durango junto con
todos los objetos decorativos que contenía, entre los cuales figuraba el tapiz.
Por su parte, Gerhard George Mertins
(Berlín, 30 de diciembre de 1919-Florida, 19 de marzo de 1993), murió en Florida,
en los Estados Unidos, a los 75 años de edad. Creció en Berlín, y durante la 2ª
Guerra Mundial fue miembro de la Wafen SS armadas, el cuerpo d élite de las
“Escuadras de Protección” (Schultzstaffel),
dirigidas por Heinrrich Himmler (Reichsfuherer
SS) –algunos de cuyos líderes fueron juzgados en Núremberg por crímenes y
atrocidades de guerra y por delitos contra la humanidad, declarando a las
Waffen SS parte de una organización criminal e inmediatamente abolidas.
Mertins sirvió bajo la órdenes de Otto
Skarzeny (Viena, 12 de junio de 1908-Madrid, 7 de julio de 1975), el famoso
líder de la SS quien, junto con dos oficiales más, lograron la liberación de
Benito Mussolini de su prisión, en el castillo de Gran Sasso, Italia, el 12 de
septiembre de de 1943.[2]
Mertins fue comandante del 4º Batallón
de Paracaidistas y recibió los reconocimientos de la Cruz Alemana de Oro en
1943 y la insignia de los Caballeros de la Cruz (Cruz de Hierro) en 1944.[3]
Después de la guerra y junto con su otrora jefe Otto Skorzeny, Mertins fundó
en 1963 la empresa Marez, A.G., en Vevey, Suiza, para la exportación de armas
alemanas (de la República Federal Alemana) al extranjero. El coronel Manuel
Contreras, de la policía secreta (DINA) de Augusto Pinochet, tuvo como socio a
Mertins en su expedición a Irán, relacionándoselo también con la tercera fase
de Operación Cóndor en 1976.
El ex oficial alemán Gerhard Mertins fue
efectivamente uno de los más importantes traficantes de armas a nivel mundial,
y el principal aliado internacional de Paul Schafler (Trisdarft, 4 de diciembre
de 1921-Santiago de Chile, 24 de abril de 2010), ex oficial nazi líder de la
Colonia Dignidad, en Chile –secta neonazi que trabajó en la Villa Bebiera de 17
mil hectáreas desde los años 60’s, siendo desmantelada en los 90´s por abusos
sexuales y por secuestrar y torturar a opositores de la dictadura de Augusto
Pinochet (1973-1990), cargos a los que se añadieron los de trata de blancas y
esclavitud.
Gerhard Mertins fue efectivamente
traficante de armas, realizando negocios
ilegales de armamento muy sofisticado en todo el mundo, especialmente a
Centroamérica y medio oriente, desde 1950 hasta su muerte. En 1989 tuvo que
huir de México, al ser relacionado con el asesinato del periodista Manuel
Buendía en 1984 y con el tráfico de armas, quedando Carlos Subel Honzik a cargo
de sus negocios en México.[4]
VIII.- El Descubrimiento de los Tapices de
Paris
Los más célebres tapices del mundo fueron
manufacturados en Flandes. Las dos series más famosas versan sobre el
unicornio, estando la primera serie, “La
Dama del Unicornio”, resguardada en
una galería especial en el Museo de Moyen Age Thermes de Cluny, en París; la segunda
serie “La Caza del Unicornio”, está
depositada en los Cloisters del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. El
Tapiz “La Fuente de la Gracia”
expropiado a Mertins en 1989 pertenece a la primera serie “La Dama del Unicornio”, siendo el séptimo y el más grande de todos
ellos.
