La
Plaza de Fundadores
Por
Alberto Espinosa Orozco
Más
que Valencia o Florencia;/
más
que Venecia o Vascuña;/
esos
muros me recuerdan/
las
paredes de los muros/
del
profeta Jeremías/,
en
que Jerusalén se lamenta,/
sin
hincarse de rodillas.//
Y
no a la gélida Viena,/
en
que Wittgenstein confía,/
con
esa su lógica ambigua;/
sino
al Vietnam del oriente/
donde
se muere la gente/
por
olvidar tristemente/
a
fundadores egregios/
de
esta tierra prodigiosa/
que
en panegíricos cantos/
ensalzaran
sus bellezas.//
Subiendo
luego al sitial/
del
más alto de los cielos/
y
al estrado más cascado/
de
las leyes impolutas/
a
desfondados florones/
y
a confusos cojitrancos/
que van subidos en sancos
-obsequiados
por los reyes/
con plastiquitos del Banco.
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