Nazario
Espinosa: Litógrafo y Editor Zacatecano.
La Enseñanza y la Escuela
Por Alberto
Espinosa Orozco
I
En el
Archivo Histórico de Zacatecas, sorprendente por el nivel de conservación de
los documentos de los siglos XVI, XVII, XVII y XIX y todos en perfecto estado. Don Miguel Ángel Priego Gómez, otrora director de la biblioteca, nos informa que
existen ahí algunos libros de la impetra de Don Nazario Espinoza, pues su obra
es amplia y diversificada, en temas y composiciones que varían en función de
los pedidos que recibía el litógrafo. Se encuentran en etiquetas comerciales,
anunciando todo tipo de productos y de empresas, y en símbolos patrios,
representados tanto en los anuncios como en los informes gubernamentales,
reflejando su temática diversas ideologías: progresista, republicana, nacionalista,
tradicionalista o religiosa. La masa de imágenes puede dar una idea de las
actividades productivas que existían en la región durante la segunda mitad del
decimonoveno siglo y principios del vigésimo, pues la atmósfera misma que
envolvía aquella época es perfectamente sintetizada a través de la iconografía,
la temática y las técnicas empleadas. Una tendencia muy utilizada en las
etiquetas es el marco horizontal alargado y una línea oblicua ascendente y
ondulante atraviesa la imagen de un extremo al otro. Además se encuentra
depositados en el mencionado Archivo ediciones de algunos libros editados y con
litografías de Don Nazario Espinosa.
En efecto, tanto en las bibliotecas públicas
del estado como en las colecciones particulares de la capital abundan ejemplos
de su prolija producción documental, cuyos documentos están aún por
inventariar, entre los que hay que contar una vasta variedad de imágenes que
ilustran partituras, cientos de libros, carteles, revistas, planos, boletos,
etiquetas, esquelas, retratos, empaques, acciones, sellos, membretes, tarjetas
y calendarios.
Algunos peritos señalaron la importancia de
la “Casa Impresora”, pues los “talleres para impresiones de todos géneros” eran
los primeros de la República y los visitantes distinguidos de Zacatecas
llegaban a ella para conocerla, siendo orgullo para las artes gráficas de
México y un honor merecido para Zacatecas al irradiar la cultura a las tierras
del norte.[1]
La obra de Don Nazario Espinosa, pionero y
virtuoso del oficio litográfico contribuyó al esplendor zacatecano de la
segunda mitad del siglo XIX, obteniendo el ilustre litógrafo reconocimientos
locales, nacionales y extranjeros, entre los que destacan la “Medalla de Plata
en la XVII exposición de Aguascalientes” mención honorífica al Sr. Nazario
Espinosa en testimonio del interés que le inspiran la aplicación al trabajo y a
la constancia, en abril 27 de 1874 y el Diploma de Miembro Fundador a Monsieur
Nazario Espinosa de la “Academie Universalle des Sciencies et des
Arts Industriels” de Brucelas, Bélgica, el 8 de Noviembre en 1891.
Cabe mencionar el nombre y la obra de los
magníficos dibujantes y litógrafos que enriquecieron el taller con sus
esmeradas y pulidas representaciones, igual de planos y portadas
arquitectónicas que de tranvías o de carretas mortuorias, destacándose entre
ellas la obra específica en el género caligráfico, en los sombreados y en los
relieves ópticos, pero también las diestras representaciones de las incipientes
compañías industriales o aquellas que atienden a las figuras humanas de
personajes o comercios, en donde se puede ahora comprobar la filigrana estética
en que culminó el arte plástico representativo de toda una cultura autónoma
regional
De acuerdo con Salvador Vidal el
departamento de dibujo fue integrado por los dibujantes en piedras litográficas
y grabadores en acero: Aurelio Corral, Juan García Nava y Miguel
Espinosa. El Sr. José Reveles fue el
maestro tipográfico, distinguido por su competencia en el ramo, quien se separó
de la compañía en 1913 para radicarse en la capital de la República. En ese
mismo año asumió la regencia tipográfica el maestro J. Dolores Delgado,
abandonándola por falta de trabajo y volviéndola a tomar en 1921 por poco tiempo, pues un tiempo
después se hizo cargo de la Presidencia Municipal de Zacatecas.
