Canten
Letras, Guitarrones
Por
Alberto Espinosa Orozco
Canten
letras, canten ranas,/
bailen cuajos vespertinos/
chillen,
bufen serpentones/
en
coros de bandolines/
-que
vuelven las golondrinas/
en
otra vuelta de tuerca/
haciendo
girar la puerta/
en
esta tierra desierta./
Canten
ranas, guitarrones/
los
platillos, las vihuelas/
al
compás de los trombones/
entre sones de violones./
entre sones de violones./
Canten moscas y lagartos/
ante
las letras del canto:/
que
bailen los alacranes/
-y se repartan los panes./
Cante
el profe Petronilo/
rodeado
de sus pupilos;/
cante
Emigdio, cante Soco/
olvidando los congojos,/
que son los males despojos/
ante los bienes eternos/
-que nos vistan en sueños/
como si fueran rastrojos./
Y que bramen los muy perversos:/
que se retuerzan sus versos./
que son los males despojos/
ante los bienes eternos/
-que nos vistan en sueños/
como si fueran rastrojos./
Y que bramen los muy perversos:/
que se retuerzan sus versos./
Que
vuelen hasta La Peña/
estos
versos con sofoco,/
-en su pico por paloma/
o con corcho en la botella-,/
-en su pico por paloma/
o con corcho en la botella-,/
a
las letras nuestras dueñas/
de
la fuente lugareña/
-y
a la estrella durangueña,/
que
no ha de poder borrar/
sinagoga
de Satanás/
ni
el infiel de Barrabás./
Que
canten los bardos todos/
con las poetizas aladas/
que urden hechizos de hadas;/
que urden hechizos de hadas;/
que
vuelva a cantar el canto/
a inventar que inventa tanto:/
que
la mañana es hermosa/
por las bocas primorosas/
que encantan al desencanto./
que encantan al desencanto./
Que
en la charca cenagosa/
canten
las sierpes también,/
-que
la canalla roñosa/
ya
no puede ser dañosa/
con
su ponzoña llorosa/
en
la noche jubilosa.
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