Distopía Monterrey: Ramón Miranda
Por Alberto Espinosa Orozco
A partir de una diáfana concepción estética, el dibujante, fotógrafo, grabador y pintor Ramón Miranda (1973), ha ido desarrollando una obra cuidadosa, haciendo de la frugalidad de sus símbolos una elegante riqueza y una fertilidad. La maestría en el oficio del dibujo le ha permitido el logro de una serie de retratos de gran concentración expresiva y rara perfección. Finísimo observador de sí mismo, de las cicatrices guardadas por el tiempo y de las vicisitudes del camino, sus obras frecuentemente conservan una especie de huella de memoria, que se muestra en la profundidad a la manera de sutiles intaglios y gofrados.
A partir de una diáfana concepción estética, el dibujante, fotógrafo, grabador y pintor Ramón Miranda (1973), ha ido desarrollando una obra cuidadosa, haciendo de la frugalidad de sus símbolos una elegante riqueza y una fertilidad. La maestría en el oficio del dibujo le ha permitido el logro de una serie de retratos de gran concentración expresiva y rara perfección. Finísimo observador de sí mismo, de las cicatrices guardadas por el tiempo y de las vicisitudes del camino, sus obras frecuentemente conservan una especie de huella de memoria, que se muestra en la profundidad a la manera de sutiles intaglios y gofrados.
Tocado por la redonda sensualidad
de la ganada, de la caída del alma entre la carne o en los placeres efímeros,
el magnífico dibujante agrega sutiles coloraturas a su obra, como si con ello
quisiera notificar de alguna culpa o estado de ánimo contrariado. Como grabador
ha realizado preciosos libros objetos de arte, estando su estética pictórica
sometida al rigor de una paleta restringida a los tonos ocres y amarillos. Obra
de concentrado lirismo por la que flota el espíritu tradicional de la metafísica y de
los profundos misterios del amor y el cocimiento, resolviendo sus contenidos en
una tendencia expresiva, de mesurado clasicismo, cuyas normas le permite
pararse en sitio, sin ir más allá del límite, pudiendo así apreciar el esplendor de los signos y de rotundidad
redonda de las formas.
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