miércoles, 11 de marzo de 2020

EL FEMINICIDIO EN MÉXICO Por Alberto Espinosa Orozco

EL FEMINICIDIO EN MÉXICO
DISCURSO ABIERTO A LA SOCIEDAD DURANGUEÑA
Por Alberto Espinosa Orozco

A Mayra Chamorro Nevares

Buenas tardes a todos, respetables autoridades que nos acompañan, señoras y señores:


I

El día de hoy toca hablar sobre el tema del feminicidio, tan actual como alarmante en todo el mundo, pero que en México pide hoy en día urgentemente toda nuestra atención. Miles de mujeres, millones de seres humanos, reclaman a los gobiernos nacionales, incluso claman a grito en cuello al mismísimo cielo, para encontrar soluciones a tan terrible, pavoroso e inadmisible flagelo social, materia de imperdonable barbarie. 
La cadena de asesinatos en serie de mujeres en México ha despertado la decidida protesta e indignación en todo el orbe. Violencia desatada que tiene una de sus raíces en una pobre educación y en un concepto erróneo, vulgar, patético incluso de la naturaleza humana, específicamente de la virilidad o idea de la hombría (Machismo) se trata de la idea de medir la humanidad de uno en proporción directa a la dominación del otro, como si ser hombre consistiera en subyugar poniendo debajo de los pies a la otra persona – y no por el mirarla frente a frente a los ojos, penetrando el alma con el respeto a la dignidad, altura y belleza de la otra persona merece (dialogo). Moral de simios que abusando de la fuerza física somete e incluso explota a la persona que en realidad estaría destinada para ser su pareja, su consejera, su ayudante cooperando en el camino de la vida con su encanto y alegría, con su auxilio en los momentos críticos y difíciles, y de ejemplo incluso en las indispensables labores domésticas de la administración hogareña y en la economía familiar, pero también aportando específicos bienes de belleza y gracia que son dones propios de la mujer – para no abundar en su virtud connatural que es la entrega amorosa donde el hombre encuentra reposo, comprensión y consuelo en el tránsito por esta vida repleta en ocasiones de abrojos y cargas no siempre fáciles de soportar por el individuo aislado. 


Por citar solo un dato la Organisación de las Naciones Unidas (ONU) estima que en México 6 de cada 10 han sufrido violencia machista y que más del 40% han sido víctimas de agresión sexual. Llevando al extremo tales actitudes de prepotencia machista a la muerte de la víctima, a la aniquilación del otro, lo cual es ya una manifestación pura de odio extremo, que se proyecta con el otro, de deseo perverso de destrucción del otro. Más específicamente se trata de un odio a la mujer por su género, derivado de un reprimido sentimiento de inferioridad respecto de la mujer, quien lo que desea es esencialmente gustar (Estéticamente) y ser amada (moralmente). A todo lo cual se impone una dudosa moral viril que pone todo el valor en la incomunicación y en la fuerza bruta, la cual pasa de la indiferencia a la destrucción del otro (ya sea física o psíquicamente), pasando a pasos contados por la intimidación, el adoctrinamiento, la coacción moral o física, etc Cosa que puede ser calificada propiamente como psicofagia, que no es otro cosa que manducar psique humana -deprovado deporte en el que se ejercita todo abuso de poder, tan sólito en los puestos de mando de instituciones, tanto privadas como públicas -que del lamentable "acochinar" a los subalternos con las narices en la frente y mirando sobre el hombro, al abusibo juego del gato y el ratón, que solo espera que el sim´qatico roedor asome las narices en la antesala interminable para darle el artero e histérico zarpazo que, de tener suerle, la dejará las vivarachas orejillas hechas giorones.   
A ciencia cierta se ignoran las cifras exactas de este vergonzoso delito, pero su incalculable número solo agrava la protesta y el clamor por su solución urgente. Impotencia, tristeza, lamentación, son los sentimientos que manifiestan y constatan la bancarrota de todo un sistema educativo, pero también publicitario, que en la dispersión, confusión, negligencia o erotización de la imagen trata o toma a la mujer como ser inferior negando de tal manera su realidad no solo como persona, cuya dignidad supera en muchos casos a la de sus parejas sino también y más alarmante aun que niega las propiedades o exclusivas mismas de su género o que abiertamente las desvalora e incluso ridiculizan, tales como sus innatas predisposiciones a la sensibilidad y la belleza, su magia y encanto propio, sus disposición a acoplarse naturalmente al varón, al que sigue incluso alejándose de su familia, debido a su indiscutible capacidad de dar y recibir amor. No es infrecuente también, que a jovenes e incluso a los artistas se les intente feminizar, con el nada noble propósito de castrarlos, preparado así el terreno a una violación simbólica de sus derechos como personas.
El atraso legislativo es notorio y más aún en materia de investigación sobre los motivos que mueven al infractor, entre los que presuntamente abrían de destacarse la frustración, la obnubilación por enervantes, el fracaso social en materia de empleo y la corrupción generalizada de las instituciones públicas, que nada ayudan a que el infractor tenga una psicología sana. Existe sin embargo una tipificación federal de las 7 causas principales de tan penoso fenómeno social, la cual estaría correlacionada directamente no solo al castigo que debe sufrir el infractor sino también, evidentemente a las formas prescritas por la ciencia y la moralidad para su arrepentimiento y su posible reinserción social.
El maltrato, el acoso, el adulterio, el relajamiento de las costumbres (libertinaje) que cunden hoy por hoy en la modernidad tardía son algunos de los síntomas de una crisis más extensa aunque corroe por dentro y desde sus cimientos a nuestras sociedades occidentales, tecnocráticas e híper-industrializadas  cuyos bienes no han podido armonizarse con una educación realmente humanista.

