La Nueva Urbe
Por Guillermo Tovar
de Teresa
(Segunda Parte)
Toussaint afirma: "los templos
indígenas subsistieron, por lo menos legalmente hasta el
año de 1538" .9
Sobre la "traza" de
la Ciudad de México se ha escrito bastante; destacan dos
temas tratados por Toussaint y O'Gorman: su autor
-el Alarife Alonso García Bravo y la
distribución de la población de la Ciudad de México. 10 Sobre lo primero, Toussaint dice:
"Hay un dato importante: Alonso García Bravo no pudo realizar la traza del Centro de
la Capital sino estaba totalmente arrasado
el
templo mayor, el Gran Teocalli". Y añade, con gran prudencia,
que el derribo de los templos prehispánicos duró
muchos años, citando el texto de Motolinía sobre la séptima plaga que
asoló al país: la reedificación de la nueva ciudad y la demolición
de la antigua. El propio Toussaint, dice: "consumada
la toma de la Capital Azteca, destruída la ciudad
en lo que era posible destruir y obedeciendo la férrea consigna de Cortés, contra
la opinión de sus capitanes, para que la ciudad española se
levantase en el mismo sitio en que estuviera la
indígena, Alonso
García Bravo hizo la traza de la ciudad con sus calles y plazas "como hoy está"
decía por 1561. Cortés lo designó para ese trabajo
porque era muy buen "jumétrico".
¿Cuando realizó la traza Alonso
García? Consumado el asedio con la prisión de Cuauhtemoc, Cortés
y su mesnada se retiraron a Coyoacán: Tenochtitlán
estaba inhabitable, por el hedor de los
cadáveres, los escombros de
los edificios, el lodo de las acequias malolientes.
Además si la ciudad estaba destruída,
no estaba arrasada. No es posible creer que los
dos grandes templos, el Mayor y el de Tlaltelolco, hubiesen sido derribados durante
el sitio" .11
De estas citas se desprende que Toussaint
pensaba que: mientras no estuviera arrasada la ciudad indígena y sus templos,
no se podría realizar la "traza" y que
los templos fueron totalmente arrasados a partir de 1538.
O'Gorman, por otra parte, en su ya
citado libro, dice: "encontramos, como es natural, normas legislativas
que consagran el principio de separación entre
indios y castellanos... Ya en 1538, por cédula real expedida
en Valladolid a 23 de agosto de ese año, se previno que los indios vivieran
aislados de los europeos" 12
Del texto de
O'Gorman se desprende que la Cédula Real que, según
dice, da origen legislativo al Principio de Separación, fue dada en la misma
fecha en que se ordenó el derribo de los "cúes" y el
aprovechamiento de sus materiales, por petición de la carta conjunta de los
obispos de México.
En suma, a
partir de 1538 se demolieron y arrasaron los adoratorios,
se ordenó -en ratificación de las medidas tomadas
por Cortés en 1534- la separación entre la población indígena
de la española y sólo hasta entonces se pudo
trazar la ciudad de México, tal como la describe
Cervantes de Salazar en 1554 y la representa el plano atribuido al
cosmógrafo Alonso de Santa Cruz, conservado en
Upsala, Suecia.
Para esas fechas -1538- Don Antonio de
Mendoza ya era el Virrey de Nueva España y se preocupaba por la
defensa y la distribución de la población de
la Ciudad de México; así como por ponerla a salvo -a
la ciudad- de cualquier levantamiento, sin
amurallarla.13
El tantas veces citado ejemplar
de Alberti fue leído en junio de 1539; las cédulas
reales del año anterior -la relativa
a la demolición de adoratorios, separación de
población española e indígena, construcción
de la catedral, etcétera- obligaron a la lectura del libro que
contenía lo relativo a las cosas de la edificación.
Alberti cita a
Platón, Diógenes y otros autores, en el capítulo 1 de
su libro IV. El tema de ese capítulo trata de "la partición de
la congregación de los hombres, ser varía, de
donde también ha sido hallada la
diversidad de los edificios, y de
donde aya de comenzar". Es decir,
el "principio de separación" de
los miembros de una población se halla en Alberti. El
texto dice que así como los edificios se dividen en partes, también ocurre con la congregación
de personas. Sus palabras textuales son estas:
"Y por tanto
repitamos que ayan fentido del diuidir
la congregación de los
hombres aquellos antiguos varones
y efperimentados
ordenadores de las cofas publicas y de
las leyes, los quales con
eftudio, cuydado y diligencia anduuieron
en el efcudriftar y bufcar
femejantes cofas con
grande loor y admiracion
de fus inuinciones. Thefeo (dize
Plutarcho) que diuidio la
republica en hombres que hizieffen
y declaraffen las leyes
diuinas y humanas, y en
otro, é¡ fe exercitaffen en las artes. Solon (fegun la copia y
modo del patrimonio y de
las riquezas de los fuyos) tuyo
diftribuydos los ordenes
de los ciudadanos a los que cada
afio de fus heredades
cogian menos que trecientas hanegas.
