Ir al “Vai Ven” de Nuez
Por Alberto Espinosa Orozco
En lo que fuera una de las bodegas de la antigua Estación de Ferrocarriles de Durango se llevó a cabo, entre viernes y sábado del presente agosto, un interesante evento denominado “Vai Ven”, en su tercera edición. Interesante foro donde, teniendo como telón de fondo la remodelada arquitectura un nutrido número de jóvenes creativos y emprendedores se dieron cita para mostrar sus propuestas y trabajos, contando con el apoyo del Ayuntamiento.
El galerón recién remozado se localiza en la llamada “Zona Dorada”, sobre la Avenida Felipe Pescador –justo donde los automóviles, por una extraña razón de diseño urbano, marchan a la inglesa, en dirección invertida, descontrolando al viandante, por las contingencias del flujo vial. Anticipo de las grandes posibilidades comerciales e incluso estéticas de esa zona de la ciudad, por tanto tiempo abandonada, de la que tenemos un primer atisbo de su futuro remozamiento y una vislumbre de optimismo con esta muestra de diseño, arte, moda y cultura, que se reitera ahora por tercera vez, donde se asoma ya con vigor y belleza el rostro de un Durango moderno y desarrollado a la altura de los modernos tiempos que corren y donde cambio, modernidad y tradición se dan la mano, en un lazo de armonía y hermandad.
La muestra es un compuesto cumplido de innovación y tradición, donde una serie de espíritus emprendedores dan una muestra de su actividad, poniendo en cada producto de sus frescas firmas el sello del carácter regional, resistente a las pruebas más rigurosas de sobrevivencia, adornando sus colores discretos con los valores regionales de la buena hechura artesanal y los bien cuidados detalles estéticos llevados a la práctica por una nutrida serie de jóvenes ingeniosos e independientes, que apuestan, cada uno de ellos, por la sana renovación y la activación de Durango en un sentido propositivo, creativo y modernista.
Un rayo de renovación y de esperanza iluminó así los rostros por dos días, cuando en los stans de la reciente muestre fueron apareciendo una serie de productos locales, de gran innovación, diversidad y originalidad creativa: pequeños jardines, arboles en miniatura, nieves, nuevas marcas de tequilas y mezcales en diminutas botellas, rústicos muebles, conservas, mermeladas y salsas durangueñas, panes caseros, etc. que, entre otros productos, dieron pie a la sana convivencia de sus productores y a la curiosidad del mercado.
Destacaron en la muestra los noveles artistas Guillermo Martínez, Luis Leonardo Ortega y Christian de Jesús Castro quienes fueron la alegría de la reunión al no sólo exhibir su trabajo de talentosos dibujantes, sino haciendo a la vez, por unos cuantos pesos, “Retratos Feos” de los asistentes, que luego se podían colorear a la acuarela por una moneda más. Así, la plataforma sirvió para exhibir su propio trabajo, para darse a conocer entre el público asistente y para promover su oficio y su arte, ofreciendo a la vez sus servicios en su nuevo taller “La Casa”, en Coronado 941, Zona Centro, donde impartirán próximamente clases de dibujo en cursos que van de 200 a 300 pesos por todo el mes o por el fin de semana.
En la sección gastronómica vale como ejemplo la iniciativa de Tita de la Parra, quien ha creado toda una serie de fusiones de cereales, carnes y ambigús, ofreciendo en su local "Santa Fortuna", junto al Bebeleche, en la nueva plaza comercial. Contando con servicios matutinos de Bronch & Cofee, de pan, sanwiches y licuados verdes, “Santa Fortuna" mostró un interesante concepto naturista de panes de caja con arándonos, como hechos en casa, que se inspira en los mejores movimientos de la cocina ecológica del momento, en combinación con los modernos carpinteros del diseño.
En el diseño de ropa estuvieron personalidades creativas de la talla de Mariana Escárzaga con su marca “Agua Mala”, quien cultiva una moda alegre y muy quiud, destacando sus creaciones no sólo por el estilo fresco, optimista y modernizante, sino también por los cuidosos acabados hechos a mano, por la calidad de cada prenda y su equilibrado vanguardismo. La moda de Mariana se ha afanado por defender una imagen de elegancia, incorporando algunos elementos “old faschion”, preocupada por proteger una imagen de distinción aneja al la idiosincrasia durangueña, con ese tono propio y cordial de la nacionalidad especificado en la provincia norteña, siendo por ello tomada en cuenta como estilista en la más reciente película del 007 James Bond, filmada hace apenas unos meses en la Ciudad de México.
