viernes, 5 de agosto de 2016

El Presidente Olvidado de la Revolución: Roque González Garza Por Alberto Espinosa Orozco

El Presidente Olvidado de la Revolución: 
Roque González Garza
Por Alberto Espinosa Orozco




En el Palacio de Zambrano de Durango existe un fabuloso mural, llamado en su conjunto Historia del Proceso Revolucionario, debido a las martas del gran pintor realista y costumbrista mexicano Manuel Guillermo de Lourdes (1898-1971), quien se formo en la Escuela Española de pintura
Pocos saben quién es el personaje que se encuentra debajo de Benjamín Argumedo, de barba, luciendo unas antiparras y de reluciente levita, no es otro que Roque Victoriano González Garza (1885-1962), nacido en Saltillo, Coahuila, quien aliado al maderismo llegó a ser presidente de la república.     
Don Roque González Garza estudió en el Ateneo Fuente, de la ciudad de Saltillo, donde luego trabajó como oficinista. Se radicó en Nuevo León, para luego estudiar una carrera comercial en la ciudad de México. Fue estrecho colaborador de Francisco I. Madero González, a quien se adhirió en 1908, junto con su hermano Federico. Lo acompaño en su recorrido por la República y fueron aprendidos en Monterrey en 1910, con los cargos de ultrajes a la autoridad e intento de rebeldía, por lo que fueron conducidos a prisión a San Luis Potosí. Puestos en libertad huyeron a San Antonio, Texas, donde los esperaba Abraham González, quien los presentó con Francisco Villa. Salvó la vida de Madero cuando éste fue herido en el antebrazo en la batalla de Casas Grandes. En 1911 fue nombrado Jefe del Estado en las fuerzas de Pascual Orozco, combatiendo en la toma de Ciudad Juárez con los jefes maderistas Abraham González y Guseppe Garibaldi, luchando contra las fuerzas del general Navarro, siendo acompañado por Venustiano Carranza, mismo que lo ascendido a coronel para 1913.


Estando de acuerdo con el Plan de San Luis se hizo gran amigo de Francisco Villa, participando con brillantez en la Batalla de Ciudad Juárez.Fue diputado en la primera Cámara de Diputados maderista. Durante el gobierno de Madero, González estuvo a su lado, hasta el cuartelazo del 9 de febrero de 1913. Luego de la Decena Trágica, rompió con Jesús Carranza y se unió a la División del Norte, convirtiéndose en el hombre de confianza de Pancho Villa. Pasadas las batallas de San Pablo, Paredón y Zacatecas fue nombrado Presidente del Consejo de Guerra de la División del Norte, actuando junto con su hermano Federico como asesores jurídicos de Villa para presentar los acuerdos con Venustiano Carranza, quien no los aceptó.





Roque González Garza,Raul Madero,Francisco Villa,Pascual Orozco,
Jose de la Luz Blanco y Juan Dozal

Representó a Francisco Villa en la Convención de Aguascalientes, junto con Eugenio Aguirre Benavidez (1884-1915), en donde fue nombrando presidente interino de la república el 16 de enero de 1915, en sustitución de Eulalio Gutiérrez Ortiz.
En efecto, Eulalio Gutiérrez, presidente provisional del gobierno convencionista, toma los fondos de la Tesorería de la Nación y huye hacia el Norte, con algunos miles de hombres armados sin parque. El hecho ocurre ante la presión de los constitucionalistas. Antes de partir manda fijar en las calles de la ciudad de México un manifiesto, firmado por Vasconcelos,  Lucio Blanco y Vito Alessio Robles,  fechado tres días antes, en el que explica sus razones para abandonar la capital por la insubordinación y desmanes de Villa y Zapata, a quienes “cesa” en sus funciones; expresa también su posición para lograr el retiro de Carranza, Intenta atraer a Obregón y a Carranza, quienes lo rechazan. Gutiérrez trata de establecer su gobierno en San Luís Potosí. Los convencionista se dividen, quedándose unos con González Garza en la ciudad de México.







En cuanto González Garza, presidente de la Mesa directiva de la Convención Nacional Revolucionaria de Aguascalientes, se entera, asume el mando. Por la tarde, los delegados convencionistas acuerdan que la Convención reasuma el Poder Ejecutivo, que había depositado en el presidente provisional que ha huido y nombran a González Garza a quien otorgan facultades extraordinarias en los ramos de Gobernación, Guerra y Hacienda, a la vez que conminan a Gutiérrez para que en tres días reintegre los fondos que ha tomado. Además, confirman a Villa su nombramiento y le invitan a acudir a la capital del país.
La primera acción que toma González Garza es decretar Ley Marcial y ordenar la movilización de los 4 mil hombres de la División del Norte que están acantonados en la Hacienda del Ahuehuete para que ayuden al restablecimiento del orden en la capital.
Roque González tiene que renunciar como presidente a consecuencia de las críticas zapatistas lanzadas por Manuel Palafox, pero sobre todo a la presión ejercida por el general Pablo González, que entraba a la ciudad de México con 12 mil hombres, dejando en su lugar a Francisco Lagos Cházaro, el 10 de junio de 1915, a menos seis meses de haber tomado el poder. Se replegó hacia Pachuca con las fuerzas de Pancho Villa, junto a Rodolfo Fierro y Canuto Reyes. 






Exiliado en los Estados Unidos, casó con María de la Concepción Garay, a los 33 años de edad, el 14 de septiembre de 1918. Luego de la muerte de Venustiano Carranza regresó al país, recibiendo el título de General de División. Fue diputado en la XXX legislatura y durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) aceptó algunos cargos gubernamentales. Con Adolfo López Mateos, en 1962, condujo obras en Meztitlán, Hidalgo. Escribió el libro de memorias La Batalla de Torreón.
Roque González, quien se autodefinió como un revolucionario de ideas, que defendía con la palabra, la pluma o las armas, murió en la ciudad de México en 12 de noviembre de 1962 a los 77 años de edad.















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