Los Athenienfes tuuieron
por principales entre fi los
varones exercitados en fciencia y vfo
de las cofas. Enci fegundo
lugar a los oradores, y en
el poftrero a los officiales.
Romulo diuidio los caualleros
y los fenadores de el
vulgo. Pero el rey Numma hizo diuidir el pueblo por artes.
En Francia eran los de la
plebe como efclauos, los demas
dize Cefar auer ficto o
foldados, o dados a la fabiduria
y religion, los quales
ellos llamauan Druidas. Acerca
de los Pantheos los
fupremos eran los facerdotes , los fegundos
los labradores, los terceros los foldados, con los
quales andauan los
paftores y guiadores de las ouejas. Los
lnglefes diuidian los
fuyos con quatro ordenes, los primeros
eran aquellos, de los
quales fe hazian reyes, los fegundos
los facerdotes , en el tercero lugar los foldados, en el
poftrero el vulgo. Los
Egypcios dieron el primer lugar a
los facerdotes, en el
fegundo pufieron al rey y a los adelantados
o prefectos, en el tercer
orden a los foldados, y a
la muchedumbre, y también diuerfamente
entre los labradores,
ganaderos y artifices, y aun tambien, como dize
Herodoto, los jornaleros, y marineros. También
refieren
que Hypodamo diuidio fu republica
en tres partes, artifices,
labradores, y foldados.
Ariftotles parece no auer tenido
en poco a aquellos que
efcogieron los dignos de
entre la muchedumbre, y
los pufieron en los confejos,
adelantamientos y juyzios, ni a los que dexaron diuidido
el demas pueblo entre labradores, artífices, mercaderes,
jornaleros, caualleros,
peones, y
la muchedumbre de los
marineros. Y fegun parece
en Diodoro hiftoriador no fue
muy deffemejante a efta la
republica de los
Indios, porque
tuvieron facerdotes,
labradores, paftores, artífices,
foldados, prefidentes, y los que eftan prepueftos a los
confejos publicos. Platon
dixo, que vna republica eftaua
vna vezes pacifica y diffecha có occio y quietud, otras ardiente
y guerreadora, fegun eran los animos de los que
la gouernauan, y de las
partes del animo diuidio toda la
muchedumbre de los ciudadanos, lavna
de los que gouiernan
todas las cofas con razon
y confejo, otra de los que
con armas remouian las injurias, la tercera de
aquellos
que miniftran y dan los alimétos
con q fe fuftenten los
padres y los foldados.
