El Folklórico Alacrán de Durango
Por Alberto Espinosa Orozco
En lo que respecta a las letras, el folklore
durangueño no ha dejado de imprimir las huellas del maléfico alacrán. En el
famoso soneto de 1805 de Rezmira sobre Durango ocupa así su lugar de honor:
Soneto a
Durango
Dan al Ser
de los seres homenaje
asiduo, sus
piadosos moradores;
como no hay
petimetres corruptores,
ni se vio ni
verá libertinaje.
Cielo sereno
que el brillante traje
casi siempre
nos muestra sin vapores;
algún lujo
en las damas y señores,
que hace con
la escases mal maridaje.
Un tranquilo
y pacífico gobierno,
la gente en
general amable y grata,
placido
otoño con benigno invierno
tenemos en
Durango; pero mata
de alacranes
y pulgas un infierno;
víveres
caros y ninguna plata.
Soneto publicado en el Diario de México el 6 de diciembre de
1805 por Rezmira, pseudónimo del autor, cuyo anagrama apunta probablemente al
padre del famoso historiador José Fernando Ramírez, quien en ese tiempo tendría
dos años de edad.
Castillo Nájera dice en su célebre poema “El
corrido del Gavilán”:
Hubo un tal
Jesús Cienfuegos,
por alias el
Gavilán,
siempre
metido en rejuegos
y bravo como
alacrán.
También las mujeres participan de la
analogía con el alacrán, pues como reza la cultura popular:
La mujer es
como el diablo,
parineta del
alacrán,
cuando ven
al hombre pobre
alzan la
cola y se van.
Así, avecindarse en Durango, donde “cuatro
reales vale un chango” y es adornado con 6 meses de huracanes (de noviembre a
marzo) y otros tantos de alacranes (de abril a octubre), infestado por las
plagas de chinches, piojos y alacranes, ha sido para muchos lo mismo que salir
del trueno para dar con el relámpago.
Calificado de déspota, filisteo y aun de
tirano, el alacrán durangueño ha sido motivo de alarma y preocupación para la
religión, donde como anticrotálico encuentra como protector al Santo Jorge,
patrono de la ciudad en la oración que reza:
Oración a
San Jorge
“Invicto mártir de Jesucristo, gloriosísimo
San Jorge, que alentado por una fe finísima despreciaste las halagüeñas
promesas de Dioclesiano, igualmente que sus amenazas, yo te doy los más
festivos plácemes, porque estás gozando de una gloria eterna, gózala, en hora
buena. Que yo, entretanto, confiado en que no desatenderá los clamores de sus
devotos, que tuvo piedad para pedir por los mismos que lo estaban atormentando,
te suplico que me alcances de Dios Nuestro señor la gracia de estar bajo tu
protección, para librarme de los males y peligros que a cada paso me amenazan,
por aquel consuelo que recibió tu espíritu al oír la voz del cielo que
decía:
“¡No temas
Jorge, que yo estoy contigo!”,
Te suplico
que estés tú conmigo y no me desampares hasta ponerme en puerto seguro, y libre
de caer en las manos del dragón infernal. Amén.”
Oración que recuerda aquella otra,
tradicional, que die:
“San Jorge
bendito,
amarra a tu
animalito
con tu
cordón bendito,
y que no me
pique a mí,
ni a otro
pobrecito.”
Se dice también en la tierra de la Nueva
Vizcaya que al que le hacen las hormigas no le hacen los alacranes. Puede
agregarse que los tlaxcaltecas que acompañaron al sanguinario Nuño de Guzmán en
la primera exploración al Valle del Guadiana llamaron a esta tierra Coatlán o
tierra de alacranes, según puede verse en el códice del Lienzo de Tlaxcalá,
región que abarca desde el río Tunal hasta la región volcánica del valle de Malpaís, al que también llamaban “el
Valle de la Muerte”. Se sabe por el testimonio de Bernal Díaz del Castillo que
por esas mismas fechas el Conquistador Hernán Cortés fue picado en su casa de
Cuernavaca por un alacrán, mandando
realizar, para curarse de la herida sufrida por el pequeño artrópodo, un
pequeño exvoto, con la figura del arácnido realizada con perlas y rematado en
oro, el cual todavía se encuentra en el monasterio de Guadalupe, en
Extremadura.
Los Huicholes lo llaman la “Toruca” y tienen
para ellos la creencia que es un insecto consagrado, una especie de genio del
mal, que castiga a los violadores de las normas morales. Animal misterioso,
descrito verbalmente por el poeta Carlos Gutiérrez Cruz de forma magistral como
esencialmente enigmático y ensimismado, del que dice en perfecto haiku
castellano:
"Sale de un
rincón
en medio de
un paréntesis
y de una
interrogación."
El poema Haikú o haiku tiene de medidas métricas: 5/7/5 sílabas. Esto tengo entendido. No solo lo breve lo hace Haiku. Y, por supuesto, debe atender a las normas en su construcción, por ejemplo la Ley de los acentos: La palabra agudas aumenta una sílaba y la esdrújula disminuye una, así mismo, debe cumplir con las otras normas, tales como el empleo de la sinalefa, la dialefa y otras más.
ResponderEliminarEl poema observamos las cumple al atender las normas. Cuenten las sílabas y apliquen las normas y veamos que tiene las medidas exactas.
ResponderEliminarMuchas gracias por Compartir nos estas joyas literarias
ResponderEliminarAlberto Espinoza Orozco!