martes, 19 de febrero de 2019

Atardece Por Alberto Espinosa Orozco


Atardece
Por Alberto Espinosa Orozco 



Atardece: declinan las horas mustias,
la luz del sol envejece, sus llamas,
aunque crepitan, no son enteramente
las mismas: su resplandor como un eco
ilumina las nubes que, en escuadras,
sedientas, marchan por el silente celaje.

El bochorno de las horas pasa, se extingue;
la caballera del día, que era trigo en la mañana,
se seca entre las crueles grisuras de la tarde
que se apaga, marchando con solemne amargura
a recostar su cien fatigada en las honduras del agua.

Más allá del horizonte el héroe rubio
 se va, se pierde y se apaga, apenas
iluminando, a lo lejos, las horas mustias,
que pasan, que caminan, pero que ya van
andando yertas, como las sombras que andan,
desiertas, sin poder ser ellas sus dueñas.

El polvo en torbellino levanta al tiempo,
exánime, que ya es juguete del viento
que lo levanta entre el polvo para luego
dejarlo caer fatigado, entre las cenizas
que, sin rescoldos, empiezan a volverse
nada: el segundo, el minuto, la hora

pasan: harapo gris desgastado
que cubre bajo su manto de ocres
colores la bastedad del poblado
-que de poco en poco recuerda,
sin remedio, la obra del tiempo fugaz
que, ya sin durar, es cruel gusano que pasa.

La tarde se agota, silenciosamente
se apaga, ya todo muere y declina,
como si fuera una ruina se desploma
bajo su peso la tarde, cargada de tiempo,
que el tiempo ha sumando a los días,
hundiéndolo en un óxido ajado.

La tarde es polvo quemado, el calor
que la encendía se va, los átomos
ya no giran ni le prestan más su vida;
se va, se precipita, haciéndose sombra
entre el cieno, presa ya del barro seco
  en la porosa guarida del moroso olvido.

Se oye tras las montañas un ulular
prepotente: se abren compuertas nocturnas
-el dulce sol ya declina, la luz opaca se muere
y poco a poco se apaga; en un último suspiro
se encienden chispas del día; nubes de rosa y naranja,
ya moradas, ya  malvas, luego grises... y luego son nada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario