domingo, 20 de septiembre de 2015

El Circo Por Alberto Espinosa

El Circo
Por Alberto Espinosa Orozco



Nada vale hoy; no vale nada; todo es resumen,
representación, teatro, engaño, vana apariencia;
no es la verdad lo que a los corazones entre fulgores llama,
es el circo: nos hemos vuelto actores, siempre  los mismos;
a la palestra salimos, actuamos nuestro papel
afortunada o desafortunadamente nos movemos,
peinados, limpios, erguidos, bien vestidos;
cae luego el telón cual la muerte fatal que nos acoge.

Eso es todo: la función ha terminado para luego volver
a comenzar en la ruleta: a leer nuestro papel de vuelta
con la propia voz  dotamos de su carne  al espectáculo;
pedimos poca cosa: en el camerino un espejo, tras bambalinas
un beso, en el tablado la unión de los ritmos urdidos con el verso:
la posesión de la figura que nos forma cayendo como un rayo
y en las butacas sin fin el magro aplauso del público diverso:
el gerente del teatro es el que gana: una mezcla de tigre con payaso.





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