domingo, 23 de abril de 2017

El Héroe de Nacozari Por Alberto Espinosa Orozco

El Héroe de Nacozari
Por Alberto Espinosa 
Orozco





I
   En el año de 1931 Ignacio Asúnsolo se asoció con el artista, también durangueño, Fermín Revueltas. Juntos se dieron a la tarea de realizar  para Hermosillo, Sonora, el proyecto para el monumento al Héroe de Nacozari. De hecho ambos artistas trabajarían en estrecha colaboración hasta el año de 1934 para el proyecto del Monumento a Álvaro Obregón, aproximadamente durante el periodo comprendido por la presidencia interina del general Abelardo L. Rodríguez (Guaymas, Sonora, 1899- La Jolla, California, 1964).  
   Se conoce como el Héroe de Nacozari a Jesús García Corona (1881-1907). Jesús García nació en la ciudad de Hermosillo, pero a la muerte de su padre marchó a la ciudad minera de Nacozari para buscar mejor fortuna, acompañado por su madre y sus siete hermanos.
   La ciudad de Nacozari, que en la lengua aborigen ópata significa “lugar rodeado de nopales”, fue fundada en 1660 por los mineros españoles, que le dieron el nombre de Nuestra Señora del Rosario de Nacozari. A mediados del Siglo XIX, en 1867, la ciudad esperimento un crecimiento en su población cuando las minas de cobre explotadas por la Cia. U.B. Teader, fueron vendidas a la Moctezuma Copper Company (subsidiaria de Dodge Phelps), debido a que contrataron a muchos ingenieros y trabajadores de Estados Unidos, quienes introdujeron adelantos metalúrgicos modernos, además de hospital, biblioteca y casas estilo americano.[1]
   El humilde ferrocarrilero Jesús García Corona (Hermosillo, 13 de noviembre de 1883-Nacosari, 7 de noviembre de 1907), un hombre apuesto, de 1.80 mts de altura, moreno de ojos claros y bigote rubio, había aprendido el oficio de mecánico junto a su padre, Francisco García Pino, quien murió en el camino antes de llegar con su familia a Nacozari. Entró a trabajar muy joven a la industria minera Moctezuma Cooper Company, controlada por el Ing. W.L. York, siendo el menor de sus siete hermanos que ya se habían instalado para trabajar en ella, mientras su madre Rosa Corona Viuda de García atendía un pequeño negocio personal de lonches y café para los trabajadores.




   Su primer puesto fue de aguador, a los 16 años de edad, en 1898, escalando a bombero y luego a controlador de frenos, obteniendo cuatro años más tarde, por su dedicación y notables dotes, el grado de Ingeniero Mecánico, lo que lo facultó como ayudante de maquinista. por ese tiempo fue premiado por el superintendente de la minera Sr. James S. Duglas y el gerente Sr. Elizalde con un viaje todo pagado a Missouuri, estados Unidos. 




   La tragedia se dio cita en Nacozari el 7 de noviembre de 1907, cuando el maquinista oficial de la compañía, el alemán Alberto Biel, enfermó y tuvo que ser remitido al hospital. Como a las tres de la tarde tocó su turno a Jesús García, de 25 años de edad, quien por aquel azar del destino tuvo que tomar el mando de la locomotora, la que se encontraba estacionada en el Patio de Abajo, junto al bodegón de la casa de Máquinas, cargada hasta el tope con más de mil cartuchos de dinamita, lo que la convertía a aquel centro en un imponente polvorín. 
   Un viento contrario se desató entonces, llevando las chispas desprendidas de la caldera del vapor, avivadas por el fuerte viento, hacia las góndolas del tren, cargadas con una serie de cajas que contenían cuatro toneladas de dinamita, que  pronto empezaron a arder. El fogonero y los garroteros se bajaron presurosos del tren. No así Jesús García, quien tomó la decisión de sacar el ferrocarril, corriendo con su Maquina # 501 a toda prisa por la pendiente, cuesta arriba, para que no volara la ciudad entra. Jesús García logró llevar el tren a un lugar abierto, siendo el último en saltar el garrotero José Romero, quien salvó su vida al esconderse detrás de una piedra. A la altura del kilómetro # 6, al llegar al patio de Arriba, lugar conocido como "El Seis", la locomotora y los carros cargados con 2 toneladas de TNT volaron en mil pedazos por el aire, cimbrando la ciudad de Nacozari con un estrépito horrendo que se oyó a más de 16 kilómetros de distancia, rompiendo la onda expansiva todos los vidrios de las ventanas que halló a su paso. Se escucharon tres explosiones sucesivas como a las 2:20 de la tarde, causando una gran destrucción, matando en el acto a Jesús García que iba al frete de la cabina de tren, junto con 13 personas más que deambulaban por los alrededores y dejando heridas a otras 18 más, varias de ellas mortalmente lesionadas. Efectivamente, en el acto también murieron 6 mujeres y dos muchachas que estaban en una casa de sección junto al camino, más 5 hombres que pasaban por los alrededores. También murió el hijo del carpintero de la industria, un muchacho de apenas 14 años de edad de nombre William Chilshom. El superintendente Sr. J.S Duglas rindió a las pocas horas un informe detallado de lo sucedido al gobernador del estado de Sonora, Sr. Luis E. Torres, mientras el cielo se encapotaba de nubes grises y llovía durante toda la noche en el pueblo de Nacozari, como si el cielo mismo se vistiera de luto y llanto.   
   El sacrifico del ferrocarrilero no fue, sin embargo, en vano. Su hazaña heroica había salvado al pueblo de una terrible destrucción, quedando su epopeya labrada en la mente de sus coterráneos, y su figura como un símbolo verdadero, por encarnar los ideales de humanidad, valor y gallardía propios al más hondo arquetipo ideal de ferrocarrilero del norte del país. Héroe blanco de Sonora, héroe civil de la humanidad, en cuyo honor el poblado cambió en 1909 de nombre a Navozari de García por decreto de la legislación de su estado, celebrándose en México el día de muerte, 7 de noviembre, el Día del Ferrocarrilero, a partir de 1944.     



