El Presidente Olvidado
de la Revolución:
Roque González Garza
Roque González Garza
Por Alberto Espinosa
Orozco
En el Palacio de
Zambrano de Durango existe un fabuloso mural, llamado en su conjunto Historia
del Proceso Revolucionario, debido a las martas del gran pintor
realista y costumbrista mexicano Manuel Guillermo de Lourdes (1898-1971), quien
se formo en la Escuela Española de pintura.
Pocos saben quién es el
personaje que se encuentra debajo de Benjamín Argumedo, de barba, luciendo unas
antiparras y de reluciente levita, no es
otro que Roque Victoriano González Garza (1885-1962), nacido en Saltillo,
Coahuila, quien aliado al maderismo llegó a ser presidente de la república.
Don Roque González
Garza estudió en el Ateneo Fuente, de la ciudad de Saltillo, donde luego
trabajó como oficinista. Se radicó en Nuevo León, para luego estudiar una
carrera comercial en la ciudad de México. Fue estrecho colaborador de
Francisco I. Madero González, a quien se adhirió en 1908, junto con su hermano Federico.
Lo acompaño en su recorrido por la República y fueron aprendidos en Monterrey
en 1910, con los cargos de ultrajes a la autoridad e intento de rebeldía, por
lo que fueron conducidos a prisión a San Luis Potosí. Puestos en libertad
huyeron a San Antonio, Texas, donde los esperaba Abraham González, quien los
presentó con Francisco Villa. Salvó la
vida de Madero cuando éste fue herido en el antebrazo en la batalla de Casas
Grandes. En 1911 fue nombrado Jefe del Estado en las fuerzas de Pascual
Orozco, combatiendo en la toma de Ciudad Juárez con los jefes maderistas
Abraham González y Guseppe Garibaldi, luchando contra las fuerzas del general Navarro,
siendo acompañado por Venustiano Carranza, mismo que lo ascendido a coronel para
1913.
Estando de acuerdo con
el Plan de San Luis se hizo gran amigo de Francisco Villa, participando con
brillantez en la Batalla de Ciudad Juárez.Fue diputado en la primera Cámara de Diputados maderista. Durante el gobierno de Madero, González estuvo a su
lado, hasta el cuartelazo del 9 de febrero de 1913. Luego de la Decena Trágica, rompió con Jesús Carranza y se
unió a la División del Norte, convirtiéndose en el hombre de confianza de
Pancho Villa. Pasadas las batallas de San Pablo, Paredón y Zacatecas fue nombrado
Presidente del Consejo de Guerra de la División del Norte, actuando junto con
su hermano Federico como asesores jurídicos de Villa para presentar los
acuerdos con Venustiano Carranza, quien no los aceptó.
Representó a Francisco
Villa en la Convención de Aguascalientes, junto con Eugenio Aguirre Benavidez
(1884-1915), en donde fue nombrando presidente interino de la república el 16
de enero de 1915, en sustitución de Eulalio Gutiérrez Ortiz.
En efecto, Eulalio Gutiérrez, presidente provisional
del gobierno convencionista, toma los fondos de la Tesorería de la Nación y
huye hacia el Norte, con algunos miles de hombres armados sin parque. El hecho
ocurre ante la presión de los constitucionalistas. Antes de partir manda fijar
en las calles de la ciudad de México un manifiesto, firmado por
Vasconcelos, Lucio Blanco y Vito Alessio
Robles, fechado tres días antes, en el
que explica sus razones para abandonar la capital por la insubordinación y
desmanes de Villa y Zapata, a quienes “cesa” en sus funciones; expresa también
su posición para lograr el retiro de Carranza, Intenta atraer a Obregón y a
Carranza, quienes lo rechazan. Gutiérrez trata de establecer su gobierno en San
Luís Potosí. Los convencionista se dividen, quedándose unos con González Garza en
la ciudad de México.
En cuanto González Garza, presidente de la Mesa
directiva de la Convención Nacional Revolucionaria de Aguascalientes, se
entera, asume el mando. Por la tarde, los delegados convencionistas acuerdan
que la Convención reasuma el Poder Ejecutivo, que había depositado en el
presidente provisional que ha huido y nombran a González Garza a quien otorgan
facultades extraordinarias en los ramos de Gobernación, Guerra y Hacienda, a la
vez que conminan a Gutiérrez para que en tres días reintegre los fondos que ha
tomado. Además, confirman a Villa su nombramiento y le invitan a acudir a la
capital del país.
La primera acción que toma González Garza es decretar
Ley Marcial y ordenar la movilización de los 4 mil hombres de la División del
Norte que están acantonados en la Hacienda del Ahuehuete para que ayuden al
restablecimiento del orden en la capital.
Roque González tiene
que renunciar como presidente a consecuencia de las críticas zapatistas lanzadas
por Manuel Palafox, pero sobre todo a la presión ejercida por el general Pablo
González, que entraba a la ciudad de México con 12 mil hombres, dejando en su
lugar a Francisco Lagos Cházaro, el 10 de junio de 1915, a menos seis meses de
haber tomado el poder. Se replegó hacia Pachuca con las fuerzas de Pancho
Villa, junto a Rodolfo Fierro y Canuto Reyes.
Exiliado en los Estados
Unidos, casó con María de la Concepción Garay, a los 33 años de edad, el 14 de
septiembre de 1918. Luego de la muerte de Venustiano Carranza regresó al país,
recibiendo el título de General de División. Fue diputado en la XXX legislatura
y durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) aceptó algunos cargos
gubernamentales. Con Adolfo López Mateos, en 1962, condujo obras en Meztitlán,
Hidalgo. Escribió el libro de memorias La
Batalla de Torreón.
Roque González, quien
se autodefinió como un revolucionario de ideas, que defendía con la palabra, la
pluma o las armas, murió en la ciudad de México en 12 de noviembre de 1962 a
los 77 años de edad.
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