La serie “La Dama del Unicornio” de Cluny fue
realizada en Flandes, entre 1480 y 1490, encargada por la familia La Rochefoucauld
para las bodas de Jeanne de la Roche Ayman, la heredera
de Jean IV le Viste, y Francois de Rilhac, yendo a parar los tejidos al
castillo de Boussac, propiedad de Jean le Viste. Fueron descubiertos en el año
de 1841 por Prosper Merimée. La escritora Lucila Aurora Dupin, mejor conocida
como Georges Sand, la amante feminista de genial pianista polaco Federico
Chopín, fue la primera intelectual que se ocupó de ellos, señalando la
existencia de ocho tapices con el tema del unicornio y escribiendo una novela
teniéndolos como tema: Jeanne. En el año de 1844, a partir del estudio del
peinado de la dama y del exotismo del león y del unicornio, dedujo que se
trataba de una historia romántica imbuida de renuncia y espiritualidad.
Posteriormente,
Edmond Du Sommerard, conservador del Museo de Cluny, los reclamó, señalando la
existencia en el castillo de sólo seis tapices, urdidos con lana y seda, los
cuales fueron trasladados al Museo de París en el año de 1882, iniciando una
serie de estudios y declarándolos monumentos históricos de Francia.
La otra serie de seis
tapices, conocida como “La Caza del
Unicornio”, hoy en
día en el Museo de los Claustros de Nueva York fue
realizada en Flandes, entre 1495 y 1505, y perteneció a la familia La Rochefoulcauld. Recién fallecido
Francois IV de la
Rochefoulcauld en 1680 se
inventaría entre los bienes la colección, trasladándola entonces al castillo de
Verteuil. Entre 1793 y 1794 la serie se salvó milagrosamente del Comité
Superior de Seguridad Pública de la Comuna, el cual, al calor de la nueva fe y en el terror de la Revolución Francesa,
tenía la consigna de destruir las obras de arte que fuesen o portasen signos de
aristocracia y monarquía, escapándose la obra del nuevo fervor por considerar
que sólo “contenían historias”. El castillo, ocupado por los mandos medios
jacobinos, pronto cayó en la ruina y a principios del siglo XIX fue saqueado
por los campesinos de la región, quienes tomaron los tapices para cubrir los
hatos de papas de las heladas, con cuyo abuso el tapiz “La Misteriosa Casa del Unicornio” quedó
dañado al punto de sólo poder recuperarse dos fragmentos de la pieza. En 1856
Hippolyte de la
Rochefoulcauld reconstruyó
el castillo de Verteuil, restaurando también los 6 tapices preservados y los
fragmentos del restante. Para 1922 Aimery de la Rochefoulcauld vende los seis tapices completos a John Rokefeller Jr., quien los
instala en una sala especial de su residencia en la 5ª Avenida de Nueva York,
hasta que finalmente fueron trasladados en 1937 al Museo de los Cloisters, al norte de Manhatan. Dos fragmentos más
del séptimo tapiz, asegurados por Gabriel de la Rochefoulcauld, fueron finalmente adquiridos en 1936 por William H. Forsyth, curador del
Departamento de Arte Medieval del Metropolitan Museum of Art y añadidos al conjunto original en año de 1938 en los Cloisters.[5]
Hay que agregar que existe otro tapiz más sobre el unicornio en los Estados
Unidos, en el Museo de Paul Getty de California, llamado “El Asesinato del
Unicornio”.
IX.- Los Tapices de Flandes
La
edad dorada de la tapicería flamenca se desarrolló en los siglos XV y XVI,
época en que los talleres de Arras, Tournai y Brucelas mantuvieron un alto
nivel de ejecución y producción. Los paños de gran tamaño fueron absorbidos
ávidamente en todas las casas reales de Europa, especialmente por la Corana, la
Iglesia y la Nobleza, debido a su altísima calidad técnica y artística.
Muchos de esos tapices tuvieron a España
como destino, pues hay que recordar que por el tratado de Arras en 1482 pasó
Flandes a ser dominio de la corona de Maximiliano I, heredando el reino
posteriormente los Asturias españoles. Es sabido que la reina Isabel la
Católica llegó a poseer una colección de más de 350 de esos paños y que su hija
Juana y Felipe el Hermoso, así como posteriormente su hijo Carlos V, tuvieron a
su servicio al más famoso tapicero de la época, al bruceles Jean Van Aelst.
