De
la Rebeldía Metafísica: los Modernos Panteístas del Positivismo
Por
Alberto Espinosa Orozco
Mucho antes que Bertrand Russell inventara
la refutación ante el Padre Frederich Coplestone del argumento de Dios como
causa eficiente de sí mismo o primera causa, ya había David Hume construido
idéntica refutación rebelde: si aceptamos el argumento de causalidad (todo
efecto tiene su causa), entonces Dios, el primero de los efectos, también
habría de tener su causa, llegando a esa cadena de causas-efectos infinitas
-que pretende evitarse. Si pretendemos darle solución al problema afirmando que Dios es causa
de si mismo, entonces eso significa que hacemos una excepción en el principio
de causalidad; siendo así, se puede afirmar que el universo es causa de sí mismo,
eliminando a Dios de la ecuación. Si algo puede ser causa de sí mismo, entonces
afirmar que el universo lo es simplifica las cosas, rechazando la adición de
Dios, que resulta un factor innecesario.
Tal argumento, sin embargo, tiende a borrar
también la causalidad final, llevándosela de corbata o barriéndola entre sus
patas -quedando el universo si como causa eficiente de sí mismo (teorías del
big bang y aledañas), pero sin diseño para finalidad alguna, sin causalidad
final formadora o sin idea teológica, lo que lleva a concebirlo moviéndose en la
anarquía, autárquicamente o sin fin determinado... arrastrando a todo lo demás
por consecuencia, pues con el universo va el hombre mismo, que igual detiene la
cadena de la causalidad eficiente no ya en el universo, cuyas cadenas causales se
le escapan, sino en sí mismo. Su
resultado: es el hombre universo = el hombre fragmentado, atomizado, egoísta infinitamente,
soberbio, que por orgullo queda segregado de la comunidad; es decir, es el
hombre moderno-contemporáneo... caído en su soledad, incomunicable, o en su...
en su... si... en su nada, que es el fondo desfondado de sí mismo (bailando en el
vacío de su propio undgraund). Raíces del nihilismo contemporáneo, que desdeñan
la eternidad de Dios, el ser causa eficiente de sí mismo, para luego lanzarse a
vivir con ligereza en una esfera que flora solitaria, para luego, ya en plena
rebeldía metafísica, intentar tomar el lugar de Dios… quien sin embargo, sin
reparar en la cerilla de las orejas sordas, dice a los suyos, por boca de.Isaías 43.10:
"El Señor afirma:
"Ustedes son mis testigos,
mis siervos, que yo elegí
para que me conozcan y confíen en mí
y entiendan quién soy.
Antes de mí no ha existido ningún dios,
ni habrá ninguno después de mí.
Yo, que soy el que soy,soy el Señor
y fuera de mi no hay salvador que exista."”
para que me conozcan y confíen en mí
y entiendan quién soy.
Antes de mí no ha existido ningún dios,
ni habrá ninguno después de mí.
Yo, que soy el que soy,soy el Señor
y fuera de mi no hay salvador que exista."”
Y más adelante, por puño del mismo Isaías 44.6 a 24:
"Así habla el Señor, el rey de Israel,
libertador suyo,
el Señor de los ejércitos (Yahvé Sebaot).
"Yo soy el primero y yo soy el último,
y ademas de mí no hay ningún dios.
¿Quien como yo? ¡Que lo diga!
Que hable y argumente ante mí.
...
¿Acaso hay otro Dios fuera de mí?
No hay ninguna otra Fuente,
no conozco ninguna otra Roca.""
...
Yo, Yahvé, lo he hecho todo,
yo, solo, extendí los cielos,
yo asenté la tierra, sin ayuda alguna.
Yo frustro las señales de los magos
y hago que deliren los adivinos:
hago retroceder a los sabios
y convierto su ciencia en necedad."
Y más adelante, en el mismo Isaías 45.6:
"... para que sepan de levante a poniente
que todo es nada fuera de mí.
Yo soy Yahvé, no hay ningún otro.
Yo modelo la luz y creo la tiniebla,
yo hago la dicha y creo la desgracia,
yo soy Yahvé, el que hago todo esto."
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