Francisco de Ibarra: las Siete
Ciudades
Por Héctor Palencia Alonso
Francisco de Ibarra, joven capitán vascongado llamado por el Barón de Humboldt,
"El Fénix de los Conquistadores", fundó la ciudad de Durango,
diecinueve años después de la infructuosa búsqueda de las legendarias
"Siete Ciudades de Cíbola", realizada por el capitán Francisco
Vázquez de Coronado quien partió de la Nueva Galicia v llegó hasta el
descubrimiento del Gran Cañón de Colorado, en lo que hoy es territorio de los
Estados Unidos.
El relato de las "Siete Ciudades de Cíbola" fue uno de los que más
atrajeron a los conquistadores. La expedición de Vázquez de Coronado fue la
primera realmente mexicana, con criollos y mestizos, armas hechas en la Nueva
España y caballos nacidos en tierras de México. En esta asombrosa y fracasada
aventura participaron miles de hombres, con millares de cabezas de ganado y
numerosos cañones. Todo terminó en desilusión y Vázquez de Coronado regresó a
la capital de la Nueva España, derrotado v pobre.
No obstante el fracaso de Coronado, el joven Ibarra, después de fundar Durango,
prosiguió en la afanosa búsqueda de las "Siete Ciudades de Cíbola",
por el camino de Vázquez de Coronado.
El primero en hablar de las fantásticas "Siete Ciudades" fue el
Franciscano Mareos de Niza, dirigente de una expedición que partió de la Villa
de San Miguel de Culiacán, el siete" de marzo de 1539. He aquí un
fragmento del relato de Marcos de Niza ante el Virrey Antonio de
Mendoza"... Solamente vi, desde la baca del abra, siete poblaciones
razonables, algo lejos, un valle abajo muy fresco, y de muy buena tierra, de
donde salían muchos humos, tuve razón que hay en ella mucho oro y que lo tratan
los naturales d ella en vasijas y joyas, para las orejas y paletillas con que
raen y quitan el sudor, y que es gente que no consiente que los de esta otra
parte de la abra contraten con ellos; no se supieron decir la causa por
qué".
La leyenda de Cíbola es una fantasía que tiene su origen en las novelas de
caballerías, cuya lectura tuvo influencia en las aventuras de algunos capitanes
españoles, tanto de la; primera conquista de México, como de la segunda. Cabe
aclarar que tengo para mí que la segunda conquista de México es precisamente la
conquista del norte de la Nueva España, la que comienza con la fundación de la
Villa de Durango por Francisco de Ibarra, enviado del Gobernador de la
Provincia de la Nueva Vizcaya, a instancias de su tío, Diego de Ibarra, primer
Gobernador de Zacatecas y uno de los cuatro fundadores de un estilo de vida
deslumbrante conocido con el nombre de "aristocracia de la plata”. El
descubrimiento de las ricas minas de plata dé Zacatecas por Juan de Tolosa,
casi al tiempo de la muerte España de Hernán Cortés, marca el comienzo de una
nueva era de la historia de México que es la visión de las inmensidades del
norte.
Otras leyendas de origen español cuentan la de El Dorado, la de la Fuente de la
Eterna Juventud, que las novelas de aventuras fantásticas de caballeros
andantes poblaron la; imaginación de los españoles. Hernán Cortés creyó
encontrar en lo que hoy es territorio de Baja California, el mítico Reino de la
Calafia, de aquí el nombre de California, en el que, según una de esas novelas
de caballerías, la bella reina Calafia vivía rodeada de amazonas, mujeres que
habían perdido uno de sus senos y poseían excepcional destreza en el manejo del
arco. Sabido es que el conquistador Hernán Cortés, quien estuvo algunos meses
en la Universidad de Salamanca, era lector de libros de caballerías, entre ellos,
del "Amadís de Gaula" y de "Las Sergas de Esplandián",
libros que también fueron lecturas del adinerado joven capitán Francisco de
Ibarra.
De la
fracasada búsqueda de las "Siete ciudades de Cíbola”; puede decirse lo
mismo que escribió el conquistador Aguirre: "... muchos han quedado
amarillos como el oro que buscaban... la piel amarilla, los ojos amarillos... y
el oro... desvanecido... oro hecho sombra y rocío".
Es importante señalar que buena parte de los relatos españoles eran confirmados
e incrementados por los indígenas, que encontraron en la tabulación una forma
de resistencia contra los conquistadores, prometiendo poner a su alcance el oro
escondido en "El País del más Allá"... además los indígenas también
eran de despierta imaginación.
Fray Marcos de Niza logró hacer creer a los conquistadores que
"Cíbola" era la posibilidad de realizar sus anhelos mas acariciados;
la fortuna dorada y la emulación de la conquista de Cortés, y con ello,
alcanzar la fama. Después de la conquista de Tenochtitlan era verosímil la
existencia de un reino tan extraordinario o más que el de los aztecas. Verdad
que hasta hoy no se conoce cuál fue la finalidad de
Fray
Marcos de Niza al falsear la realidad de lo sucedido en su expedición. Lo
cierto es que despertó grandes ambiciones y envió a la ruina a decididos
aventureros.
La
búsqueda de las "Siete Ciudades de Cíbola" fue la gran empresa
fallida de las dos conquistas de México. Las ciudades de oro, maravillosas, son
patrimonio del mundo imaginario. En la historia sólo quedan testimonios,
escritura decepcionada. Una ficción que originó búsquedas históricas, una de
ellas, la del joven fundador de Durango y de otras ciudades del hoy Estado de
Sinaloa, don Francisco de Ibarra, joven lleno de ensueño y ambición.
Las "Siete Ciudades" de la leyenda han sido identificadas como uno de
los conjuntos de pueblos de los indios de Nuevo México. Se afirma que todo lo
que Marcos de Niza vio de las “Siete Ciudades” fue una visión distante y oscura
del pueblo Zuñi llamado Hawikuh.
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