Eftas cofas he
traydo breuemente
facados de los libros de los antiguos, los quales me parece
q me advierten de tal
manera q las q he coffegido las ftatuya
fer todas partes de las republicas,
y juzge a cada vna
deuerfele vnos generos de
edificios. Pero para pafar mas
diftintamente, conforme al
propofito toda efta cofa, difcurriremos
defta manera. El número de
los mortales fi alguno
le vuieffe de diuidir en partes, lo primero
que auía
de aduvertir en fu entendimiento feria
que no auian de
fer
eftimados todos por vnos
rnifmos, antes
confideraria
juntamente todos los
moradores de algú lugar, y
tambien
apartados y diftintos en
partes. Y luego contéplado la
rnifma natura fentira en q
diftinga los vnos de los otros. Y
no ay cofa e q mas diffiera
vn hóbre de otro q en aquella
fola cofa en q largaméte
diffiere del genero de las beftias,
q es en la razon y conocimiento de las mejores artes. Y
afiade fi quieres, la profperidad de fortuna. En todos los
quales dotes pocos
juntamente entre! os mortales excedé
y fe adelantan. De aquí
pues nos eftara clara la primera
diuifió, q es, q
eligiremos pocos de toda la muchedúbre,
de los quales vnos fean
celebrados en fabiduria, confejo
yingenio por illuftres,
otros por aprouados có
el vfo y
excercicio de las cofas, otros en copia de
riquezas y abundácia
de haziéda. A eftos quien
negara q fe les ayan de
cometer las primeras partes de
la republica. Luego a los
varones feñalados, q en confejo refplandecé, fe les dara
el principal cuydado y gouierno de las cofas. Eftos con
religió conftituyrá las cofas diuinas, cópondran
có ley el
modo de la jufticia, moftraran el camino de viuir
bien y
beatamente. Velará de dia en dia por cófervar
el augméto
y defenfa de la autoridad de fus ciudadanos, y
quádo algo
fintieren fer vtil, cómodo
y neceffario. Quádo ellos
por vétura canfados
quifieré eftar
mas occupados en
contéplar
las cofas, q no en
ponellas en obra, y
encomendará
las a los mas excercitados
y deffembaracados para la action,
para q profigan en bié
hazer a la
patria. Y eftos tomado
el cargo del negocio, afsi
en cafa có
folercia y folicitud,
y fuera con trabajo y fuffrimiento procurará hazer
cóforme a lo q fon
obligados, juzgará, capitaneará el foldado,
exercitar fe han a fi, y
las manos e induftria
de los
fuyos. Finalméte quádo entédieren q en balde fe trabaja
en dar perfection a la
obra fino ay con q feguirfehan
luego tras eftos los q han de focorrer có fus facultades y
haziendas, o del campo, o
de la mercadería, y el demas
exercito y muchedumbre de hóbres
mirará y obedeceran a
eftos primeros, fegú el vfo lo requiera. Si eftas cofas
fueré dichas a propofito
tendremos entédido q los generos
de los edificios fon
deuidos vnos a toda la cógregacion
de los ciudadanos, otros a los principales,
otros a la
muchedúmbre. Y tábien para los principales, vnos para
los q prefiden en cafa y en
los confejos, otros para los q
fe exercitan con negocios, otros para los q allegan haziendas.
De los quales todos
como vna parte fe refiera a la
necefsidad (como diximos) otra a las cómodidades,
perrnitafén
os q cómetamos de los edificios dar algo a la
reacreació del animo, miétras inftituyeremos en
lugar de
premio suerfe de tomar los principios de femejantes particiones
de los primeros documétos
deJos Philofophos.
De estos pues hemos de
dezir aqllo q mas cóuéga
a todos
juntaméte q a los pocos ciudadanos principales y que a la
muchedumbre de los
menores. Pero para grandes cofas
de donde comencaremos, por
ventura de como
los
hombres han profeguido en
adquirir eftas cofas de dia en
dia. Asi tambien
comencaremos la co-fa de las particulares
cafillas de los
necefsitados, y de alli vendremos
a eftas
obras que vemos
amplifsimas con theatros, eftuffas, y
templos, porque es claro
que las gentes del mundo habitaron
mucho tiempo fin tener
ceñidos con ningun genero
de cercas fus ciudades. Y
efcriuen lo¡, hiftoriadores, que
en el tiempo que anduvo
Dionyfio por la India
acerca de
aquellas gentes no auia
ninguna ciudad ceñida con muro.
Thucydides efcriue, que
antiguamente Grecia no eftuuo
fortalecida con ningun
genero de muros. Y por Francia
hafta los tiempos de Cefar
toda la gente de Borgoña no
tenia ciudades, fino que a
cada pafo fe juntauan
en
barrios. Y aun bafto que
la primera ciudad fue Biblo,
occupada por los Fenicia,
la qua! ciño Saturno con muro
rodeado a las cafas.
Aunque Pomponio Mellas cuéta (antes
del diluuio) auer fido
fabricada Ioppe. Los de
Ethiopia, dize Herodoto,
como occupaffen a Egypto no
matauá a ningun delinquen
te, pero mandauan le amontonar
tierra en los barrios do
ellos habitauan. Y de aqui dizen
que fe comencaron a hazer
las ciudades por Egypto.
Pero de efto trataremos
mas largamente en otro lugar.
Ahora aunque por
naturaleza (como dize) todas las cofas
que fe hazen veo auer
crecido de principios liuianos, con
todo effo me agrada comencar de los mas dignos".