La diseñadora y artesana Cindy de los Ríos puso otra de las notas de creatividad al evento con sus “Lovly Accesorios”, quien realiza una serie de graciosas figuras originales, hechas a partir de un compuesto de arcillas de la región y luego decoradas manualmente, las cuales forman parte de collares, anillos y pulseras y dijes, siendo muy solicitados por el público sus diseños tipo “Frida”.
Así, entre otras destacaron firmas como “Tía Ofelia” de la familia Vázquez, los tacos sudados del “Alebrije” de la cef María Teresa Valle, la “Villa de Patos”, las mermeladas de “Santa Teresa”, “Barrio Independiente”, la galería “Neco Hause”, el suchhi y onigiri “Kuro”, la botánica "Vai Ven" y florería "Camelia" de la calle de Florida. Hay que destacar que la organización del magno evento estuvo a cargo de los artistas: Guillermo Lugo Thron, Jimena Ramos y Sergio Rolando Valdéz, en un evento que puede considerarse como redondo.
El público asistente pudo disfrutar de la sana convencía y la creatividad, engalanando finalmente el evento por una pequeña pasarela, cuyo desfile de modas dejó ver la belleza y el estilo característico de la región –revirtiendo con ello la fácil tendencia local al estancamiento, de invertir en el lago de la cerveza, contribuyendo a la arraigada y sólita ilusión local de crudos espejismos de cantina reflejados en el lomerio del dorado oeste.
El público asistente pudo disfrutar de la sana convencía y la creatividad, engalanando finalmente el evento por una pequeña pasarela, cuyo desfile de modas dejó ver la belleza y el estilo característico de la región –revirtiendo con ello la fácil tendencia local al estancamiento, de invertir en el lago de la cerveza, contribuyendo a la arraigada y sólita ilusión local de crudos espejismos de cantina reflejados en el lomerio del dorado oeste.
Los pueblos que con su arte se niegan a morir. Difunden estímulos para rescatar lo vivido y seguir viviendo en el presenta al buscar un camino de vida, el arte. Durango en México con sus valores, entre ellos, Alberto Espinosa Orozco quien valiéndose de su lápiz recoge de las calles -esquinas, bodegas y salones de arte- todo aquello que se ha perdido para mantenerlo en la memoria colectiva de las individualidades atraídas por el candor del grafito que despluma las aves perdidas de la tradición.
ResponderEliminarEl camino de vida nueva es este_Destacaron en la muestra los noveles artistas Guillermo Martínez, Luis Leonardo Ortega y Christian de Jesús Castro quienes fueron la alegría de la reunión al no sólo exhibir su trabajo de talentosos dibujantes, sino haciendo a la vez, por unos cuantos pesos, “Retratos Feos” de los asistentes, que luego se podían colorear a la acuarela por una moneda más. Así, la plataforma sirvió para exhibir su propio trabajo, para darse a conocer entre el público asistente y para promover su oficio y su arte, ofreciendo a la vez sus servicios en su nuevo taller “La Casa”, en Coronado 941, Zona Centro, donde impartirán próximamente clases de dibujo en cursos que van de 200 a 300 pesos por todo el mes o por el fin de semana. Por obra de su ingenio, en búsqueda del camino pasado ofrecen el nuevo -camino- para el reencuentro con sus síntesis magistrales ante tantas antinomia. Es la la dialéctica existencial y los deseos de elevar lo que ha caído y se ha olvidado, incluyendo la gastronomía, por sus razones vitales. No hay mejor acicate que el arte imitando a la naturaleza en esa búsqueda del futuro que no puede darse si no tenemos conocimiento de lo que ya fue, el pasado que, a cada instante se hace presente, para abrir las puertas de un futuro inalcanzable que apenas alcanzamos se desvanece por obra del devenir en una carrera sin fin que algún día recomenzará al llegar al final.
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