Trabajaron también en la imprenta:
Aureliano Barrón, Manuel Ramírez y Francisco Calderón en el taller
litográfico, estando en las prensas litográficas el Sr. José López y Enrique
Borda. En el taller de encuadernación figuraron como maestros Víctor R. González,
el gran rayador Cruz Rangel, Florentino
Corral y José Galindo, teniendo como ayudantes a las Señoritas. María Fidel
Castro, María de Jesús Hernández y las hermanas María Guadalupe y Rita Díaz.
Cuando la casa vivió tiempos de penuria por la precaria situación económica, colapsado
el industrioso centro-norte mexicano por los acontecimientos revolucionarios
los encargados tipográficos fueron
Gregorio Rivera, José Escobedo y Sebastián Arciniegas. También trabajaron en la H Casa Impresora los
señores Francisco Castañeda de la Torre, Moisés Torres, Francisco J. Salazar,
Fernando Rodarte, Ezequiel Salcedo, Gabino Saucedo, Aureliano Corral, Moisés
Torres, Miguel Arciniega, Rosendo Frausto, Fidel Guerrero, Rosendo Nava
Trujillo y muchos más. Hay que agregar que la mayor parte de estos maestros del
arte e industria litográfica, editorial e impresora, posteriormente, cuando se
suscitó el éxodo masivo zacatecano a la capital del país, descollaron en la
metrópoli en los diferentes ramos de su competencia.[2]
La obra de Nazario Espinosa se extendió así
a la educación de sus paisanos, siendo recordado su magisterio por muchos
zacatecanos con verdadero cariño, por sus lecciones austeras, pues aun cuando
era severo en las enseñanzas y en la disciplina, siempre supo interpretar
capacidades y hacer hombres de trabajo y responsabilidad.
II
Los
talleres se situaban en amplios departamentos estilo europeo con grandes
ventanales de vidrios esmerilados en el segundo piso.[3] Había
también una pequeña huerta con árboles frutales, un aljibe y un patio de
regulares dimensiones en donde sentaba sus reales la perra “Duquesa”, mascota
de la familia que fue la centinela de la imprenta hasta su muerte, la cual era
alimentada por Juan Medrano y un hijo de Nazario, concebido fuera del matrimonio, llamado Manuel Espinosa, que también trabajaba en la imprenta. En la parte baja
había un gran salón que servía de bodega de papel, pues en aquella época no
había en el país fábricas de papel y éste se importaba de Estados Unidos por
carros enteros de ferrocarril. En la
parte alta del primer salón estaban la oficina y el almacén, tanto de productos
terminados como de papel en cantidades más fáciles de manejar, así como de
tintas y de artículos indispensables.
De ahí se
pasaba al taller de grabado y de impresión, a un salón de transporte y a otro
salón de dibujo. El ala del frente tenía un taller de grabado de impresión,
así como el sistema de pruebas con un
rol. En el ala izquierda todos los "chivaletes" con los tipos,
en el ala derecha, pegadas a la pared del patio, las máquinas de imprenta. Estas eran: una máquina para pequeñas
impresiones marca Liberty, había también una Chandler, una Cordón y una
bronceadora. En la sección de
litografía, que era la mayor, cuatro prensas: una pequeña, una media cuádruple,
una cuádruple y una triple. Entre el salón de transporte y el final del salón
estaban los molinos para la fabricación de tinta y mesas de limpieza de las
piedras. En el ala trasera estaban las cortadoras, cizallas, perforadoras,
máquinas dobladoras, engrapadoras, el departamento de encuadernación y una
máquina rayadora. Había también una caldera de vapor para mover las flechas de
acero y las bandas que hacían funcionar todo el taller, al cual luego se le
aplicó la fuerza de la electricidad. Por un documento de balance de capital
hecho por Nazario Espinos en 1902 de su puño y letra, que se ha conservado
hasta nuestros días, podemos darnos una idea del valor en metálico de aquellos
bienes que se perdieron, el cual ascendía en ese año a 89 mil pesos.[4]
Verdadero centro de activad, de trabajo y de cultura que esplendió en la ciudad
de Zacatecas que tristemente terminó en la ruina. El edificio donde se
encontraban los talleres, situados en el Callejón del Cobre #s30, 32-34, cerca del
Callejón del Borrego, fue a la postre vendido y reducido con el pasar del
tiempo y las vicisitudes revolucionarias a una vecindad, quedando el gran patio
con aljibe transformado en pasto para vacas al ser transformado en un establo.
