domingo, 28 de enero de 2018

Monadología La Historiología y sus Leyes Por Alberto Espinosa Orozco


Monadología La Historiología y sus Leyes

Por Alberto Espinosa Orozco





         1.-   La fórmula de la historiografía ha seguido siendo la certificación de hechos o la comprobación de su influjo sobre otros hechos, siendo la misión de la historia decir como han pasado las cosas.



   2.-  Tal fórmula entiende por ciencia de la historia el arte de no comprometerse intelectualmente –de no ser taxativo, claro, inequívoco, de sólo transitar por un desierto de vaguedades, siendo para ellos el arte de la historia la crónica –siendo así el mejor historiador el alma más retrasada y más pobre en ideas, en donde el alma se halla atada a un expediente, donde no hay más luz que la que arrojan las papeletas, alma de cronista, de burócrata: alma de mandarín.



      3.- La historia, sin embargo, no es la filosofía; el error de la historia filosófica es la de pretender deducir lógicamente los hechos alógicos de la historia, como sucede en la filosofía del espíritu absoluto. 



     4.- Si la historia es crítica y documento, sin embargo, en tanto crítica tiene que ser filosófica –y filosofía reforzada por las fuentes, por los documentos.



    5.- La historia no es el documento –como la física no es el experimento. Hay ahora una historia naturalista, que quisiera fundarse en el experimento. El análisis físico de la naturaleza construye una figura conceptual, con la cual comparar el fenómeno sensible y, podría decirse, no observa lo que ve, sino que busca lo contrario al dato; en física el análisis es puro, pero sólo a partir de la observación impura.



     6.- Se requiere de una teoría del conocimiento histórico. La investigación histórica examina lo individual, pero lo examina a partir de normas morales, y pretende comprender el curso de la historia en todo su conjunto.



     7.- Por ello, la historia es más que crítica y documento: tiene una marcha, un progreso, del cual se derivan sus propias categorías.



     8.- Porque la ciencia nunca es mera empiria -observación del dato a posteriori; la ciencia siempre es construcción a priori –confirmación por correspondencia de una idea, de una forma, de un modelo, que es el papel que juega el experimento, que toca sólo en algunos puntos el mundo de la experiencia.



      9.- La misión de la ciencia es la de adaptar los fenómenos a ciertas ideas a priori, independientes del experimento, confirmando la ley, que es un hecho imaginario, o combinando varias leyes, y así logra explicar los hechos. La física adapta los fenómenos a formas matemáticas y construye por lo tanto matemáticamente.



   10.   La historia no consiste en el documento. Su primera dificultad es la observación y la depuración del dato, que es el piso, el suelo de la ciencia histórica-fuentes que pueden tener una desproporción monstruosa, en las naufraga el historiador, produciendo en el lector la impresión de ser más humo que llama.





   11.   Pero la ciencia empieza más allá de los datos históricos, que es lo dado inmediatamente a la ciencia, al ir más allá de ellos. La historia es cosa distinta a la documentación, pero también a la filología. No es la labor del archivista que trabaja sobre códices, estudiando las fuentes  al grado que empantana el área histórica por no tener clara conciencia de los problemas históricos –que no hacen sino revelar la miseria intelectual del torpe filólogo.





   12.    La historia, como toda ciencia empírica, no es un agregado, sino una construcción. Toda ciencia de realidades se compone de cuatro elementos:



a).- Un núcleo a priori: lo histórico es a la historia lo que la materia es a la física.



b).- Un sistema de hipótesis que enlazan el núcleo a priori con los hechos historiados.



c).-Las inducciones dependen de esa hipótesis.



d).- Una vasta periferia de hechos, rigurosamente empírica –descripción de puros hechos o datos.





13.- El mundo es visto a través de las categorías de lo existente,  que permiten un conocimiento del mundo –el error del positivismo es creer que hay un conocimiento del mundo y a la vez, en obvia paradoja, que el mundo no tiene forma, estructura, anatomía, que es un caos de sensaciones informe, es decir que no es un mundo.





14.- La condición de posibilidad de la experiencia es que sea y que sea algo, que tenga forma, estructura, figura carácter.





15.- La materia es la porción de la realidad más cercana a ser un caos, por ser el modo de ser menos determinado que existe, siendo sus formas elementales muy abstractas, muy vagas, gozando la acción intelectual ante ella de un amplio margen, proyectando los sujetos formas sobre los fenómenos, siendo tolerado por ellos –hay muchas físicas, porque ninguna de ellas es necesaria. La física hace una figura imaginaria, simbólica, mecánica, subjetiva, del mundo corpóreo, hasta que  topa con la resistencia que le ofrece la forma efectiva, auténtica, que la materia le ofrece.





16.- Lo real histórico posee una figura propia, determinada, exclusiva, siendo menos vaga o abstracta por su objeto que la física, que renuncia a comprender a su objeto, quedándose exclusivamente en salvar los fenómenos: en no contradecir las apariencias, por mor de construir un sistema de manipulaciones efectivas que sea coherente.





17.- La historia no es manipulación, sino descubrimiento de realidad; por ello está obligada a comprender –tiene que mantenerse en contacto ininterrumpido con ella por medio de actos de comprensión, no pudiendo por ello sustantivar sus métodos, ya sea en operaciones mecánicas o en manipulaciones. La historiografía no consiste, como la física, en sus métodos, por lo que no puede sobreestimar las técnicas inferiores de la lingüística, de la filología de la estadística –recetas dogmáticas del método sustantivado que se vuelve independiente.





