Las Coloridas Fiestas de Toros
Por Ehryu Kiu
Las corridas de toros, fueron el principio
de la civilización, son la conmemoración del hombre cuando por primera vez se
enfrento a la bestia y por ende logra el dominio de si mismo, son el principio
de la humanidad. Quizá hoy esta ceremonia no tiene sentido para nosotros, ni
entendemos la herencia tan preciada que nos dejaron nuestros antepasados,
porque vivimos en una época en la que la bestia debe dominar contra lo humano y
al contrario de las épocas pasadas, la sociedad nos empuja a que esto sea así.
Hoy no podemos ver ni en pintura al
cristianismo, ni a la tauromaquia porque la filosofía de este tiempo es la
bestia primero, la consagración de lo bestial. El fundamento del cristianismo
es el del hombre contra la bestia y en la tauromaquia pervive la escancia de la
crucifixión: el toro, hombre bestia, y su muerte para dar nacimiento al hombre
divino.
Sin embargo, estos rituales en tiempos prehistóricos
eran sumamente diferentes y se hacían con una actitud diferente hacia el
animal. En tiempos en los que los contrarios podían convivir y el hombre tenía
la capacidad de conciliarlos, el animal era dios y demonio al mismo tiempo, y
la intención no era la de lucirse, sino otra más interior y reflexiva.
Practiquemos la tauromaquia, que no se
pierda esta gran tradición humana. Practiquémosla desde adentro, al cotidiano,
en cada gesto.
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