III
Cuando la
entrada de Pancho Villa en Zacatecas, sus tropas hicieron cuartel en la
imprenta, destrozando las máquinas y robando todo lo que pudieron, volando la
papelería de Don Nazario a consecuencia de la temible explosión que hubo en un
edifico del gobierno, donde después estuvo el Cine Ilusión. Como suprema
humillación a punta de pistola obligaron al orgulloso litógrafo, pasando la
barbarie sobre sus ideales de tolerancia, racionalidad y buena fe, a barrer con
una escoba los papeles quemados y los restos destrozados de las cajas
tipográficas, cuyas letras habían quedado esparcidas por la calle, como si
fuesen los inteligibles signos de un poema roto y mancillado. En la imprenta no
se salvaron sino unas cuantas máquinas que, luego de la ausencia su dueño,
fueron manejadas por su hijo Enrique Espinosa Dávila.
Don
Nazario Espinosa Araujo murió un lustro después de aquel incidente, el 30 de
marzo de 1919, unos meses antes de cumplir los ochenta años de edad, en la casa
donde vivía, situada la Plaza de Miguel Auza #29, descansando sus restos fúnebres en una fosa
del lote #7 del panteón de “La Purísima”, en la ciudad de Zacatecas que tanto
amó.
Con los exangües restos de todo aquello, su hijo Enrique Espinosa pagó
deudas y enfermó, agobiado por la falta de trabajo y que agravó lo extenso de
su familia, malvendiendo el gran taller del Callejón del Cobre y Borrego, y
descuidando decididamente la imprenta al entrar a trabajar a una agencia
regenteada por Don Epigmenio González Flores, donde se reportaban minas, las
cuales eran en aquel entonces frecuentemente “envenenadas”. La imprenta siguió
trabajando, aunque malamente, como a su pesar, y ya sin la originalidad
creativa de otro tiempo, tal como lo revelan algunos documentos, como el
folleto: “Coronita del Espíritu Santo
para alcanzar el remedio de nuestras necesidades”, firmado simplemente con
la fecha, 1922, y al calce simplemente la firma “Espinosa, Zac,”.
A la muerte de Enrique Espinosa Dávila en 1928 ya se habían perdido
muchas piedras y quedaban sólo unas cuantas máquinas impresoras de menores
dimensiones, asumiendo su hijo Antonio Espinoza González el cargo de regente,
llevándose después los maltrechos restos de aquella empresa a la Plaza de
Miguel Ausa, a un local que resultaba comparativamente pequeño, cerca de la
Iglesia de San Agustín, en 1937, quedando el resto de los Talleres en poder del Banco de Zacatecas por una
acción judicial.[5] En
ese local estuvo trabajando la imprenta hasta 1944, año en el cual Don Antonio
Espinosa se separó de esposa y decidió marchar a vivir a la Ciudad de México, vendiendo así todos los restos que quedaban
del viejo taller –acontecimiento que cerraba el
círculo de uno de los talleres de estampa más lustrosos, profesionales y
singulares y de mayor calidad artística que han existido en el Norte del
México.