Es
indudable que el "principio de separación" o "partición de la
congregación", tiene su origen en la república de Platón y otros textos de autores
clásicos, explicado por Alberti con gran claridad. No podemos olvidar
cómo los españoles tuvieron que llevar a cabo esa
"separación" o "partición",
debido a su convivencia con los moros; es incuestionable que
después de la toma de Granada se aplicó esta política urbana. ¿Quién la ejecutó?: Don
Iñigo
López
de Mendoza, el conquistador de Granada y
su capitán general en tiempo de los Reyes Católicos. Recordemos a Don lñigo y
su viaje a Italia, su amistad con Pedro Mártir de Anglería y sus aficiones por la arquitectura;
Don Antonio de Mendoza fue su hijo y vivió su infancia y su juventud en
Granada -en la Alhambra- y no sería difícil suponer que su padre -al
igual que su hijo,
el
Virrey- haya leído a León Battista Alberti de quien
tomó idea de la partición de congregaciones, concepto político y urbanístico de
rotunda importancia para la reconstrucción de la ciudad de México a partir de
1538, una vez demolidos los cúes y adoratorios.
Alonso García
Bravo, un "buen jumétrico", trazó la ciudad de Hernán Cortés: la
ciudad de adoratorios en pie, conservados "para memoria", la ciudad
Azteca que agonizó entre 1521 y 1538. Cortés conoció MéxicoTenochtitlan, y la
admiró emocionado, de inmediato, como lo revelan sus Cartas de Relación; y
aunque tuvo que destruirla durante el sitio, no arrasó con ella, como Toussaint
lo ha señalado.
La visión de Hernán Cortés es la del
conquistador: La Gran México-Tenochtitlan como un monumento a su "fama";
la visión de Antonio de Mendoza es la
del estadista, la política y humanística la ciudad ideal de Alberti. Por eso el
plano de las cartas de relación de Hernán
Cortés no coincide con el plano de la ciudad atribuido al cosmógrafo Alonso de
Santa Cruz, amigo del Virrey, corresponsal suyo.
A partir de 1538, las medidas del Virrey son
enérgicas: el 11 de abril de ese año, obligó a los
dueños de solares a edificar o cercarlos en un año de
plazo; a respetar la traza de la ciudad; a construir
las fachadas de las casas de cal y canto;
a edificar casa para morar en ella y, de lo contrario, la
persona que no cumpliera con estas condiciones perdería
su solar sin previo aviso.l4 Las sanciones fueron aplicadas:
en 1538, a Francisco Montaño le dieron tres días
para quitar el edificio que hizo en una calle, y a los agustinos
se les ordenó derruir una construcción que tenían
en las tiendas de la plaza -el primitivo portal de
agustinos- por salirse de la traza, el 18 de marzo de 1540.
Sabemos que Mendoza
conoció los trabajos de
Pedro Apiano, en Alemania y que sostuvo
una nutrida correspondencia con
Alonso de Santa Cruz.15 Esto revela
cómo Don Antonio, además de sus
inquietudes políticas y arquitectónicas, tuvo las de
explorador (expedición de Coronado) y las
de cosmógrafo y astrónomo. La correspondencia con Santa
Cruz -miembro del Consejo de Indias y allegado
al emperador- no la conocemos, aunque Germán
Latorre
hace mención de élla, lo cual Toussaint
consigna y dice: "fue muy amigo de Don Antonio de Mendoza
con quien sostuvo mucha correspondencia y quien
le indicó a su paso para México que el invento de un aparato para medir longitudes que
había hecho Alonso de Santa Cruz, existía ya en Alemania verificado
por Pedro Apiano".16 Un
dato interesante es el relacionado con la
existencia de un ejemplar de la obra de Apiano en
la Biblioteca
de Tlaltelolco en 1572.17
Alberti recomienda conocer
el punto - el "eje del mundo"- sobre el cual
ha de hacerse una ciudad, ya que
de esto depende su iluminación y su ventilación;
la orientación decide si ésta es habitable o no; si
puede volverse
pestilente,
y sus casas serán frías y obscuras.18 Además, aconseja
se haga sobre suelo "firrnísimo" y sus cimientos muy
"rellenados", etcetera. Todo esto llevó al
Virrey, a partir de 1538, a transformar la ciudad en muchos
aspectos.
