La Favorita: Ricardo “El Pajarito" Moreno
Por Alberto Espinosa Orozco
Soy sietemesino. Y siete calaveras ayudé a
pasar al otro hemisferio. Y soy ambidiestro. Además soy zurdo. Escribía con la
mano izquierda. Me amarraban el brazo a la silla, con un mecate. Mi mamá me la
amarraba, en la silla, para que desarrollara la otra mano. Estaba en la
infancia.
A los cinco años entré a estudiar a una
escuela de ahí, en Chalchihuites. Teníamos maestras como educadoras. También
iba a la iglesia con mi mamá y mi abuelita, personas muy religiosas ellas.[1] Íbamos a la Catedral de Chalchihuites,
que es San Pedro, a la iglesia de arriba, que es la de Guadalupe, a la de
Jalisco, y luego a la del Carmen, allá en la Concordia.
Yo no tuve infancia. Desde los cinco a
seis años, desde chavo me tocó trabajar, sobre todo sembrando y en el rastro.
Sembraba con Salvador Guadarrama, Tiburcio Serrano y Juan Rosales. Fueron mis
patrones, yo trabajé con ellos. Con Tiburcio trabajé en una zapatería,
vendiendo zapatos. Con Salvador sembrando, y fui sembrador: maíz, fríjol. Con
otros jefes trabajé en el rastro. Acomodaba bien los taquetes para que el animal no se
desnivelara, lavaba las jergas, todo eso. Me daban carne y me pagaban,
Acarreaba baldes de agua, por veinte centavos. Era aguador.
Salí
chiquillo de Chalchihuites. Primero vine aquí, a Durango, luego en México. Aquí
trabajé varios años en la fábrica de sodas “La Favorita”, varios –no le
puedo decir cuántos. Lavando botellas con el Sr. Martínez, que pegaba
etiquetas. Con Pancho Martínez pegaba las etiquetas de la soda. Todavía no
había vidrio grabado y entonces teníamos que poner las etiquetas. “La Favorita” era una fábrica
de sodas. Ahí trabajé varios años lavando botellas con el señor Martínez, que
pegaba etiquetas. Trabajaba pegando etiquetas y tenía también que lavar
botellas. El señor Martínez quería que lavara más botellas, y cada vez más;
hasta que un día le dije “Estas pendejo” y lo agarré a chingadasos. Francisco
Martínez pegaba las etiquetas de la soda: “Soda La Favorita“, decían. La
escofina eléctrica lavaba las botellas. El jefe era un pinche. “Vas a lavar
quince cajas de botellas“, me decía. “¿Por qué?”, le respondía yo. “Porque yo
digo“, me respondía. Por eso le tumbé los dientes De un manotazo lo tumbé, luego lo cuereé y le
di un chingadazo. Eso debe haber sido entre 1949 y 1950.
Nomás ese oficio de lavador de botellas
tuve aquí en Durango, luego me fui a México y fui cobrador de camiones. Pero en
Durango trabajé en la sodería “La
Favorita”, con Pancho Martínez. “La Favorita” estaba entre Zarco y Canelas. La dueña era Josefina
Gálvez Betancourt, hermana de Carlos Gálvez Betancourt. Mi mamá trabajaba ahí
de sirvienta, con Plácido Rodríguez y Josefina Gálvez Betancourt. Mi mamá,
Zenaida Escamilla Chaires fue revolucionaria, como Juana Gallo, la Adelita y la Valentina. Ella
trabajaba para Josefina como su sirvienta.
“Zenaida ingrata me traes rendido
Desde el día en que yo te conocí
Quisiera amarte pero no puedo
Triste momento en que te perdí.”
(Cancionero Picott)
En lo que ahora está el templo de Santa Ana
era una vecindad grandota. Ahí vivíamos mi mamá Zenaida y yo, con una tía.
Cuando trabajaba en la fábrica de Canelas, de Plácido Rodríguez, que se vestía
como el charro de Pemex.
R.M.
***
Roberto Arellano, natural de Durango,
viejo amigo del genial artista plástico Fernando Mijares, EL “Van Gogh” de
Durango, contemporáneo de Ricardo “El Pajarito” Moreno recuerda claramente
cuando el campeón trabajaba en la fábrica de hielos “La Favorita”, industria que
pertenecía a Plácido Rodríguez.
Recuerda Don Roberto Arellano que
“El Pajarito” “Moreno trabajó durante
años en la fábrica hace medio siglo, ahí trabajó mucho”, nos comenta. ““La Favorita” fue una pequeña fábrica de
soditas, muy ricas, de muchos sabores: limón, naranja, ironbraun y grosella.
“La fábrica desapareció, pues la boicotearon las grandes empresas
embotelladoras”, nos comenta. “A su
modo los americanos acabaron con ella, indirectamente crearon un conflicto
entre la gente, para que no se notara su influencia, pues es una cultura que
vive de los conflictos, de la guerra”. “La fábrica se encontraba en Pino Suárez
e Isauro Venzor, a media cuadra de Zarco. El edificio era una joya histórica.
Fue la primera fábrica de sodas en Durango. Muy bonita, se sentía un cariño, el
trato humano en esa industria. Todavía queda la fachada. Ahí trabajó mucho “El
Pajarito”” -remata nuestro informante.
A.E.
[1] El primer templo
de Chalchihuites fue la Iglesia Parroquial dedicada a San Francisco y
consagrada en el año de 1583
a la Virgen de la Asunción, la cual se quemó el 14 de
abril de 1881. Un poco más arriba se construyó el Templo de Nuestra Señora de
las Aguas, en el “Barrio de Jalisco” antes Nueva Tlaxcala. En su interior al
centro del altar y en un nicho se encuentra la hermosa escultura de Nuestra
Señora de las Aguas, terminada en madera estofada, policromada y encarnada. En
el mismo templo se encuentra una antigua imagen de “Cristo Difunto”, escultura
que fue reglada por el rey Felipe II. En el año de 1875 se inició la construcción
del tempo de San Pedro, acabándose de construir los cimientos en 1879. En el
año de 1897 Don Antonio Subiría y Manzanera realiza una vista pastoral a Chalchihuites
y consagra el templo de San Pedro el día 8 de septiembre. .La Catedral no empezó a
servir para el culto cristiano sino hasta 1901 faltándole no sñó9lo los altares
del costado sino medio piso también y las torres, las cuales no se empezaron a
construir sino hasta 1951.El Santuario esta engastado en un pequeño cerro,
junto al mercado, en el “Barrio
Colorado”, teniendo como titular a Nuestra Señora de Guadalupe.
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