Apéndice
A continuación se trascribe la ficha bibliográfica de algunos volúmenes, folletos y revistas editados en la Imprenta de Nazario Espinosa Araujo:
Bibliografía:
· Trídulo, Letanías y Gozos dedicados al Santo Niño de Atocha. 1886. Zacatecas, Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa.
· Trídulo en Obsequio de la Augusta y Santísima Trinidad. 1897. Zacatecas. Nazario Espinosa. Imprenta y Litografía.
· Revista La libertad. 1904.
· Revista de Zacatecas. Ilustrada. Julio de 1913. #1.
· Revistad e Zacatecas. De Ignacio Flores Maciel. Causier. 1914.
· Bouquet para el Bello Sexo. 2º Almanaque para 1889.
· Memoria Minera que el Supremo Gobierno del Estado de Zacatecas presenta a la Exposición Mundial de París. 1889.
· La novela de costumbres del licenciado Rafael Ceniceros y Villareal La Siega.
· Instrucciones de Religión, Moral y Urbanidad. Escritos en verso castellano por el Presbítero José Francisco Sotomayor. 1895. Zacatecas, Nazario Espinosa.
· Jesús Torres, Informe del Seminario Conciliar de la diócesis de Zacatecas. 1889-1890. Rector Jesús Torres. Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa. 1890. 28 pp.
· Julio M. Márquez. 14. O el Señor Lic. Rojas ante el público con la cuestión del “Mesón de Arrieta”. Tomo II, Zacatecas, Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa, 1889. 21 pp.
· Wistano Luis Orozco. Defensa producida por el Lic. Wistano Luis Orozco a favor de sí mismo ante el Sr. Juez #2 de lo general de Zacatecas, en el proceso seguido ante dicho funcionario, contra el mismo Orozco y contra el Sr. D. Francisco Avellaneda, administrador local de caminos por homicidio frustrado y portación de arma prohibida. Zacatecas. Imprenta y litografía de Nazario Espinosa, 1891. 33 pp.
· Manuel Pámanes. 2ª Defensa producida por el Li. Manuel Pámanes ante el Supremo Tribunal de Justicia del estado de Zacatecas en la causa instruida contra Enrique del Hoyo por homicidio. Zacatecas, Papelería y Talleres de Nazario Espinosa. 1899. 39 pp.
· Ambrosio Romo Vega y E. Ramírez, Pretorismo, Plutocracia y Clericalismo. 1910. Imprenta Nazario Espinosa. Zacatecas.
· Ambrosio Romo Vega, Fórmula barométrica de nuevo tipo y tablas para la nivelación de alta precisión. 1911. Taller de Nazario Espinosa. Zacatecas.
· T. A. Tiscareño, Nuestra Señora del Refugio, patrona de las misiones del Colegio Apostólico de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas. 1901. Talleres de Nazario Espinosa. Zacatecas.
· Alfonso Toro, Estudio sobre el origen del hombre en América y su vida en los tiempos prehistóricos. 1906. Talleres de Nazario Espinosa. Zacatecas. 22 pp.
· Juan Brefa, “Estudios de climacología Médica de Zacatecas: Memoria presentada a la Academia Nacional de Medicina de México, por su socio correspondiente Juan Brefa en cumplimiento de la Fracción 1, artículo 38 del registro”. 1892. Imprenta y litografía de Nazario Espinosa. 91 pp.
· La Última Epidemia de Tifo en Zacatecas. Memoria presentada en la Academia nacional de Medicina de México por Juan Brea. 10 de mayo de 1893. 1993. Impresor y litógrafo Nazario espinosa, 32 pp.
· Eclesiástico Zacatecano. Poliantea histórico-zacatecana por un eclesiástico zacatecano. Zacatecas. Nazario Espinosa, Imprenta y Litografía. 42 pp.
· Luis Rey, Apuntes de un reportero. Zacatecas. Imprenta y Litografía de Nazario Espinosa. 15 pp.