Es indudable que su utopía
renacentista se apoyó en bases científicas -rigurosamente
astronómicas- con el fin de darle a la ciudad de México las características de la
ciudad ideal de Alberti: además de bella, regular en su trazo,
con espacios abiertos, plazas con portales, y
todo cuanto recomienda el humanista en su tratado, estaría bien
ventilada y con sol durante
todo el año.19
La ciudad prehispánica y la
de Hernán Cortés tienen sus ejes trazados en
forma rectilínea pero no se cortan para formar
un damero. La ciudad de Mendoza, la descrita por
Cervantes de Salazar y representada por Santa Cruz,
es
otra cosa: los ejes que la cortan y la atraviesan,
están orientados según la posición
astronómica de la ciudad, de acuerdo con
su latitud y longitud. La ciudad
antigua y la del conquistador, con su templo mayor una: y
su modesta
catedral
la otra, estaban orientadas de oriente
a poniente; en la ciudad renacentista, la nueva
catedral se construiría de norte
a sur; gracias a los ruegos de Zumárraga, ante
el emperador, quien impidió la invasión
de los terrenos propios del templo
proyectado. En la ciudad trazada por García Bravo, la plaza grande
se hallaba a un costado de la catedral vieja
y el antiguo Teocalli; en la ciudad planeada a partir
de 1538, la nueva catedral no estaría
aislada
entre plazas -la del marqués, la chica, la grande y la de sus espaldas-, sino
frente a la inmensa plaza dibujada en 1565 y 1596, la cual se muestra en los
planos publicados por Angulo lñiguez,20 y está frente a un gran claro, rodeado
de arcos, con los edificios del Ayuntamiento y los portales.
Hernán Cortés repartió solares y Alonso
García Bravo trazó calles a cordel. Cortés se adjudicó los dos mejores sitios:
los palacios de Moctezuma. El primero, pasó a manos de la Audiencia, pues a la
corte llegaron rumores sobre su enorme superficie y magnificencia; el otro, se
reconstruyó lentamente y en 1563 lo adquirió la corona. Se
aprovecharon los muros y los materiales de los edificios prehispánicos, es
decir, de los palacios del Emperador Azteca y se reedificaron encima las casas
de Cortés. Toussaint, señala: "la subsistencia de ambos palacios es importante
para el nuevo trazado de las calles de la nueva
ciudad".
No sólo fue importante -agrega- sino decisivo: eran
los más importantes edificios del islote, pues los adoratorios
estaban arruinados. En suma: Cortés y García
Bravo trazaron la ciudad a partir de estos dos lotes.
20a.
Por otra parte García Bravo trazó unas cuantas calles,
las cuales - supongo- no fueron mas de diez, si
atendemos al hecho de que en casi dos mil documentos del protocolo, del primer
notario de la capital, no semencionan
más
de ese número.21
García Bravo no era astrónomo ni sabía
latín; Mendoza, quien conocía la obra de Apiano y su instrumento para medir
longitudes, fue corresponsal del cosmógrafo del emperador y lector de Alberti.
Las consideraciones de Mendoza fueron más allá de las que tuvieron tanto los antiguos
mexicanos, el conquistador Cortés y García Bravo: los
propósitos de Mendoza fueron de carácter político,
urbanístico, utópico y científico. La ciudad resultó motivo
de orgullo para Mendoza; pues la agónica y peligrosa,
irregular y pestilente ciudad de los años de 1537-38,
a la pacífica y renacentista de 1554, hay una
gran
diferencia.22 En 1544, al hacer su defensa ante el emperador sobre los cargos
del visitador Tello de Sandoval, el Virrey afirma: ''esta ciudad y las demás
que están de bajo de mi gobernación podrá saber V. M. que así en edificios como
en número de vecinos están más de tres tanto acrescentado de lo que era cuando
yo vine a esta tierra". 23
Notas:
9. - Toussaim,
Manuel. "El Criterio Artístico de
Hernán Cortés" en Revisla
de EsiUd!os Americanos, T. l. Núm.
l. pp. 59-96.
10. - Toussaint, Manuel.
Información de Méritos y Servicios
de Alonso García Bravo, Alarife que trazó la Ciudad de México. UNAM.
México. 1956.
11.-Toussaint,
op. cit. pp. 10-11 .
12.-Reflexiones.
op. cit. p. 21.
13.-Colección
de Documentos de Indias. op.
cit. cap. XIV de las Instrucciones de Barcelona. 15 de Abril de 1535. Kubler señala: "La Ciudad de México era única entre las ciudades del
siglo XVI de todo el mundo por ser una metrópoli
no fortificada, ciñéndose así a un modelo urbano que tenía gran afinidad con la ciudad
ideal de la teoría italiana de la arquitectura".