Los tapices además de ser objetos
ornamentales y motivo decorativo eran signo externo de status social y de buen gusto,
cumplían además con una función utilitaria, pues eran usados para paliar el
frío despedido por los muros de los castillos y palacios de roca de la época.
Lo habitual era encargar para su elaboración series de tapices sobre un tema
unitario, ya fuese bíblico o religioso, histórico, alegórico o literario,
siendo más bien raros los encargos de tapices únicos, de tal manera que cuando
aparece un tapiz aislado frecuentemente se debe a su desprendimiento del resto
de la serie. Son famosos, por caso, los cuatro paños sobre la “Guerra y
Destrucción de Troya”, donados en 1608 por el Conde de Alba a la Catedral de
Zamora.
Los magníficos tapices flamencos eran
encargados para premiar servicios especiales, hacer donaciones pías a
catedrales y monasterios o como suntuosos regalos de bodas. La célebre factura
de tapices llamados “gobelinos” fue fundada por el tintorero Gil Gobelin,
quien a partir de 1535 hace célebre su
taller en el Barrio de San Marcos de París
adoptando los tapices esta denominación por haber logrado fijar en ellos el
rojo escarlata, cuya tintura roja los vuelve inconfundibles.
A finales del siglo XVI empiezan a
denominarse “gobelinos” todos los tapices tejidos en el barrio, nombre que de
París no tarda en universalizarse hasta volverse sinónimo de cualquier tapiz francés,
al grado que son adquiridos los talleres por Luís XIV y la Corona francesa en
el año de 1662. También fueron fabricados en el norte de Francia, en Flandes,
en Touraine, Brucelas y en Brujas. En la actualidad casas de reconocido
prestigio se dedican a la manufactura de gobelinos en España, siguiendo en todo
la tradición de los telares de los siglos XII a XVIII, cuya técnica consiste en
realizar piezas en telares no mayores de un metro cuadrado, tejiendo la
composición por zonas y respetando el contorno de la figura para no interrumpir
en la costura la unidad de las tareas, respetando el sistema seguido por
siglos. Los más célebres tapices del mundo fueron manufacturados en Flandes y
son las dos famosas series sobre el unicornio. Se trata de la serie “La
Dama del Unicornio” resguardada
en una galería especial en el Muse de
Moyen Age Thermes de Cluny, en París. La segunda serie, “La
Caza del Unicornio”, está depositada en los Cloisters del Metropolitan
Museum of Art de Nueva York.
X.- La Serie del Cluny
El solitario tapiz “La fuente de
la Gracia” o “El Unicornio de Durango”, es el de mayores dimensiones de
todos los que integran la serie del Cluny, procede de Flandes, hoy territorio de Bélgica.
En un principio se pensó que se trataba de una magnifica reproducción del siglo
XIX, a juicio de Clara Bergellini y Elisa Vargas Lugo. Pero luego la perito
Pilar Muñoz acreditó que era una pieza original del siglo XV, juicio confirmado
por el crítico de arte medieval Jaime Ortiz Lajous, autoridad en el tema, quien
fue el primero en observar que el tapiz de Durango es de la misma factura que
los de Cluny. Por su parte los especialistas del Centro Nacional de
Conservación y Obras de Arte del INBA establecieron mediante peritaje técnico
que es un tapiz original y que data de finales del siglo XV o principios del
siglo XVI –estando el color “rojo indio” de la base notablemente alterado por
el paso del tiempo, siendo probablemente su original color natural el buscado
tinte rojo escarlata. La pieza reina de todas las colecciones es el tapiz que
se encontraba en Durango, en la Pinacoteca
Virreinal del ICED, porque todos los otros gobelinos sólo alcanzan
la tercera parte de su tamaño.
