sábado, 26 de julio de 2014

Nazario Espinosa: el Estilo y el Hombre (Símbolos, Signos y Retratos) Por Alberto Espinosa Orozco

Nazario Espinosa: el Estilo y el Hombre
(Símbolos, Signos y Retratos)
Por Alberto Espinosa Orozco 


   La trayectoria litográfica y como editor de Nazario Espinosa Araujo forma parte medular de la historia de la imprenta en Zacatecas, pero también es capitulo a considerar para la historia del arte en México, debido a la calidad de su obra gráfica y a la organización empresarial alcanzada en el desarrollo de una industria de reproducción mecánica que aunque moderna estaba hecha todavía a la medida humana. Se ha dicho, y con razón, que el estilo es el hombre.
   La historiadora del arte de origen belga Maestra Anne Leyniers ha sido la primera investigadora en ocuparse del estudio de iconológico de la obra de Nazario Espinosa, destacando que el gran caudal de imágenes del artista zacatecano da cuenta del impulso modernizador y de las actividades productivas de la región en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX. En efecto, la obra gráfica del ilustre litógrafo da cuenta de las invenciones revolucionarias de la modernidad, tales como la luz eléctrica, el telégrafo, la máquina de vapor, el ferrocarril y la fotografía.









   El estilo publicitario que desarrolló el maestro de la estampa y de la reproducción mecánica se caracteriza por sus elementos narrativos, que lo diferencia de la concepción actual, cuyo diseño es más compacto, centrado en la codificación de una idea o de una imagen seductora. El despliegue del simbolismo gráfico y del lenguaje ideográfico abunda en la representación de los símbolos patrios presentes en los informes gubernamentales, pero también en etiquetas comerciales y anuncios comerciales, entre cuya  s viñetas publicitarios  se revela un gusto por los emblemas de los diferentes oficios dominantes de la época, que son expresión de la pujanza y el progreso en la capital del  estado. Así, el arquitecto es representado junto con los emblemas de su oficio, los instrumentos de medición y dibujo; el médico por el caduceo; el boticario junto con su mortero y maja; el cartógrafo por su mapamundi; el minero por su martillo, pico y pala y el tipógrafo por la prensa, el rodillo y el busto de Gutemberg.
   El gusto por la combinación tipográfica, por los relieves y garigoleos tenía como sentido profundo el rescate del símbolo, inquietud que empezaba a despertar en aquella época.  La historiadora ha observado con acierto que la tendencia iconográfica de Nazario Espinosa constituye una especie de nuevo clasicismo de carácter ecléctico y universal y de profunda identidad mexicana. En efecto, las composiciones complicadas del artista, teniendo como esencia un estilo barroco sin voluntad barroquizante, incluye equilibradamente elementos de la antigüedad greco-romana, del renacimiento  y del neoclásico, del romanticismo, historicismo y del modernismo, más algunos rasgos de inspiración gótica, siendo en resumen una expresión de raro e inusitado tradicionalismo acorde al ritmo de los tiempos.
   A ello hay que sumar el desarrollo, prácticamente ilimitado, del diseño tipográfico, encontrándose en la obra un sin fin de diseños para las formas alfabéticas, algunas de ellas de verdadera astucia contenida, siendo frecuentes los elaborados relieves así como la variedad, en una misma impresión, de tipos e intenciones gráficas, las cuales van de la caligrafía manual y de la letra palmer a las letras de molde, destacándose en este terreno una especial abundancia en la imaginación compositiva y en la creatividad formal.






   La fundación de ciudades, como la de pueblos y familias, está edificada con las piedras del mito. El mito estará siempre ahí, y es imposible borrarlo o reducirlo a cenizas. Algo de ello tienen también las estampas litográficas que se labraron en el Siglo XIX mexicano: están ahí como un fundamento, como un origen a la vez último e irrebasable circularidad. Porque la litografía suma a las artes gráficas una misteriosa dimensión, solo comparable al indefinible poder de los espejos. A medio camino del arte del dibujo y de la técnica de reproducción mecánica, el grabado en piedra resulta así una semilla intencional cuya potencia puede actualizarse y multiplicarse y crecer en extensión hasta alcanzar los miles de ejemplares.
   Hoy los eventos históricos en cuanto tales, vistos por el historicismo europeo en el Siglo XIX como hechos últimos, comienzan a perder el poder de su autonomía, siendo considerados ahora sobre marcos más generales: el de la cultura, el del destino de un pueblo, etc. Es decir, comienzan a ser mejor  considerados el lo que hay en ellos de símbolo, esto es de fuente y origen. Superado el historicismo, y el positivismo que le es anejo, con sus negativos corolariaos de individualismo y asimbolismo, la perspectiva histórica hoy en día aprecia los hechos pero ya no en sí mismos, ni siquiera para integraros a una serie de hechos humanos que le preceden, sino como la clave, la llave o el puente que nos permiten comprender a una época –porque el símbolo totaliza, globaliza y enmarca.  De la misma forma ya no interesa tanto la historia de un hombre en sí, ni su categoría social o económica, sino su destino: su símbolo. A ello hay que sumar que el pensamiento simbólico y su profunda tradición se refugió en ese siglo, más que en la iglesia o en la francmasonería, en las artes de la estampa, particularmente en el arte litográfico. Cuando menos el minucioso simbolismo filtrado en las piedras labradas por el lápiz de Don Nazario Espinosa así lo probaría. Es cierto también que están presentes los símbolos y signos de los tiempos, de un periodo problemático y de transición entre dos visiones del mundo y de la vida, que señala el paso de una atención en la vida trascendente y de la cercanía con lo sagrado a la distracción de la vida moderna en la inmanencia del ahora, de los servicios, de la multiplicación de las mercancías  y el consumo, así como de la misma aceleración del tiempo histórico.