· José Espino Nava. 12 sermón. Predicado en la Santa Iglesia Catedral el 19 de marzo y mandado imprimir por el director de la asociación, Sr. San José, a quien el autor tubo la bondad de dedicarlo, 1887. Zacatecas. Imprenta y litografía de Nazario Espinosa.
· Diego de la Trinidad Romero, 30 sermón. Predicado en la insigne y colegiada catedral de México con ocasión de la fiesta de Nuestra señora de Zacatecas, celebrada en honor de María santísima de Guadalupe el 12 de septiembre del presente año por el autor, Presbítero D. Diego de la Trinidad Romero. 1890. Zacatecas. Imprenta y Litográfica de Nazario Espinosa. 12 pp.
· José de Jesús Alva y Franco, Sermón de María de Guadalupe predicado en el templo parroquial el día 12 de diciembre por el cura interino Guadalupe de J. Alva. Zacatecas, Imprenta y litografía de Nazario Espinosa. 17 pp.
· La Caridad, Establecimiento Católico de educación Gratuita para Niños. 1887. Zacatecas. Imprenta y litográfica de Nazario Espinosa. 24 pp
[1] En el libro de viajes del
italiano Alfonso Doleiro México
al Día, Impresiones y Notas de Viaje (Librería de la Viuda de C. Bouret,
Paris-México, 1911) el autor refiere que en su visita a la imprenta de Don
Nazario “Nos causó maravilla la
perfección de los trabajos que ejecutan en aquella Casa, Bornetti me hizo
observar la perfecta imitación de un anuncio a colores que figuraba Tosca
cunado pone el crucifijo sobre el pecho de Scarpia”. Por su parte Juan A. Pérez, en su Almanaque Estadístico (México, 1876, Pág. 679), consigna que
Don Nazario no omitió esfuerzos para desempeñar al mejor su trabajo,
adquiriendo en 1876 una magnífica prensa mecánica de las últimas, perfeccionada
y fabricada en París en ese mismo año.
[2] De acuerdo al testimonio de
Enrique Salines Enríquez correspondió a los maestros Ezequiel Saucedo, Fernando
Rodarte y J. Guadalupe Escobedo ser protagonistas del nacimiento, en su
estancia en la gran metrópoli, de la Confederación Regional
Obrera Mexicana (CROM). Enrique Salinas,
Miografía
Litográfica Zacatecana, Fundación Roberto Ramos Dávila, A. C.
Zacatecas, México. 1ª ED. Mayo de 2000, Pág. 23.
[3] Datos obtenidos de un escrito
personal de uno de los nietos de Nazario Espinosa, Don José Nazario Espinosa González, fechado en
1987, titulado “Pequeños datos que recuerdo sobre mis antepasados y que
futuros sepan de donde proceden”.
[4] El costo estimado de bienes
habría sido el siguiente: el valor de la finca donde se encontraban los taller
ascendía a 19, 248 pesos; el de la imprenta con máquinas y útiles a 15, 644
pesos; el del taller de litografía con máquinas y útiles a 23, 584; la
encuadernadora a 6 652 pesos; el de la caldera de vapor que proporcionaba la
fuerza motriz a 5, 530 pesos; las mercancías a 12, 871 pesos; más los muebles y
enseres de ambas imprentas a los que sumaba los útiles del fotograbado por
cerca de 3, 000 pesos más. Los adeudos
diversos y documentos a pagar sumaban 32 mil pesos. Todo lo cual daba un
resultado de más de 56 mil pesos libres de polvo y paja.
[5] En la Plaza Miguel Auza, en los
bajos del edificio que fuera el Hotel Zacatecano, estuvo en 1905 la “Imprenta Literaria” del Señor Domiciano
Hurtado, quien publicaba ahí el periódico “El
Correo Zacatecano”, dirigido por Mariano Elías. Otra imprenta que estuvo en
esa calle hasta 1909 fue “La Imprenta de
Thomas Lorck”, estando situada en la Antigua Plaza de San Agustín #21.
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