EL Libro Jubilado
Por Juan Emigdio Pérez
Antes de hablar de mi libro jubilado, quisiera hacer algunas
referencias relacionadas con el artefacto llamado libro, el cual como lo
conocemos es un conjunto de hojas de papel o material semejante que al
presentarse encuadernado, o sea, que el conjunto de hojas esté cocido, pegado,
engrapado o engargolado, forme un volumen con cierta presentación artística que
permita ser consultado con facilidad. La palabra libro viene del latín Liber o Libri, que significa la corteza
interior del tronco de un árbol, de donde se extrae la pulpa para confeccionar
el papel. Se tiene al chino Cai Lun, eunuco y consejero del Emperador He de la dinastía Han, ser el inventor del papel en el año 105 a. de C. Para que una
publicación se considere libro, según la
UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura) fundada en 1945 con sede en Paris, Francia, debe tener un mínimo de 50
páginas. Si es de menor volumen se considera un folleto o plaquette que se
utiliza para difundir obras literarias de poco volumen. La invención de la
imprenta por el alemán Johannes Gutenberg, el 3 de febrero de 1440, permitió
que se dejara el laborioso y lento copiado en forma manuscrita y se trabajara
en la difusión masiva de textos en forma de libros.
Si hablamos de libros se puede
establecer una cronología del libro antiguo dividida en siglos si se toman como
base ciertas características comunes que los distinguen. Así se pueden
clasificar en libros Incunables los del siglo XV; Renacentistas siglo XVI;
Barraco siglo XVII; Neoclásico siglo XVIII y el Ilustrado siglo XIX. Actualmente
en el siglo XXI, existen libros digitales o electrónicos (e-books), que contienen
archivos para ser leídos en una computadora o en algún dispositivo electrónico.
También existen los audiolibros que están destinados para las personas
invidentes o en escritura braille para lectura táctil. A finales de 1971
comenzó a desarrollarse lo que hoy conocemos como libro digital. En 1981 salió a
la venta el primer libro en inglés Random
House`s Electronic Dictionary, pero fue en marzo de 2001 cuando el libro
digital experimentó su máxima expansión con la venta de la novela Riding
The Bullet de Stephan King, pues en apenas 48 horas vendió 400,000 copias
al precio de dos dólares y medio por copia. El libro digital tuvo una gran
demanda en los tres primeros lustros del siglo XXI, sin embargo, el costo de
adquisición y el costo de los equipos electrónicos lo hacen oneroso, además de
los problemas que causa a la vista por el uso continuo de la luz en la
pantalla. En el presente año 2017, las editoriales han visto bajar la venta del
libro electrónico y subir las ventas del libro tradicional en papel, que
nuevamente vuelve a tener la aceptación de los lectores. Las tecnologías siguen
avanzando para bien de la escritura y así se han logrado grandes adelantos
desde el uso de la arcilla, el papiro, los códices precolombinos, los libros impresos
y ahora los libros electrónicos.
La escritura cuneiforme es considerada
como una de las formas más antiguas de la expresión escrita. Se realizaba sobre
tablillas de arcilla húmeda y fue considerada como jeroglíficos hasta que ha
ciertas expresiones se les atribuyó un valor fonético y así la historia
comienza a tomar forma con la expresión plasmada en escritura fonética. Fueron
los fenicios, pueblo dedicado al comercio, que se autonombraban los cananeos y
sus tierras originales se ubicaban en el actual Líbano, quienes hacia el año
1000 inventaron el primer alfabeto que a través de griegos y romanos llegó con
sus variaciones a reflejarse en nuestro alfabeto. Acerca de las reflexiones
sobre la importancia del libro, Sergio Haro Alcaraz, comenta que lo considera
el invento más importante de la humanidad, colocándolo incluso por encima del
descubrimiento de la rueda, pues no obstante que la rueda facilitó la
transportación de objetos, transformando la vida de las personas, su alcance es
físico y por lo tanto efímero, pues se trata de un invento utilitario. En
cambio el libro sirve para transportar ideas y es capaz de llevar el
pensamiento de una persona o de muchas personas a través del tiempo y del
espacio, sirviendo como eslabón de generaciones, que les permite conocer las
ideas de un creador en forma directa o en traducciones que estarán disponibles
aún después de su muerte.
