Jesús
Fructuoso Contreras: Asamblea del Mármol y el Bronce
Por
Alberto Espinosa Orozco
Imposible olvidar en esta revista a Jesús F.
Contreras y su legendaria escultura, labrada en mármol de Carrara, "Malgre tout" (“A pesar de todo”), que estuvo por muchos años en la Alameda
Central, donde queda una copia en bronce, y que hoy es resguardada en el MUNAL.
José de Jesús Fructuoso Santisteban
Contreras nació en Aguascaliente4s en 1866 y murió en la Ciudad de México en
1902, a la temprana edad de 36 años, siendo enterrado en el panteón Francés de
La Piedad por su amigo Justo Sierra.
Estudió la primaria en la escuela
hidrocálida de Placido Jiménez y a los 7 años puso en su casa su propio taller
de impresor. Fue sobrino del gobernador liberal de Aguascalientes José María
Chávez, quien creó un centro artesanal llamado “El Esfuerzo”, donde trabajó y que inclinó al joven al estudio del
arte de la escultura con una visión empresarial. En 1881 ingresa en la Escuela
de Bellas Artes de San Carlos, a los 14 años de edad, siendo discípulo del
afamado escultor Miguel Norerña. Tres años después, a los 17, consigue una beca
para estudiar pensionado en París, donde radica de 1887 a 1889, estudiando con
el escultor Federico Auguste Bartholdi y trabajando como obrero en la casa de
Bronces Allard.
Matrimonio de Tibaldo Elizondo y María Pani, Tibaldo era hermano de Carmen.
Fotografía de la
época del matrimonio de Tibaldo Elizondo y María Pani
–no de Carmen Elizondo y Jesús Contreras
Al regresar a México pronto se casaría con la dama de sociedad María del Carmen Elizondo Sagredo, resultando así cuñado del empresario, periodista y dramaturgo José F. Elizondo. Con María del Carmen engendró tres hijos: Carlos, Teresa y Rubén Contreras Elizonto. Otro hermano de Carmen fue Primitivo Tibaldo Elizondo, quien por su parte casó con María Pani Arteaga, con la que tuvieron cinco hijos; el último de ellos, José Ángel Salvador Elizondo Pani, diplomático y productor de cine, tuvo un hijo con una mujer desconocida: el afamado escritor mexicano Salvador Elizondo (1932-2006).
Jesús Fructuoso fue contratado en la Escuela Nacional de Bellas Artes de San Carlos como maestro de Dibujo, a partir de cuya cátedra, y apoyado por Justo Sierra, logra renovar la enseñanza del dibujo a nivel nacional. Contando con el decidido apoyo económico del gobierno profirista montó un gran taller de escultura y vaciado, llamado Fundición Artística Mexicana, pensado como centro de producción de gran magnitud, el cual incluía su estudio personal y el Centro de Estatuaría en Bronce, donde también se haría “alfarería artística”, escultura ornamental y objetos suntuarios.
Fructuoso
Contreras fue una figura clave de la cultura mexicana de fin de siglo XIX al crear,
junto con su amigo Justo Sierra, el Ateneo Literario y Artístico de México en
1892 –amistad de la que derivó el busto de Contreras en mármol llamado “El Beato Calasanz”.[1]
Al regresa a la ciudad de México a los 22
años colabora con su maestro Manuel Noreña (1843-1894) en la magna escultura
del "Monumento a Cuauhtémoc". La efigie fue promovida por el entonces Ministro de
Fomento, Vicente Riva Palacio, abriéndose un concurso para su construcción,
ganado por el arquitecto Francisco M. Jiménez, inspirándose en las ruinas de
Uxmal, Mitla y Palenque –sin embargo, por un mal hadado capricho de la fortuna,
desdichadamente el arquitecto murió a los dos días de ganar el encargo. La obra
se encargó entonces al prestigioso escultor Miguel Noreña, dilatándose la obra
en su realización por cerca de diez años, de 1876 a 1887, inaugurándose
finalmente en el Paseo de la Reforma, junto a una plaza con jardines y bancas
de cantera.[2]
José Fructuoso Contreras participó en la edificación de la escultura del "Monumento a Cuauhtémoc", aunque solo en calidad de fundidor y empresario.
Contreras posteriormente fue encargado por
el gobierno de porfirista de realizar en su grandioso taller 20 esculturas de
personajes liberales para el Paseo de la Reforma, vaciadas en el Taller de
Fundición Artística Mexicana (1892) financiado Porfirio Díaz. Las 77 piezas
escultóricas distribuidas en el Paseo de la Reforma (fabricadas en tres etapas
históricas), comenzaron por la erección de los pedestales labrados en cantera,
con la idea de poner sobre ellos a personajes de la mitología griega. La idea
cambio por la intervención del académico liberal Francisco Sosa, quien defendió
desde su tribuna periodística distinguir a los científicos, políticos,
militares e intelectuales liberales de los diferentes estados de su facción
política. La primera escultura en bronce fue puesta en 1888 e inaugurado el
primer conjunto de estatuas de tamaño natural, consistente en 14 piezas, en
1895 por el mismo Porfirio Díaz. De las esculturas sobresalientes hechas por
Contreras pueden mencionarse: la de José María Chávez, tío suyo; la de su amigo
el ateneísta Justo Sierra; la de Luis J. Urbina; la de José Juan Tablada; la de
Manuel Flores y; la de Juan de Dios Pesa.