   Existen escasamente tres retratos conservados de Nazario Espinosa: uno de joven, que lo muestra dispuesto a enfrentar la tarea de la vida con ilusión; vemos en él a un hombre discreto, soñador incluso, vestido a la usanza de los tiempos; otro de viejo, estragado por el tiempo, una mirada casi se diría que escéptica, un tanto desaliñado, pero en la que se conserva una especie de arrogancia, de orgullosa prestancia por la trayectoria lograda y por los logros de la obra realizada tras medio siglo de producción de estampas litográficas y editorial. Una tercera imagen lo retrata junto con su hijo Antonio, impresor litográfico, quien murió a temprana edad.
Hay un cuarto retrato, pero esta vez realizado con la palabra, por su hija menor, la Señorita María Magdalena, quien conservó por mucho tiempo una medalla y muchas distinciones honoríficas otorgadas a su padre.  Ella misma lo describió al artista lapidario de la siguiente manera: “Complexión mediana pero musculosa, erguido y de paso firme, cabello entrecano, ojos café, bigote a la inglesa, estricto y determinante en su trabajo; e actividad poco común a su edad, ponía a su persona el más elocuente ejemplo de laboriosidad. Afable y servicial para con sus amigos y caballeroso y cortés hasta con los contrarios a sus ideas formaban la característica del ilustre tipógrafo y grabador a la edad de 80 años, tal y como la generosidad de los zacatecanos que lo conocieron y trataron lo recuerdan.”


   Nazario Espinosa Araujo fue ejemplo sustantivo del nivel y desarrollo alcanzado por el arte litográfico y las profesiones liberales  en el centro del país, donde llegó a uno de sus puntos más altos y a una de las últimas flo¬rescencias de su plenitud. A la manera de inventor de la estampa en piedra Alois Senefelder (1771-1834), Don Nazario Espinosa se retiró los últimos años de su vida a su estudio dedicándose al arte de la pintura al óleo; pocas obras  nos han quedado de ese tiempo, sobresaliendo sin embargo el retrato del Apóstol San Pablo, de ardiente rostro y desmadejados cabellos, cuyas proporciones clásicas no ocultan la piedad del evangélico semblante; figura que ostentando luengas barbas níveas se presenta leyendo en una moderna impresión el libro eterno -como símbolos todos ellos de las virtudes morales máximas: la Frónesis, (que es la prudencia); la Templanza, entendida como contención, pero sobre todo como don de la propia persona o el dar de sí; el Nous o inteligencia, que es el fuego penetrante de la intuición y de los arquetipos inamovibles o de las formas puras; la Sofía, entendida como desarrollo y amor por las cosas más sencillas y pequeñas, también por aquellas más grandes y que son propias del espíritu; y la Fortaleza, o resistencia, que interior, y que se sobrepone resignadamente a la adversidad.


   Nuestro pasado es ahora valorado no tanto por ser historia, sino por ser origen, dejando de tomar el primer plano el dato para ser relevado por el símbolo, por el emblema, por el signo, y porque ellos a la vez se engarzan y condensan una gran tradición espiritual. La obra y vida de Nazario Espinosa, como la de otros litógrafos de la época, se presenta así como un invaluable testimonio gráfico de todo un periodo promisorio y optimista del centro de la república, en donde puede leerse también toda una interpretación y recreación de la historia en la que se vislumbraba el centro axiológico de un esplendor futuro, hecho a tercias partes de emoción trascendente, de técnica de reproducción y del arte de la representación. Visión esencial de la tierra también, de la tierra roja con el sabor del cinabrio, en la que artista se trasplantó para crecer, echar raíces y prodigar sus frutos, dejando para nosotros como patrimonio intangible una visión de la cultura, cuyas temas y problemas calan hasta nuestro futuro, hoy presente, la cual él mismo artista dibujó, componiendo a manera de exhorto, de oración y de acción de gracias, como símbolo pues, una espléndida quinteta, a la vez bizarra y modernísima, que reza:

“¡Zacatecas, tierra de Dios
y de María santísima,
futuro puerto de mar,
donde en las noches apagamos las luces
para que no nos confundan con Londres!”.