Es tan abundante la publicación de
libros, que en 1966 fue creado por las
librerías y papelerías en el Reino Unido el identificador para los libros de
uso comercial conocido como ISBN (Número Estándar Internacional de libros)
cuyas finalidades son: Identificar cada libro como si fuera su cédula de
identidad. El registro incluye entre otros datos: título, edición, tiraje,
extensión, materia, país, y lengua. Sistematizar la producción editorial de
cada país para hacer posible el uso de estadísticas, sin embargo, la cantidad
de títulos publicados al año no es un indicador de fortaleza editorial, ni del
nivel de lectura de un país, lo asienta Guillermo Schavelzon en su blog.
Se puede observar según datos de las
Cámaras de la Industria Editorial, el tiraje de 100,000 títulos en promedio por
título en España se aproxima a 1,700 ejemplares, en cambio en los Estados
Unidos es de 9,800. Lo que refleja que en España representa un total de 170
millones de libros al año. En Estados Unidos los 100,000 títulos representa 980
millones de libros al año, por lo que el total de libros puestos es circulación
en Estados Unidos es siete veces mayor que en España. En México con 121 millones
de habitantes se venden libros por 400 millones de dólares al año, equivalen a $3.30 dólares por
habitante. En Colombia con 48 millones de habitantes se venden libros por 140
millones de dólares que representa $2.91 dólar por habitante. En Argentina con
43 millones de habitantes se venden libros por 300 millones de dólares,
equivalente a $6.97 dólar por habitante. La clasificación de libros se puede
hacer por su temática y encontramos libros de Historia, medicina, militares,
filosóficos, de Derecho, Computación, astronomía, religión, geología, biología
oceanografía y química entre otros. El Marqués de Villena, creo en 1713 la
corporación que tenía como tarea prioritaria la elaboración de un Diccionario
de la lengua Castellana, recomendando que fuera
“el más copioso que pudiera hacer”, objetivo que se logró en 1726, año
de publicación del primero de los seis tomos del Diccionario de Autoridades, propósito que se mantiene de manera
continua hasta la fecha. Del Diccionario de la lengua española, se
han publicado veintitrés ediciones desde 1780.
Tengo a la vista mi primer Diccionario Moderno, Cuarta edición
corregida y aumentada, publicado bajo la dirección de Eduardo Cárdenas, Miembro
Corr., Academia Colombiana de la Lengua ex-Director de Selecciones del Reader`s Digest, correspondiente a la Cuarta Edición,
2ª. Impresión de 1963. Lo adquirí en la librería de Fernando H. Bracho, ubicada
en calle Patoni 226 Nte. Tel. 30-51, en Durango, Dgo., (datos tomados del sello
identificador). En la primera hoja anoté: <Este diccionario lo dejé de usar
el 31 de Agosto de 1995. Le di su merecida jubilación después de 32 años de
servirme>. La portada y los bordes de las primeras veinte hojas, así como
las diez últimas están desgastadas por el uso.
Sus márgenes tienen el color sepia de la vejez y su lomo está totalmente
desgastado y apenas se distingue “iccionari” y la mitad de la letra “M”. Su
tamaño es de 16 por 10.5 por 3.5 cms. Lo integran 588 páginas. Lo sustituí por
un Diccionario Grijalbo. Gran
Diccionario Enciclopédico Ilustrado, de 1,820 páginas –que está en proceso de
jubilación por la llegada del Google- abre con Prefacio de Jorge Luis Borges,
que inicia: “Hay quienes no pueden
imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin
agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros. A
lo largo de la historia el hombre ha soñado y forjado un sinfín de
instrumentos. Ha creado la llave, una barrita de metal que permite que alguien
penetre en un vasto palacio. Ha creado la espada y el arado, prolongaciones del
brazo del hombre que lo usa. Ha creado el telescopio, que le ha permitido
indagar el alto firmamento. Ha creado el libro, que es una extensión secular de
su imaginación y de su memoria.”
Un libro te puede poner triste; hacer
llorar, reír, pensar, reflexionar. Te puede servir de guía, algo habrá dejado
en ti cuando termines de leerlo. No es difícil
convertirse en lector, inténtalo, requieres de pocos minutos al día. Es
necesario dosificar el uso de la tele y tu participación en las redes sociales,
que requieren tiempo, sin caer en la adicción de estar “enganchados al chisme”
y por último, contar con una actitud
propositiva. La lectura es un ejercicio mental necesario para mantener activo
el cerebro. Busca las lecturas que te interesan y ponte a leer, porque después
vas a ser adicto a la bondad de la
lectura. Inténtalo.
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