En el año de 1888 decoró el edificio de la
delegación mexicana para la Exposición Mundial de París de 1889 llamado
“Pabellón Azteca”, el cual llamó mucho la atención, al estar construido en su
exterior en estilo ecléctico-mexicano y adornado con 12 relieves de Jesús F.
Contreras -8 de los cuales se encuentran hoy en día en el Museo de
Aguascalientes, estando los 4 restantes en el Museo del Ejército de la Ciudad
de México.
En el mismo año de 1898 se le encarga la
dirección del Taller de Fundición de la Escuela Nacional de Artes y Oficios, y
es comisionado por su amigo el oligarca Porfirio Díaz como representante de
Bellas Artes para la Exposición Universal de París de 1900, haciendo tertulia
en la Ciudad Luz con Amado Nervo, Justo Sierra, Luis Quintanilla y Miguel
Ugarte. Participa en aquella famosa exposición con tres obras, por las que
recibe tres premios: un diploma y medalla de plata por la Sección
Retrospectiva, una mención honorífica y una medalla de bronce por su proyecto
para el panel de expositores y el gran premio de escultura por su obra “Magre Tout” (“A pesar de todo”).
La obra “A Pesar de Todo” había sido creada
en barro desde 1889, pero terminada en mármol de Carrara cuando ya el artista
sufría de intensos dolores en su brazo derecho –acaso ayudado por los cinceles
de Agustín L. Ocampo, el misterioso escultor del que hoy sabemos casi nada,
quien fuera su alumno y ayudante en el taller de su propiedad. La archifamosa
escultura estuvo por muchos años en la alameda Central, pero fue finalmente
resguardada en el MUNAL para salvarla tanto del polhumo como del vandalismo y
las agresiones de los grafitis, poniendo en su lugar una réplica en bronce.
El doctor que atendía a Fructuoso Contreras
en París dictaminó la categórica necesidad de amputarle el brazo roído por el
cáncer, realizándose la cirugía en 1900 -por lo que en su última etapa se le
conoció al escultor como “El Manco” Contreras. El gobierno francés lo distinguió
con la Cruz de Caballero de la Legión de Honor, honor concedido por primera vez
a un latinoamericano. Murió dos años después en 1902 a la temprana edad de 36
años.
La tragedia de Contreras inspiró a varios
artistas de su generación: Juan de Dios Pesa escribió en su honor “Loor al
artista”; José Juan Tablada le dedicó un poema, Julio Ruelas se inspiró en su
desgracia para realizar su obra pictórica “Entrada
de Jesús Luján” de 1904, siendo el mayor homenaje el que le brindó el
compositor Manuel M. Ponce, con su obra para piano “Magre Tout” o “Concierto para
la mano izquierda”, de 1900, con ritmo de danza habanera.
El Museo de Aguascalientes atesora ocho de
los altorrelieves que el artista realizara para el “Palacio Azteca” de la Exposición Universal de parís de 1889,
pertenecientes a la corriente del nacionalismo neoindigenista mexicano,
labradas en bronce, además de una copia del “Magre Tout”, y algunas obras más de su autoría. Sobresalen todos
los altorrelieves que exploran nuestras raíces culturales autóctonas
idealizando sus figuras, especialmente: el Izcóalt, el Cuauhtémoc, el
Caballeros Jaguar y el Caballero Águila.[3]
Hay que agregar que la Universidad Autónoma
de Aguascalientes creó la “Bóveda Jesús
F. Contreras” con el objeto de resguardar los documentos históricos de la
entidad, entre los que se encuentran 23 cajas de papeles legados por la familia
del artista.
De la fructífera labor de Jesús Fructuoso
Contreras quedaron pendientes varios de sus obras después de su muerte,
empotradas después en diversos proyectos, corriendo así una azarosa fortuna. “El Águila devorando la Serpiente paradas
sobre un Nopal”, hecho en el Taller de Fundición de Contreras, pensada para
adornar la cúpula del Palacio Legislativo, así como los Dos Leones del escultor
francés Gardet que habrían de adornar la entrada de la escalinata al recinto,
quedaron huérfanos de sede por los acontecimientos de la Revuelta Armada de
1910. El Palacio Legislativo, eternamente inconcluso, se transformó en el parco "Monumento a la Revolución", quedando su cúpula acéfala de adornos. Los “Dos Leones” de Gardet fueron a parar a
la puerta monumental del Bosque de Chapultepec, mientras que la enorme “El Águila y la Serpiente” de Contreras,
una de 5.75 metros de envergadura, la otra de 5.30 metros de largo, fueron en
cambio reutilizados para el proyecto del Monumento a la Raza, terminado en 1940
sobre el cruce de Avenida de los Insurgentes y calzada Vallejo. Una réplica del
“Águila Devorando a la Serpiente” de
Contreras hecha para el Ministerio de Relaciones Exteriores fue a dar a la Plaza de Armas de Aguascalientes, su solar nativo.