Arquitectura Mexicana ... op. cit.
p. 81.
14.-Acta
de Cabildo de 11 de abril de 1538. Se puede consultar en la edición
de 1889, o en la guía publicada por el D.D.F. y el F.C.E.
en 1970. La guía fue preparada por Edmundo O'Gorrnan y un
grupo de historiadores. 15 .-Planos de la Ciudad de México. Siglos
xv1 y xvn. Estudio Histórico, urbanístico y bibliográfico. Por Manuel
Toussaint, Federico Gómez de Orozco y Justino Fernández. México. 1938. p. 145.
16.-Planos. op. cit. p. 145, cita el estudio
de Latorre sobre Alonso de Santa Cruz, publicado en el Boletín
de Estudios Americanista, Sevilla. Junio de 1913, el cual no logramos localizar.
17.-Códice
Mendieta, op. cit. p. 255.
18•.--Seguramente, ni
Alberti ni el virrey Mendoza tuvieron
conocimientos de urbanismo tan precisos
como los del urbanismo contemporáneo:
19.-Francisco
Quintero, vecino de la ciudad de Temuxtitán, México,
realizó una permuta con Francisco Rodríguez, vecino
de Zacatula, que consistía en cambiar
a unos indios que Quintero tenía arrendados por
dos años, con Antonio de la Cadena, en la provincia de Michoacán, por la mitad
del pueblo de Patatán y Xalcutitán, en la provincia de Zacatula. El motivo
de la permuta -y de acuerdo con el Virrey Mendoza- era que
Quintero deseaba mudarse a esos pueblos
ya que se hallaba enfermo " de causa de ser esta dicha ciudad fría e de calidad e templanza
que en ella no tiene salud e de cada día
espera morir" . (Not.a!c. de Martín
de Castro, a 13 de julio de 1537. Fol. 486
a 490 Vta. Archivo General de Notarías. México). A mediados de julio
de 1537, además del "
hedor" señalado por Gómara, la mala orientación de
la ciudad permitía que fuese fría y, por
estar rodeada de agua, húmeda. Ese tipo de malestares entre los
vecinos, fueron un motivo más para que el Virrey decidiera
una nueva disposición de la ciudad con
el fin de lograr que fuese más asoleada -y
con ello sus casas recibieran luz y calor- y más
ventilada para evitar el mal olor
y la humedad que provenían del largo y las
acequias. todas y solamente se mencionan diez calles: del Agua, que corresponde a
la de Acequia, y corría desde un extremo a otro de la
isla, pasando frente al Ayuntamiento; de Los Ballesteros, hoy Cuba y Allende,
rumbo a Tlaltelolco; de Los Bergantines, hoy Guatemala; de la Carrera
de los Caballos, luego San José el Real y hoy Isabel la Católica; de La Celada, hoy
Venustiano Carranza; Donceles, hoy Donceles, luego de
llamarse de Chavarria, Monte Alegre, Cordobanes, Canos y Puerta
Falsa de San
Andrés;
de Diego de Orgaz, supongo que esta calle se llamó así
debido a la residencia en ella de este conquistador, quien fue Alcalde Mayor de
la Ciudad (2 de noviembre de 1525) y recibió
sus solares -como aparece en las actas de cabildo,
sin especificación alguna el 28 de noviembre de 1525 y otro
el 17 de agosto de 1526, ignoro a qué calle correspondería; Ixtapalapan,
luego Flamencos, Porta Coeli, del Hospital de Jesús, Rastro y San
Antonio Abad, al sur, y al norte Seminario y Reloj,
hoy Pino Suárez, Palacio Nacional y Seminario; San Fran Francisco, hoy Madero
y Tacuba cuyo nombre nunca fue cambiado. Hacia 1550,
había más calles: de Las Ataranzanas,
ya existente desde 1524, que sería o la 2a. de
Guatemala o Argentina; de las Doncellas, hoy Bolívar; de la Guardia,
Callejuela interior de las casas viejas de Cortés ocupadas
por la Audiencia y el Virrey;
Callé Nueva, luego de San Agustín, hoy Uruguay; del Doctor Puga,
hoy Jesús María; de San Agustín, hoy Isabel la Católica, y a fines del
siglo XVI, había ya muchísimas más: de la Compañia, de la Inquisición, San Antón,
San Juan, San Sebastián, de Sancho López de Aburto, de Santa Ana, Sta Catalina,
Santo Domingo, del Alférez, etc., es probable que muchas de estas
calles existiesen desde 1550 -o antes- pero no aparecen mencionadas en los
protocolos referidos. Las diez calles mencionadas arriba, o. ya
existían en la ciudad prehispáníca - Tacuba, Ixtapalapa, Acequia- o se trazaron
alrededor de los dos grandes edificios de
Moctezuma que Cortés se adjudicó en 1524, como la
de San Francisco y la de La Carrera de los Caballos. Véase:
Indice y extracto de los protocolos del Archivo de Notarías de México, por Agustín
Millares Cario. El Colegio de México. México. 1945. Vol. l.