18.- Al ser la historia un auténtico conocer, los métodos y técnicas son necesarios por imprescindibles, pero disminuyen su valor, siendo menor su rango en el cuerpo científico por no ser principales.





19.- El método es todo funcionamiento intelectual no determinado por el objeto, predeterminando la relación del sujeto con los fenómenos y mecanizar su labor ante ellos. El dogmatismo, la sustantivarse y hacerse independiente, da por sabido lo que se quiere averiguar, constituyendo entonces en una certidumbre dogmática.





20.- Si la historia no llega  a ser ciencia se debe sobre todo a los métodos, a la mecanización de su trabajo, pues es el método un pensar mecanizado para el provecho del todo, que no estaba en los datos. Pero la historia tampoco consiste en los datos que encuentra el archivista. La ciencia empieza donde el método acaba, cuando los métodos nacen de la ciencia que los postula y suscita, cuando es potente para surtir los datos a la historia; porque los datos son síntomas o manifestaciones de la realidad –y, sobre todo, son dados a alguien para algo: para el verdadero historiador la realidad histórica.





21.- Más allá de los ingredientes variables que constituyen la historia, está un núcleo de ingredientes invariables, que van de relativa a absolutamente constantes: su estructura radical o a priori, categórica, independiente de la variación de los datos históricos –aún tomando en cuenta su carácter diferenciar, individual, innovador, donde rige sólo el azar y el albedrío.





22.- La primea constante absoluta: la condición de hombres .y de hombres históricos – César y Pompeyo son ambos romanos del siglo I a, de C., siendo su diferente modo de  ambos romanos. La historia recibe conceptos de la antropología para su edificación y está constituida también por ella: la estructura genérica de la vida humana; lo verosímil y lo inverosímil: lo que es humanamente posible o imposible humanamente –en cierta época, en cierto pueblo, en cierto hombre (en la critica de fuentes).





23.-  La figura individual tiene también una naturaleza constante, una estructura permanente, la incluya muchas constantes no individuales, ingredientes abstractos no individuales, comunes a otros miembros de su tiempo –Cesar está emparentado con todos los hombres de “carácter cesáreo” y con los generales vencedores de todos los tiempos, siendo César mismo, si un azar metafísico, como pura realidad histórica es una mezcla de elementos constantes.





24.- La verdadera misión de la historia es así determinar en cada caso lo que hay de constante y de azaroso.-pues de registrar puros azares la ciencia histórica no solo sería imposible sino inefable. Requiere para ello de una técnica: de una ontología de la realidad histórica, del estudio a priori de su estructura esencial, así como la definición de las individualidades, de los entes singulares.





25.- La metahistoria definiría lo real histórico in genere, analizándolo en sus categorías primarias. La historia sería entonces una concreción de la metahistoria –como lo es la física de la metafísica.





26.- Metaf´ñisca de la historia: todo ser tiene su forma original antes de que el pensar lo piense; el pensamiento tiene también la suya. La misión del intelecto su forma constitutiva, e adoptar la forma de los objetos, haciendo de estos su principio y norma, combinado y analizando ideas objetivas dentro de las limitaciones dadas por los principios. La razón determinada es la cosa, una razón des-subjetivizada (la razón histórica, el gran logro de Hegel).





27,- Las leyes: 1ª.- La mayor porción de la vida individual conste en encontrarse con otras individualidades, que tocan en diferentes grados la vida individual, que es independiente de mí y que reacciona sobre mi acción, donde no hay nunca inclusión, sino convivencia y que completa el vivir del individuo, trascendiendo lo individual y psicológico: choque, enlace, amistad, amor, odio, lucha, compromiso.





28.- 2ª.- la vida estrictamente colectiva, que envuelve la vida individual e interindividual, que avanza hacia un todo vivo y más amplio que incluye lo individual lo interindividual y lo colectivo, que es la vida social –no pudiendo en rigor decir el individuo donde empieza él y lo suyo propio y donde termina lo que es en él materia social: las normas, las emociones las ideas que actúan en ostros y que son hilos sociales que pasan por nosotros, sin nacer de nosotros ni ser de nuestra propiedad, sino que son de sujetos sociológicos. 





29.- 3ª.- El valor eminente de cambio incesante, de continuo movimiento, de proceso o flujo que aparece en la vida social, se estructura a su ves en la articulación de tres generaciones dadas en lo social –manifestando sólo una sección de un todo vital amplísimo, cuyos confines son tan indefinidos hacia el pasado como hacia el futuro, hundiéndose y esfumándose en ambas direcciones. 





 30.- Esa es la estructura a priori de la vida y de la realidad histórica o su círculo máximo de extensión -siendo sus dos formas efectivas  la de la “humanidad” y la de su “universalidad” o valor mundial, ya sean formas efectivas de la realidad histórica o meras idealizaciones. El círculo ínfimo es el del individuo aislado, si tal cosa fuese posible; o es su círculo más interior, porque no puede ser independiente de un pueblo, raza, nación, sociedad, cultura –círculos máximos que influyen sobre el interior en alguna medida o razón, y viceversa, de cuyo círculo máximo no cabe mayor trascendencia que no sea metafísica… ella misma histórica probablemente.

 
 

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