En la serie de tapices del Cluny hay
ciertas variantes significativas. La más notable, que la figura de la dama
cambia de tapiz a tapiz. Por otra parte,
aparece el escudo de armas de las tres medias lunas en oro en varios de los
tapices: una vez en “La Vista”, dos veces en “El Oído”, tres
veces en “El Tacto”, cuatro veces en “El Gusto” y cinco en “El
Olfato”. En el sexto tapiz conocido como “A mon seul decir” aparece
tres veces. El mismo escudo de armas de las tres medias lunas, perteneciente a
la familia Le Visté, aparece una vez más en el tapiz “La Fuente del Unicornio de Durango”, el séptimo tapiz de la colección, el cual devela otros enigmas: en
primer lugar, el escudo de armas del contrayente, que parece por única vez bajo
la insignia de las tres cruces doradas sobre un fondo de cuadriculas rojas y amarillas, siendo la única obra de todo el conjunto en que aparece tal
escudo heráldico.
XI.- La Descripción y Simbolismo de La Fuente de la Gracia
El gran tapiz de “La Fuente del Unicornio de Durango” exhibe siete figuras animadas principales: en el primer plano, luego
del río por donde pasean dos cisnes blancos, destacan las figuras de dos
mujeres tocando una, a la derecha del lienzo, el violochembalo, la otra, situada
a mano izquierda, la vihuela, expresando con ello el refinamiento de la cultura
y la nobleza de su condición social, siendo el primer simbolismo de la tela la
altura espiritual y estatura de las costumbres. Frente a las dos damas se
encuentra un perro y, detrás ellas, sobresalen las figuras de un león y de un
unicornio, que sostienen con sus patas sendos escudos de armas.
Un poco
más atrás la fuente que da nombre al gobelino y en el último plano un
exuberante jardín que se ahonda al fondo de la obra exhibiendo, con sus mil
flores y los secretos animales que aparecen misteriosamente entre la flora, la
corona de la obra en la misterios leyenda “Hinc Mihi Salu.”. Todo en la obra indica
que se trata de un trabajo cifrado, en calve secreta, cuyo simbolismo mana de
las fuentes del más alto esoterismo hermético: alquímico y gnóstico, pero
también cristiano.
El tapiz “La Fuente del Unicornio de Durango” agrega una característica notable, pues el fabuloso equino, lejos de
ser una forma independiente, como es el caso del león que sostiene el
estandarte con el escudo de las tres lunas crecientes, es una forma
derivada pues el fabuloso cuaco literalmente emerge de la Dama, asomando así sólo su cuarto delantero y sosteniendo el
estandarte de su casa real con el emblema de las tres cruces áureas. La imagen
por sí misma remite así la pareja madre-hijo, específicamente a la relación de
amor maternal y filial de María y Cristo. Así, la Virgen Madre, invocada como “figlia del tuo
Figlio” por Dante Alighieri en la oración de San Bernardo, resulta a la vez
“elegida” y “creada” por el Supremo Artífice:
“Virgen
Madre, hija de tu Hijo,
la más humilde y alta de todas las criaturas,
término fijo de la voluntad eterna,
que has ennoblecido la humana naturaleza
al grado que su Hacedor no desdeñó ser su obra.”
(Canto XXXIII de la Divina Comedia)
La imagen del unicornio herido que
descansa en el regazo de la Virgen se ha
interpretado bajo la especie del simbolismo de la comunión y de la herida en el
costado de Cristo yacente en el regazo de la Pietá.[7]
El símbolo
del unicornio nos habla así de del alma humana hundida en la carne y el mundo,
pero que es puesta, in potentia,
en relación con Dios. en el momento en que se sumerge en María como hijo; es
decir en la virgo terra, que es la
representante de la “materia” en su forma más sublime –siendo completamente
liberada en el momento en que por medio del sacrificio el Hijo de Dios vuelve
al Padre de nuevo. El reputado alquimista Ripey dice:
“Pero en el regazo de ella estaba
echado el león verde, de cuyo costado corría sangre”.