II
Compañeros integrantes de este plantel escolar hoy me ha tocado de suerte exponer ante ustedes este tema horrendo y atemorizador, que afecta a toda la comunidad: la vergonzosa locura social del feminicidio. En el fondo se trata de una idea absolutamente errónea y vil de la mujer que es compartida por ciertos seres humanos (si así puede llamárseles), frecuente sobretodo en hombres pero de la que pueden llegar a ser cómplices también las mujeres. Idea en extremo peligroso y alarmante que desvalora en una palabra a la humanidad toda, y cuya causa básica y sobresaliente no es otra cosa que la ira, que a su vez no es otra cosa que expresión del odio. Negros sentimientos difundidos por falsas ideologías de pugna, lucha y conflicto entre los seres humanos, a la cual no cabe sino poner el contario sentimiento del gusto por la existencia ajena por la dualidad esencial del ser (puesto que ser es ser hombre o mujer), de regocijo por la existencia ajena.
Asesinatos perturbadores, impactantes de crudo amarillismo periodístico que nos dejan helados con la piel de gallina por su extremada saña y crueldad inhumana… dan cuenta de este enfriamiento del amor entre los seres humanos e incluso la total carencia de piedad moral. Todo lo cual nos habla de una imperdonable regresión del ser humano a la animalidad e incluso a las formas más bajas de la creación, a lo cual debe añadirse la violencia manifiesta en la publicidad y a la difusión de los falsos valores, prodigados tanto por los medios de comunicación como las mismas instituciones sociales que desprecian con arrogancia las formas más evidentes de la espiritualidad humana (que van de la cocina a la fabricación de artesanías y a la organización de fiestas sociales) pero también de las más refinadas (a poesía, el canto y la filosofía), es decir  a las expresiones que articulan situaciones de convivencia formativa que es la educación misma. 
Así es que en este recinto cultural alzo la voz para exhortar a cada uno de ustedes a revalorar el proceso educativo y a buscar con verdadera pasión e incluso coraje pedagógico nuevas formas de convivencia social educativa y nuevos contenidos culturales inscrito en nuestra tradición para el fortalecimiento de la paz como decidida arma contra la guerra. 
Compañeros y compañeras tenemos que aprovechar las disipaciones de nuestro pueblo para la belleza, su aguda sensibilidad para la ciencia, en voz del refinamiento de nuestra cultura. Para que vuelva a adornarse nuestra patria con las flores de su poesía y elevar con cantos su sabiduría, recuperando de tal forma la antigua cultura mexicana  y proyectando de tal manera nuestra futura gloria en el concierto universal de las naciones. 
Mil gracias por su atención. 


11-3-2020





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