EN ESTE SITIO
Por
José Revueltas
Que
cierren los ojos, que tapen con siglos las edades
y
nieguen la tierra y la aborrezcan y la escupan
si no
quieren saber nada de la luz y la santa agonía.
Yo
estoy aquí como la hormiga, como el arado,
porque
no soy nadie y estoy de boca al suelo, besando todo lo que pasa.
Si me
invitan a morir lejos digo que no,
que mi
sitio es el de la muerte aquí donde todos los planetas lloran
y los
niños están con las plantas esperando que amanezca.
Sé que
debe amanecer y no en el cielo
sino
entre las piedras y entre las manos de las gentes,
que
debe amanecer antes de Cristo, después de Cristo,
en
esta era y en este verbo que nos sale destrozado y dando gritos.
Que se
tapen, que se queden cerrados, que nadie les dé auxilio,
que la
voz les estalle antes de la palabra, que no puedan llorar nunca,
que no
lloren jamás y la vida les sea alegre, horrorosa,
atrozmente
alegre sin una sola lágrima,
si no
levantan las manos y no se piden perdón
y no
tienen la soberana, hermosa virtud de la agonía.
Yo
estoy aquí sentado, yo estoy aquí caminando.
Yo
estoy aquí.
Nadie
me quiere aquí, yo lo sé.
Nadie
quiere que me vaya de aquí, lo sé también.
No
quiero que nadie venga y nadie se retire.
(1939)
No hay comentarios:
Publicar un comentario