Imagen que se refiere a la conocida imagen de la Pietá, pero
también al unicornio herido por el cazador que es capturado en el regazo de la
doncella o, según la interpretación de Nicolás de Cusa (De Simbólica
Aegiptorum Sapientia), la manifestación de Dios encolerizado y
vengativo que se ha apaciguado en el regazo de la doncella apresado por el
amor.
El león y el unicornio se hayan relacionados en la tradición medieval
por ser el unicornio tan fuerte, feroz y cruel como el león. Por ello en
Francia e Italia el unicornio fue llamado “licornu”, derivando este
nombre de león (Castelano, Hermoso y Nuevo Discurso Histórico de la Naturaleza, Virtudes,
Propiedades y Uso del Unicornio).
El mito de la doncella y el unicornio ha
sido trasmitido por Isidoro de Sevilla en su Liber Etimologiarum:
“He aquí como se le caza: le
ponen delante una doncella santa, y él salta al regazo de la doncella y la
doncella calienta con amor al animal y le lleva hasta el palacio del rey”.
El unicornio es comparado con un ciervo en
su condición de cervus fugitivus, símbolo del spiritus vitae que da origen a la resurrección y
está subordinado al oro, conjuntamente con el león, el águila y el dragón. Para Picinelo en su Mundus Symbolicus se trata de una imagen de Dios:
“Dios
terrible sobre toda ponderación, que se ha mostrado pacífico y manso después de
haber entrado en el seno de la más bienaventurada de todas las vírgenes”.
Si la doncella representa la parte femenina de Mercurio, el
león y el unicornio, en cambio, la parte salvaje e indomable, la fuerza
penetrante varonil del spiritus mercurialis (fuerza
penetrante, varonil e indómita).
El unicornio es un animal salvaje que tiene
que ser amansado, pero al ser considerado un monstruo (en este sentido también
un dragón) tiene una clave más elevada y más espiritual que la del león.[8]
El unicornio tiene una viva análoga con el dragón, pues como animal del reino
subterráneo permanece en gargantas y cavernas, refugiado en el desierto o en
montañas elevadas o escondido en profundos cuchitriles tenebrosos entre sapos y
otros animales repugnantes. Lo cual no es óbice para que, al igual que el Asno
de oro de Bundahis, el unicornio represente el poder espiritual de Dios (Yahvé), manifestado bajo la forma de la
feroz animalidad de la naturaleza, tanto dentro como fuera del ser humano y el
cual, en una fase del proceso alquímico, ha sido llamado también el león verde
(Lexicon o Leo viridis).[9]
La fuente indicaría un espacio sagrado, un lugar donde
se realiza el encuentro del ser humano con lo divino o donde lo sagrado se
manifiesta en sus potencias sobrenaturales (kratofanía) o fuerzas sagradas
(hierofanía). Sabemos por medio de la más acreditada tradición que en medio del
paraíso terrenal se encontraba el árbol de la vida y de la inmortalidad
escondido o “disimulado” entre los árboles. Con el árbol de la vida se ha
identificado la fuente de la eterna juventud -afanosamente buscada durante la Colonia por el conquistador Juan Ponce de León en Florida.
Se relaciona también con el penoso camino que va en dirección del “centro”, del
“paraíso” o de la “fuente de inmortalidad”, que no sólo está sembrado de
obstáculos, sino que también se encuentra custodiado por un guardia. El
león se presenta entonces como el guardián del Castillo Misterioso, o un umbral
de difícil acceso. El león, al igual que el dragón, es considerado
tradicionalmente como un animal peligroso en extremo, simbolizando con ello en
el tapiz su calidad de guardia, pero también el rejuvenecimiento del vigor, de
las energías cósmicas y biológicas, presentándose entonces como símbolo de
resurrección. La sonrisa del imponente felino, pero también su quietud y serenidad,
nos hablan entonces de la nobleza y la alegría del saber divino.
