Nocturno Lunático
Por Alberto Espinosa
Tímido arbotante de diez mi watts de potencia
deslucida,
preciosa perla que eclipsada el progreso en
prisa
de la circular ciudad, incendiada y nocturnal.
Y sin embargo, nunca ha dejado de sonreírnos
con su humedad, en su creciente repisa de
vagas nubes
o empotrada en la lápida fría del desolado ónix.
Refuljo de resaca cristalina que por su envés
y su revés
nunca ha dejado de volver para invadirnos
con su tremendo prestigio santo,
con su
cambiar rodante,
y su fulgor helado y titubeante.
y su fulgor helado y titubeante.
Me embriaga de vez en vez
la nostalgia de su insólito contraste:
los caprichos níveos de su copa transparente
y la mixtura alcohólica de yin & tonics
que delirante y desde no sé donde
noche a noche da cuerpo a las cenizas
aglutinando el polvo de mi ave fénix.
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