  La epopeya del ferrocarrilero inspiró la lirica popular vernácula, siendo el héroe de un corrido que narra sus hazañas, el que ha sido cantado a la largo de los años por variopintos intérpretes, desde el Charro Avitia hasta Pepe Aguilar, pasando por Los Camineros, Los Alegres de Terán, Las Voces del Rancho, Los Llaneros de Guamuchil, Los Rieleros del Norte, Montañeses del Álamo, Eduardo "El Gallo" Elizalde y Lorenzo de Montecarlo.







Maquina # 501

Maquina # 501
la que corría por Sonora
por eso los garroteros el que no suspira llora
era un domingo señores
como a las tres de la tarde
estaba Jesús García acariciando a su madre
dentro de pocos momentos
madre tengo que partir
del tren se escucha el silbato
se acerca mi porvenir.

Cuando llegó a la estación
un tren ya estaba silbando
y un carro de dinamita
ya se le estaba quemando.

El fogonero le dice
Jesús vámonos apeando
mira que el carro de atrás
ya se nos viene quemando
Jesús García le contesta
yo pienso muy diferente
yo no quiero ser la causa
de que muera tanta gente.

Le dio vuelta a su vapor
porque era de cuesta arriba
y antes de llegar al seis
ahí terminó su vida.

Desde ese día inolvidable
tú te has ganado la cruz
tú te has ganado las palmas
eres un héroe Jesús.



Fotografía de Alberto Bbiel (1904): Jesús García Corona, José Romo, Hipólito Soto, Francisco Rendón y Agustín Bruló


1] Nacozari se encuentra a 150 km de Hermosillo y a 123 km de Agua Prieta, enclavada en el extremo norte de la Sierra Madre Occidental, a 1, 100 metros de altura. En 1900 tenía apenas mil habitantes, contando en 1912 con dos mil y en la actualidad con una población de más de 10 mil almas. En 1912 fue nombrada Cabecera Municipal, con el nombre de Nacozari de García, en honor del héroe ferroviario. En 1904, debido a la necesidad de llevar el preciado metal a los Estados Unidos, se introdujo el ferrocarril, conectando Nacozari primero con Agua Prieta y luego con Duglas, Arizona –pues hasta esa fecha las vías del tren jalaban los vagones que eran arrastrados por mulas.  En 1948, cuando se agotaron los recursos minerales de Nacozari y la industria trasnacional cambio de nombre a Compañía Mexicana de Cobre S.A. de C.V., comenzó la exploración de los yacimientos circunvecinos, encontrando entonces, a 20 millas al sureste de la ciudad, la mina La Caridad  que empezó a explotarse a cielo abierto para el año de 1968, siendo en la actualidad la 3ª mina de cobre más grande del mundo, contando para su explotación con gigantescos camiones de 8 mts de altura por 12 de largo, de 27 toneladas de peso, que soportan paladas de 60 toneladas de mineral, el cual luego de ser triturado en el. Complejo Metalúrgico de Esqueda, Sonora.  
[2] Existe en el mismo Parque Madero un Monumento a Jesús García de confección más reciente, escultura de 1997 debida al escultor Julián Martínez Sotos. Hay que agregar que el escultor oficial postrrevolucionario Federico Canessi (1906/1977) realizo una escultura del Héroe de Nacozari para el Sindicato Ferrocarrilero de la bella ciudad de Toluca en 1948, dejando en Hermosillo, Sonora, la huella de sus cinceles con un retrato de Adolfo de la Huerta. 







[3] Blogger Sonora Diversidad. Tonatiu Castro Silva, “El Patrimonio Cultural ante un urbanismo rapaz,” 





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