[1] La Pinacoteca Virreinal de Durango, de modestas dimensiones,, contenía
una serie obras del periodo colonial mexicano de las cuales es posible mencionar
las siguientes: 1.- Un par de casullas religiosas bordadas en oro y plata; 2.-
La puerta de los Evangelistas, una talla en cedro, mexicana, del Siglo XIX, y
las pinturas; 3.- Jesús en la Cárcel; 4.- San Juan Nepomuceno ; 5.- La
Visitación de María Virgen; 6.- La Virgen del Carmen; 7.- Ánimas del
Purgatorio, del Siglo XVII; 8.- El Ánima más Sola; 9.- San Felipe Neri, y; la
Virgen del Refugio.
[2] Otto Skarzeny debía su fama por el rescate de Mussolini, prisionero en
el Hotel Campo Imperiale, en el pico más alto de los Apeninos, en la operación
Greif o Roble de 25 de julio de 1943, cuando formaba parte de las Guardias del
Lobo de Hitler en Prusia Oriental, siendo liberado el 12 de diciembre de ese
año tras el aterrizaje de un grupo paracaídas, siendo condecorado por Hitler
con la cruz de Caballero por tal hazaña. Era ingeniero, coronel austriaco de
las Waffen SS, experto en operaciones especiales y acciones de espionaje y
sabotaje a quien llamaban los nacionalsocialistas alemanes “Caracortada”, por
una gran cicatriz que surcaba sus mejillas. Fue considerado el hombre más
peligroso de Europa y como el principal operador de ODESSA en España, para
ayudar a escapar a los líderes nazis a Francia, España e Italia, Argentina,
Chile, Brasil, México y Paraguay. Fue
piloto de la Luftwaffe y recibió la Cruz de Hierro por la campaña en Rusia en
1941. Perteneció a los Servicios de Inteligencia en la oficina central de
operaciones del Reich, en Berlín y jefe de comandos en operaciones de guerra de
guerrillas, sabotajes y secuestros. Fue juzgado en Núremberg resultando
inocente; escapó a Madrid el 27 de julio de 1948, protegido del general Franco.
Viajó a Bolibia y Argentina para organizar fuerzas de seguridad, relacionándose
con Adolf Hechann y Josef Mengele, siendo posteriormente consejero de la junta
de Juan Domingo Perón. Su autobiografía Luchamos y perdimos: Vivir peligrosamente
fue un best seller, leído por
soldados de Estados Unidos e Israel. Vivió por un tiempo en Mallorca y murió a
los 67 años de edad en Madrid.
[3] Después de la Guerra
Mundial, Gerhard Mertins fue asesor de la Volks Wawen en Munich y cónsul
militar en Egipto para el rey Saudy de Arabia. También fue asesor de la Mercedes Bens en Suiza, Londres
y Wasinthon y promotor de las Organizaciones Juveniles de los Internados
Estudiantiles hasta 1984. Tuvo muchas
posesiones en Durango, entre otras fue accionista de Minera Rozard de Basis.
[4] Manuel Buendía Téllez Girón murió asesinado el 30 de mayo de 1984
cuando un sicario le disparó cinco tiros por la espalda, huyendo en motocicleta
sin ser molestado, en la esquina de Hamburgo e Insurgentes cuando el periodista
se dirigía a su oficina en Paseo de la Reforma –mientras José Antonio Zorrila
Pérez ordena vaciar las oficinas del Buendía, siendo titula de la Dirección
Federal de Seguridad, quien es luego acusado del delito y pasa 19 años en
prisión. Buendía denunciaba en sus columnas la injerencia de la CIA en México,
al alemán ex nazi Gerhard Georg Mertins por tráfico de armas.
