lunes, 9 de julio de 2018

Distopía Monterrey: Guillermo Mollinedo Por Alberto Espinosa Orozco


Distopía Monterrey: Guillermo Mollinedo
Por Alberto Espinosa Orozco





Guillermo Mollinedo (1979) y Moisés Cervantes (1987) participan de una estética común, marchando ambos por caminos semejantes, cultivando una especie de hiperrealismo de connotaciones surrealistas. Sus imágenes del desnudo femenino parecieran una crítica al hartazgo de los satisfechos, lo mismo si derraman sus carnes en arrumbadas atmósferas humedecidas que en los plásticos y asépticos recintos de fat foods, cultivando ambos el horror híbrido de la belleza convulsiva. Artistas de vastísimos recursos técnicos y formales, tentados por la imaginación pura y abstracta, cuya fantasía desbordada pareciera con el poder de llegar a todas partes y de tocarlo todo, dando a sus obras, sin embargo, una sensación de fantasmagórica irrealidad. Estética de la diferencia, en la que hay algo del auge postmoderno del pluriculturalismo, pero también de extravío de la imaginación en los espacios infinitos, que resultan desconcertantes y por tanto inabordables, donde lo mismo surge la escultura ajada de una olvidad civilización abandonada, que un bodegón de la escuela flamenca por el que flotan extraños lipomas cancerosos o insospechadas piezas tecnológicas. La representación de sus talleres o espacios interiores de trabajo, tiene en Mollinedo, sin embargo, el carácter no menos de la maravilla que del desorden, en donde la mirada se pierde o extasía lo mismo en la reminiscencia de un dibujo anatómico leonardesco que en la inversión espacial de las mesas y sillas postmodernas, alcanzando por su parte en Cervantes la aséptica pulcritud del proyectista gráfico. Pintores sensibles a los dictados de los códigos estéticos de la actualidad, influenciando el rumbo de los artistas jóvenes, como Gabriela Cortez (1991) quien, por otra parte, se deja llevar por la vertiente tenebrista del realismo contemporáneo, extrayendo su prodigioso preciosismo de las intrincadas calidades y magistrales claroscuros del maestro pintor Arturo Rivera.











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