20.-Angulo,
Diego. Planos de Monumentos Arquitectónicos de América y Filipinas. Sevilla
1939. pp. 16-25 y Lams. 2a-2h.
20a.-Sin
embargo, la obra llevada a cabo en la
capital por el Virrey Mendoza fue mucho más amplia que la de García
Bravo, quien aprovechó parcialmente la traza indígena. Woodrow Borah
explica: "El único punto que requiere de una discusión más profunda es la
relación entre Tenochtitlan y la ciudad de México. Como
ya se ha mencionado, la capital azteca poseía una majestuosa plaza central, en la que desembocaban
largas avenidas rectas; había elementos rectangulares y regulares
en el trazado de Tenochtitlan debido a las avenidas (que
no formaban una cuadrícula perfecta) y al sistema
de canales. Los Chinampas de la periferia de la capital también tendían
a la forma rectangular. Sin embargo,
no hay evidencia de que las calles o las vías dentro
de la red de avenidas y canales fueran rectas o siguieran
algún plano regular. Al construir la ciudad de México, los
españoles conservaron las avenidas y los
canales, así como la gran plaza central, pero cortaron las calles rectas
dentro de este esquema. Los
indígenas, obligados a vivir en los suburbios, construyeron sus viviendas de
modo irregular y sin calles regulares.
Es
por ello que Tenochtitlan no pudo ser utilizado
como prototipo para aplicar a la ordenación de las
calles en damero." Esto no
excluye pensar en el arreglo urbano del Virrey Mendoza -como
se ha explicado- sino por lo contrario, ayuda a una
mejor
comprensión
del problema pues resulta evidente que el trazado
reticular de la capital novohispana se debió al intento
de Mendoza de ajustar a la ciudad indígena con la idea urbanística de la corona
y la suya propia de acuerdo a su mentalidad
renacentista. Véase: Borah, Woodrow. "La influencia
cultural europea en la formación del primer plano para centros
urbanos que perdura hasta nuestros dlas" en boletín del
C. l. H. E. de la Facultad de Arquitectura y urbanismo. Caracas,
Febrero de 1973, Núm. 15, 68.
21.-Recordemos
como el conquistador veía en la ciudad de MéxicoTenochtitlan
la posibilidad de una realización propia,
p0r eso le escribió orgulloso al emperador,
lo siguiente: "puede creer V. S. M. que
hoy en cinco años será la muy noble y populoso ciudad que haya en lo
poblado del mundo". Citadó por Linné en '"El
Valle y la Ciudad de México" en 1550. op. cit.
p. 54.