[5] En el año 1925, John Rockefeller Jr.
donó a la ciudad varias hectáreas de tierra. a orillas del Hudson, para la
construcción de un museo que albergara la colección de arte medieval del
escultor y coleccionista americano George Barnard, y algunas piezas de la
colección personal del propio Rockefelle En 1930, Rockefeller le encargó al
arquitecto Charles Collens la construcción del monasterio que alberga al museo
actual, usando partes originales de distintas edificaciones medievales
francesas, como el Monasterio de San Miguel de Cuixá o la comuna deSaint-Guilhem-le-Désert, entre otras. Estas partes fueron desmontadas
ladrillo por ladrillo y llevadas en barco a Nueva York con el objetivo de ser
usadas para la construcción de los Cloisters, ubicados en Tyron Park,
New York. En los Cloisters se exhiben alrededor de 1.200 objetos y obras de
arte pertenecientes a la Edad Media (siglos XII al XV). Una de las obras más
destacadas de la colección es la serie de tapices de la Caza del Unicornio (The Unicorn’s Hunt). Se trata de una
secuencia de tapices de origen holandés fechados entre 1495 y 1505, que
muestran con exquisito detalle la historia mítica de un grupo de cazadores que
persiguen a un unicornio para cazarlo.
[6] Los tapices pueden interpretarse
como una serie de alegorías del proceso alquímico, para la obtención del oro
non vulgui, relacionándose con las fases del proceso alquímico,
específicamente con la restitutio de los sentidos en la etapa
del nigredo, pero también con “año
filosófico” y las seis orejas llenas de agua de vida y a los siete cuernos
del León Verde. La Dama sería un símbolo de la Virgen en su
faceta de Madre Tierra en todo su esplendor, pureza y fertilidad, al estar
rodeada por los elementos de la Naturaleza. refiriéndose el conjunto
entero a la “mística de la luz”. Para
el simbolismo alquímico el Unicornio sería una alegoría, más que de Cristo, del Antrophos gnóstico,
siendo su cuerno un arma de defensa de los más puros valores de la caballería,
tales como la castidad, pero también de la dignidad y de la nobleza, de la amabilidad
y de la belleza, con los que protege a otros animales contra la furia de sus
enemigos, representando el cuerno una especie de verga frontal, símbolo de
“fecundación espiritual”. Representación críptica, pues, en la que
el León representa el azufre y el Unicornio el mercurio alquímico, teniendo
como función complementaria la defensa de la Dama.
[7] La
escultura de Pietá del Vaticano, conservada en la Basílica de San Pedro,
labrada por Miguel Ángel Buonarroti, florentino, entre 1497 y 1499, representa
a la Madre de
Cristo de edad juvenil y a Jesús como un adulto resaltando con ello su
humanidad sujeta a los efectos de la mortalidad.
[8] En lo que se refiere a la figura del dragón, en tanto el símbolo
gráfico más antiguo de la alquimia, aparece como ouróboros: como la serpiente
que se muerde la cola o espíritu creador del mundo escindido o preso en la
materia, expresado por la “obra” o el “círculo” (la “rueda de mercurio”), que
procede de una cosa y vuelve al uno,
como el dragón que se devora la cola.
[9] El
unicornio y el león aparecen juntos en el escudo real de armas de Inglaterra
–pero también en las Bodas Químicas de Rosencreutz, en
donde aparece un unicornio blanco como la nieve haciendo la reverencia a un
león. Para la alquimia, en efecto, ambos son símbolos de Mercurio, al igual que
el águila y el dragón; en la simbología cristiana alegorías de Cristo o del
Espíritu Santo. En efecto, el unicornio y el león señalan las tensiones
opuestas al interior del Mercurio, que es a la vez materia y sin embargo
espíritu, frío y sin embargo ígneo, veneno y sin embargo bebida de salvación:
un alexipharmacon (medicina) y un
veneno (ios o tintura roja). Símbolo
unificador de los contrastes, pues, que de ser hermafrodita inicialmente se
separa en los elementos para formar la pareja hermano-hermana, unirse en la coniunctio o bodas químicas y reaparecer
finalmente resplandeciente en la figura de la lumen novum o lapis.
Continuará...
Alberto: Excelente investigación. Lo mejor que he leído hasta ahora. Lo único que lamento es que las fotografías de La fuente de la gracia no sean de mejor calidad.
ResponderEliminarmuchas gracias por tu comentaario, estoy por conseguir mejores imágenes
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