El
Taller “La Casa” en Saltillo
Por
Alberto Espinosa Orozco
En
Saltillo, Coahuila, el Museo Casa de la Cultura Purcell inauguró el pasado 25
de junio la exposición colectiva “DESCONOCIDOS”, de los artistas durangueños
José Luis Ramírez, Christian de Jesús Castro, Luis Leonardo Ortega y Guillermo
Martínez.
La muestra es una introducción a la obra de
este grupo de jóvenes maestros oriundos del vecino Valle del Guadiana, la cual
reúne diversas formas expresivas que representan, de manera responsable y
objetiva, un contexto de temas, preocupaciones e ideas en común, sin detrimento
de la expresión del propio temperamento de cada uno de los participantes, de su
personal estilo y de sus singulares búsquedas plásticas.
La muestra “DESCONOCIDOS” nos revela así
diversos aspectos de la plástica contemporánea, que van de lo académico a lo
moderno, de lo tradicional a lo vanguardista, aliando a ello una marcada
preocupación por lo cotidiano así como por la reflexión de la propia
introspección personal, logrando con ello un equilibrio entre estos factores
para crear un dialogo con el espectador critico visual.
De tal suerte, echando mano a diferentes
símbolos, cada uno de ellos aborda sus temas con su particular estilo, humor y
temperamento artístico, siendo detectables las tinturas de lo sarcástico no menos que de lo espiritual,
yendo del reino de lo meramente físico a los impalpables continentes de lo
onírico y lo mental. Ceñidos cada uno de ellos a su estilo particular, la
muestra se unifica tanto por sus influencias comunes como por sus experiencias
conjuntas en el oficio y en sus formas de trabajo, no menos que por bordar, en sus temas y en
sus soluciones pláticas y estéticas, un mismo tiempo caracterizado por inéditos
y peculiares desafíos existenciales.
La exposición “DESCONOCIDOS” ofrece una experiencia
estética marcada con las notas de de la
reflexión y lo enigmático, poniendo de tal manera en juego la relación
autor-obra-espectador por tratarse de lenguajes vivos, que al usar el lenguaje
artístico para abrirle un nicho sentimental al pensamiento, y que al hacerlo
nos conmueven –y a veces también nos conmocionan-, moviéndonos por tanto al
diálogo con nuestro tiempo, con los otros y, lo que es tal vez más importante,
con nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario