Tres Poemas
Por Alberto Espinosa Orozco
Silencio
En medio del silencio no hablo
yo,
en medio del silencio habla la
escucha;
no soy yo, no es ello, no es la
ausencia:
es la promesa suspendida sin
presencia
que en el fondo de la escucha,
como un eco, murmura y reverbera,
madurando las uvas de la eras.
Brilla el Sol
Ya brilla el sol como incesante
incendio
en los tiempos nublados del
letargo;
los palacios de memoria se
levantan
mientras cantan los ausentes
que nos faltan
entre nubes de contrastes
celestiales
alumbrando ritualmente
nuestros pasos
sobre un mundo erosionado ya de
tiempo
que marcha insomne al delirante
ocaso.
¿Será acaso la enhiesta
victoria alada
del alto ángel con el laurel dorado
que corona las cienes de los
hados
que habitaron con nosotros
constelados
la que escuche nuestra voz entremezclada
con el polvo desolado de la
nada?
¿O será su seña la que cure
nuestra pena
de ser vanas siluetas dibujadas
en la arena?
Soy
Pobre y Nada Se
Soy
pobre y nada se de los secretos
o de
la bruma de la noche que no sea
la
sílaba dispersa bailando entre las llamas;
como
una hilera de hormigas que la sangre
impulsa,
huyendo de la roca muda
de la
boca, para salir de la caverna oscura;
Que
no sea la letra desecada cubierta de tormenta;
la
vocal que se eleva consonante
refluyendo,
y volviendo a si como las olas,
que
noche a noche se acompasan
para
llegar exhaustas, entre la exuberancia
sedienta
de su espuma, a las lejanas costas de la orilla;
Para
saber que lo que deja, tendido entre la arena
de
los labios, con sus fosfóricos calcios y sus yodos,
es la
costa del mar que besar quieren sus ondas
-para después subir en espirales, por entre el humo
vagaroso
de las nubes, distraídas paseantes peregrinas,
hasta
la bóveda de las estrellas cristalinas.
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