Apéndice

A continuación se trascribe la ficha bibliográfica de algunos volúmenes, folletos y revistas editados en la Imprenta de Nazario espinosa Araujo:

Bibliografía:

•        Trídulo, Letanías y Gozos dedicados al Santo Niño de Atocha. 1886. Zacatecas, Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa.
•        Trídulo en Obsequio de la Augusta y Santísima Trinidad. 1897. Zacatecas. Nazario Espinosa. Imprenta y Litografía.
•        Revista La libertad. 1904.
•        Revista de Zacatecas. Ilustrada. Julio de 1913. #1.
•        Revistad e Zacatecas. De Ignacio Flores Maciel. Causier. 1914.
•        Bouquet para el Bello Sexo. 2º Almanaque para 1889.
•        Memoria Minera que el Supremo Gobierno del Estado de Zacatecas presenta a la Exposición Mundial de París. 1889.
•        La novela de costumbres del licenciado Rafael Ceniceros y Villareal La Siega.
•        Instrucciones de Religión, Moral y Urbanidad. Escritos en verso castellano por el Presbítero José Francisco Sotomayor. 1895. Zacatecas, Nazario Espinosa.
•        Jesús Torres, Informe del Seminario Conciliar de la diócesis de Zacatecas. 1889-1890. Rector Jesús Torres. Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa. 1890. 28 pp.
•        Julio M. Márquez. 14. O el Señor Lic. Rojas ante el público con la cuestión del “Mesón de Arrieta”. Tomo II, Zacatecas, Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa, 1889. 21 pp.
•        Wistano Luis Orozco. Defensa producida por el Lic. Wistano Luis Orozco a favor de sí mismo ante el Sr. Juez #2 de lo general de Zacatecas, en el proceso seguido ante dicho funcionario, contra el mismo Orozco y contra el Sr. D. Francisco Avellaneda, administrador local de caminos por homicidio frustrado y portación de arma prohibida. Zacatecas. Imprenta y litografía de Nazario Espinosa, 1891. 33 pp.
•        Manuel Pámanes. 2ª Defensa producida por el Li. Manuel Pámanes ante el Supremo Tribunal de Justicia del estado de Zacatecas en la causa instruida contra Enrique del Hoyo por homicidio. Zacatecas, Papelería y Talleres de Nazario Espinosa. 1899. 39 pp.
•        Ambrosio Romo Vega y E. Ramírez, Pretorismo, Plutocracia y Clericalismo. 1910. Imprenta Nazario Espinosa. Zacatecas.
•        Ambrosio Romo Vega, Fórmula barométrica de nuevo tipo y tablas para la nivelación de alta precisión. 1911. Taller de Nazario Espinosa. Zacatecas.
•        T. A. Tiscareño, Nuestra Señora del Refugio, patrona de las misiones del Colegio Apostólico de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas. 1901. Talleres de Nazario Espinosa. Zacatecas.
•           Alfonso Toro, Estudio sobre el origen del hombre en América y su vida en los tiempos prehistóricos. 1906. Talleres de Nazario Espinosa. Zacatecas. 22 pp.
•        Juan Brefa, “Estudios de climacología Médica de Zacatecas: Memoria presentada a la Academia Nacional de Medicina de México, por su socio correspondiente Juan Brefa en cumplimiento de la Fracción 1, artículo 38 del registro”. 1892. Imprenta y litografía de Nazario Espinosa. 91 pp.
•        La Última Epidemia de Tifo en Zacatecas. Memoria presentada en la Academia nacional de Medicina de México por Juan Brea. 10 de mayo de 1893. 1993. Impresor y litógrafo Nazario espinosa, 32 pp.
•        Eclesiástico Zacatecano. Poliantea histórico-zacatecana por un eclesiástico zacatecano. Zacatecas. Nazario Espinosa, Imprenta y Litografía. 42 pp.
•        Luis Rey, Apuntes de un reportero. Zacatecas. Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa. 15 pp.
•        José Espino Nava. 12 sermón. Predicado en la Santa Iglesia Catedral el 19 de marzo y mandado imprimir por el director de la asociación, Sr. San José, a quien el autor tubo la bondad de dedicarlo, 1887. Zacatecas. Imprenta y litografía de Nazario Espinosa.
•        Diego de la Trinidad Romero, 30 sermón. Predicado en la insigne y colegiada catedral de México con ocasión de la fiesta de Nuestra señora de Zacatecas, celebrada en honor de María santísima de Guadalupe el 12 de septiembre del presente año por el autor, Presbítero D. Diego de la Trinidad Romero. 1890. Zacatecas. Imprenta y Litográfica de Nazario Espinosa. 12 pp.
•        José de Jesús Alva y Franco, Sermón de María de Guadalupe predicado en el templo parroquial el día 12 de diciembre por el cura interino Guadalupe de J. Alva. Zacatecas, Imprenta y litografía de Nazario Espinosa. 17 pp.
•        La Caridad, Establecimiento Católico de educación Gratuita para Niños. 1887. Zacatecas. Imprenta y litográfica de Nazario Espinosa. 24 pp
Fuentes. Algunos de estos papeles están en: University of Illinois. Urbans Camping. Catálogo de Papeles México XIX. Fondo.
  



































No hay comentarios:

Publicar un comentario