21.- Del
escribano Juan Fernández del Castillo, hemos consultado sus
protocolos, los cuales comienzan el 9 de agosto de 1525 y terminan en diciembre
de 1528. En total son 1792 actas notariales; hemos revisado todas y solamente
se mencionan diez calles: del Agua, que corresponde a la de Acequia, y corría
desde un extremo a otro de la isla, pasando
frente al Ayuntamiento; de Los Ballesteros, hoy Cuba y Allende,
rumbo a Tlaltelolco; de Los Bergantines, hoy Guatemala; de la Carrera
de los Caballos, luego San José el Real y hoy Isabel la Católica; de La Celada,
hoy Venustiano Carranza; Donceles, hoy Donceles, luego de
llamarse
de
Chavarria, Monte Alegre, Cordobanes, Canos y Puerta
Falsa de San Andrés; de Diego de Orgaz, supongo que esta calle se llamó
así debido a la residencia en ella de este conquistador, quien
fue Alcalde Mayor de la Ciudad (2 de noviembre de 1525) y recibió
sus solares -como aparece en las actas de cabildo,
sin especificación alguna el 28 de noviembre de 1525 y otro
el 17 de agosto de 1526, ignoro a qué calle correspondería; Ixtapalapan,
luego Flamencos, Porta Coeli, del Hospital de Jesús, Rastro y San
Antonio Abad, al sur, y al norte Seminario y Reloj,
hoy Pino Suárez, Palacio Nacional y Seminario; San Fran Francisco, hoy Madero
y Tacuba cuyo nombre nunca fue cambiado. Hacia 1550,
había más calles: de Las Ataranzanas,
ya existente desde
1524,
que sería o la 2a. de
Guatemala o Argentina; de las Doncellas, hoy Bolívar; de la Guardia,
Callejuela interior de las casas viejas de Cortés ocupadas
por la Audiencia y el Virrey;
Callé Nueva, luego de San Agustín, hoy Uruguay; del Doctor Puga,
hoy Jesús María; de San Agustín, hoy Isabel la Católica, y a fines del siglo
XVI, había ya muchísimas más: de la Compañia, de la Inquisición, San Antón,
San Juan, San Sebastián, de Sancho López de Aburto, de Santa Ana, Sta. Catalina,
Santo Domingo, del Alférez, etc., es probable que muchas de estas calles
existiesen desde 1550 -o antes- pero no aparecen mencionadas en los protocolos
referidos. Las diez calles mencionadas arriba, o. ya
existían en la ciudad prehispáníca -Tacuba, Ixtapalapa, Acequia- o se trazaron
alrededor de los dos grandes
edificios de Moctezuma que Cortés se adjudicó en 1524, como la de
San Francisco y la de La Carrera de los Caballos. Véase:
Indice y extracto de los protocolos del Archivo de Notarías de México,
por Agustín Millares Cario. El
Colegio de México. México. 1945. Vol. l.
22.
- Que Mendoza tuvo el instrumento para medir longitudes
y sabía la posición astronómica de la ciudad de Mexico
no me cabe la menor duda. En 1541le escribe a
Gonzalo Fernández de Oviedo a la isla de
Santo Domingo y le dice: " ... después que yo estoy en estas
partes he verificado la longitud que hay hasta Toledo, e son
ocho horas é dos minutos e treinta
segundos" . Véase: Oviedo, Gonzalo Fernández de. Historia General y Natural
de las Indias. Madrid. 1851, libro XXXIII, Cap.
LII, Tomo III, p. 540. Previamente -y en confirmación de lo
arriba señalado- la Reina le envió
a Mendoza la siguiente cédula, en
el mes de abril de 1538, relativa a su petición de que se envíe
a México un Regidor encargado de las obras públicas de la ciudad:
"La Reina. Don Antonio de Mendoza, nuestro
Visorrey y Gobernador de la Nueva España
y Presidente de la nuestra Audiencia y Chancillería real
que en ella reside: Bartolomé de Zárate, vecino y regidor de esa
ciudad me ha hecho relación que para las obras públicas que la dicha
ciudad tiene, hay necesidad de un obrero que
entienda en ellas y las visite y se halle presente a hacer
las mezclas, porque los indios tienen cal, y no habiendo el dicho obrero
todas las obras públicas irían falsas; y me suplicó
mandase proveer del dicho oficio de obrero a quien fuese servido. Y
porque la dicha ciudad no tenia propios para poder dar salario, le mandásemos dar al
tal obrero un buen corregimiento de los que
están en la laguna cerca de la dicha ciudad,
o como la mi merced fuese. Lo cual, visto
por los del nuestro Consejo de las Indias, fue acordado que debla mandar dar
esta nuestra cédula para vos, y yo túvelo
por bien, porque vos mando que veáis lo susodicho y proveáis cómo uno de los Regidores de esa ciudad
entienda cada un año en las obras públicas de ella.
Fecha en Valladolid, a veinte de
abril de mil y quinientos y treinta y ocho
años. Yo la Reina. Por mandato de su Majestad. Juan de Sámano. Señalada del Consejo". Por
lo visto, el Regidor nunca llegó - a
menos que fuese Alcaráz- y Mendoza tuvo que realizar esas
obras como lo demuestran los hechos en los años subsecuentes.
Véase: González de Cosío, Francisco. Historia de
las Obras Públicas en Mexico. México.
1971. Vol. l. p. 157.
y Natural
de las Indias. Madrid. 1851, libro XXXIII, Cap.
LII,
23.-Esta
carta aparece en Las Instrucciones ...
op. cit. p. 240.
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