El "Monumento a la Raza", consistente en una
inmensa pirámide de 50 metros de altura, con dos inmensas escalinatas
presididas por sendos pares de cabezas de serpientes gigantes estilo
Teotihuacán, adornada con bronces y estatuitas labradas en chiluca, fue
proyectada por el arquitecto Francisco Borbolla. Los dos grupos escultóricos
referentes a “Los Fundadores de México”
y “Los Defensores de Tenochtitlán”,
son obra del artista Luis Lelo de Larrea. La obra monumental está adornada con
cuatro grandes relieves en bronce del propio Contreras, los cuales representan
a los Tlatoanis de la Triple Alianza de 1430: Izcóatl, de México-Tenochtitlán;
Netzahualcóyotl, de Texcoco, y; Totoquihuatzin, de Tlacopan; el cuatro
altorrelieve representa a la último Tlatoani del Imperio Azteca: Cuauhtémoc
–todos ellos fundidos en el gran taller de Contreras.
También son obras suyas el “Monumento a Nicolás Bravo”, “Alegoría Histórica”, “Monumento a Ignacio Zaragoza”, en
Puebla; la “Escultura del General Jesús
González Ortega”, en Zacatecas, que primero estuvo en el centro de la
ciudad, en la calle de Tacuba, donde hoy se encuentra la “Fuente de los Faroles”, y que en 1957 se trasladó al parque Enrique
Estrada, cerca del acueducto “El Cubo”.[4]
El "Monumento a la Paz" (1897), en Guanajuato, inaugurado por Porfirio Díaz en 1903.
El busto “La Inocencia”, que mereció
un artículo en la Revista Moderna de septiembre de 1899, el “Águila Mexicana” en la Secretaría de
Relaciones Exteriores, “Fray Servando
Teresa de Mier”, “Monumento a Manuel
Acuña”, el busto de su amigo “Federico
Gamboa”, etc.
“Malgre
tout" (“A pesar de todo”),
símbolo de la esclavitud del pecado de la lascivia, de la tentación de la
concupiscencia, que lleva a la disolución social y de la persona, y que bajo la
forma de una mujer desnuda, tirada en el suelo y encadenada, hace recordar las
palabras del Apóstol Juan sobre la liberación de la verdad… y la verdad es que
el pecado es posesivo y por tanto esclaviza (Juan 8.34). En efecto, el que hace pecado se hace esclavo del pecado y no puede oír la palabra de la verdad, sino cumplir con los deseos del pecado y de la mentira, pero el que es de Dios escucha las palabras de Dios, liberándose del pecado y volviéndose siervo de Dios y de la justicia, dando por fruto la santidad, que da por resultado la vida eterna. Es por ello que el esclavo, que es el pecado, no permanecerá en casa por siempre, porque si permanecemos firmes, sin someternos al yugo de la esclavitud, de la ley del pecado y de la muerte, seremos libres y habitaremos con el Hijo, que por siempre permanece en la casa de Dios, por la ley del Espíritu y de la vida (Romanos 6.18-22; Gálatas 5.1).
[1] El
Beato Calasanz fue el creador de la escuela Popular en Europa y el fundador de
la orden de los Escolapios en España, que inventaron las famosas Escuelas Pías,
donde se impartía la educación gratuita para todos. Influenció profundamente a
Justo Sierra, quien le dedicó su poema más ambicioso “EL Beato Calasanz”,
publicado en la Revista Azul el 4 de noviembre de 1894. Dice el poeta: “Llama
al Dante, al siniestro visionario cuya Comedia Calasanz leía sin cesar en su
asilo solitario”;
[2] El monumento tenía la leyenda, hoy
desaparecida: “ERIGIÓSE POR MANDATO DE MANUEL GONZÁLEZ, PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA, Y SU SECRETARÍA DE FOMENTO, CARLOS PACHECO. MCCCLXXVIII.”
[3]
Las otras cuatro figuras representan a:
Chalchuhuitlicue (diosa del agua); Yacatecutli (dios del comercio), Camaxtli
(dios de la lluvia) y Centeoltl (diosa de la abundancia).
[4]
Jesús González ortega (Valparaíso,
1822-Saltillo, 1881), general que participó en la Guerra de Reforma bajo el
mando de Benito Juárez. Defendió la ciudad de Puebla del ejército francés junto
con Ignacio Zaragoza. Fue dos veces gobernador de Zacat4cas (en 1857 y en 1861).
Muy interesante y admirable historia de Don Jesús Fructoso Contreras, qué pena que no viviera más.
ResponderEliminarHola, una observación, la fotografía del matrimonio que pones en el artículo no es de Carmen Elizondo y Jesús Contreras sino que es del matrimonio de Tibaldo Elizondo y María Pani, Tibaldo era hermano de Carmen.
ResponderEliminarMuchas gracias Katia Barcenas -corrijo y agrego esa valiosa información.
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