La Esencia del
Provincialismo: la Durangueñeidad
Don Héctor Palencia
Alonso
"Se ama la
casa que se construyó y que se trasmite".
Ernesto Renán
Hay un mundo espiritual que blasona a los
hijos de Durango+, que es la razón de ser del más sano provincialismo. Un
provincialismo por inclusión y no por exclusión, que incorpore ideas,
sentimientos, aspiraciones, pero que conserve sus hondas y viejas raíces en el
campo de la historia y de la tierra con espíritu. El mundo espiritual que da
unidad esencial a la patria chica está construido por las comunes imágenes,
valores, tradiciones, costumbres, usos sociales, formas de vida con las que el
ser humano se desenvuelve desde la infancia. Y una buena parte de la más válida
educación de los niños y de los jóvenes de Durango consiste en trasmitir todo
ese mundo espiritual, con la intención de que el pasado y el presente no se
repudien ni se ignoren.
Quizá el secreto de la más venturosa
incorporación a un mundo cambiante se haya en seguir siendo, a través de los
cambios rápidos y brutales, los lugareños -los durangueños- que nos afirmamos
en la tradición, los durangueños de raíz (raíz, que quiere decir penetración en
la tierra), inmersos en el seno de esta provincia nuestra.
"Durangueñeidad" no quiere decir oposición a la modernidad, sino
conservar los logros distintivos de nuestra comunidad, y como toda cultura se
encuentra en movimiento, la "Durangueñeidad" exige incorporar las
ideas de la modernidad, sí, pero recibiendo dicha modernidad a través de
nuestra propia cultura, para que raíz y conciencia posibiliten nuestra
incorporación a la vida contemporánea. Cualquier cambio verdadero tiene que ser
inseparable de nuestra vertebración cultural.
En estos tiempos revueltos en que las
técnicas de comunicación masiva nos hacen vecinos de todas las culturas,
poniéndonos a merced de las grandes potencias que cuentan con los más eficaces
instrumentos para difundir sus valores y su propaganda, el provincialismo
resulta de la mayor trascendencia, porque sólo a través de él se puede buscar y
exaltar el alma nacional, el estilo colectivo de vida que con características
propias de cada región, y sin perder nunca sus rasgos esenciales (nacionales)
late todavía en el seno de la santa provincia.
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