Ricardo "El Pajarito" Moreno y Fidel Castro: El Granma
Por Alberto Espinosa Orozco
I
Ricardo Moreno viajó a Cuba a principios de 1956 para enfrentarse el campeón de
la isla caribeña, el “Popi” García. Al igual que en otras ocasiones, la
expectativa por verlo entrenar fue grande, y como en otras oportunidades “El Pajarito” hizo gala del supremo poder de sus puños, ponchando las
peras y rompiedo los costales con que realizaba sus entrenamientos. El pleito no se realizó nunca, pues fue
suspendido por el explicable temor del peleador caribeño o de su equipo ante su rival. Los cubanos, sin embargo, pagaron todos los gastos, hoteles, comidas,
seguros, varios, etc. Lo pagaron todo correctamente,
incluyendo la estancia del mexicano y su manager, de varias semanas, en La Habana, tiempo aprovechado por el volatil pugilista para hacer amistad con Amalita, una mulata muy bonita, a quien le invitaba los guarapos. Al parecer la táctica de los cubanos era verlo de cerca para conocer sus fortalezas y debilidades, pues se avencidaba el pleito contra su coterráneo Oscar Suárez.
En efecto, para el 4 de
abril de 1956, Ricardo Moreno estelarizó la pelea de inauguración de la Arena México,
contra otro cubano: Oscar Suárez, que era el campeón de la isla caribeña. Ante un lleno total,
Ricardo Moreno lo mandó a las regaderas apenas en el segundo asalto por la contundente
vía del cloroformo. Con ello “El Pajarito” accedió a los primeros lugares de la
clasificación mundial, subiendo al sexto peldaño, luego de vencer por nocaut,
en el mes marzo, a “Kildo” Martínez y a Alejo Mejía, sacándose con ello
completamente la espina de la derrota ante Memo Diez el 22 de enero del mismo
año, en el Toreo de Cuatro Caminos, ante
30 mil aficionados, que abarrotaban la plaza, metidos hasta en la azotea, y enfilandose derecho a la disputa por el Campeonato Mundial.
En 1956 Ricardo
Moreno estaba en su plenitud y se había convertido ya en indiscutible ídolo de la afición, arrastrando multitudes a los estadios. Empezaba a incursionar en el cine, con la película
“Policías
y Ladrones”, con Adalberto "El Resortes" Martínez y la guapa Lucy González, dirigida por Alejandro Galindo, por la que le pagaron 20 mil dolares, una fortuna en aquel tiempo. Tambnién había sido nombrado
Peleador del Año, por sumar un incomparable rosario de nocauts al hilo. Se
juntaba en esa época con Adalberto “El Resortes” Martínez, con el histrión
Germán “Tin Tan” Valdez, pero sobre todo con José “El Toluco” López. Tenía
mucho dinero y conoció al Lic. Fidel Castro, llamado “Alejandro González”, quien se movía en el
clandestinaje, comprando armas y recolectando dinero para su revolución socialista.
El futuro comandante,
tenía un pasado como extra en el cine en 1948, y en 1955 vivía en un
departamento de la calle de Mesones, donde trabajaba Magdalena Gálvez, futura suegra
de “El Pajarito”, quien a su vez tenía una prima actriz, Rosario Gálvez,
casada con el actor y cantante Luis “El Gallo Giro” Aguilar.
La entrevista entre ambos se realizó con un vendedor de autos sirio-libanés, Simón Alalá, cuyo local estaba frente a Los Baños del Jordán –donde circulaba la publicidad cubana del impresor y también luchador Arsacio “Kid” Venegas, quien se hacía llamar “El Látigo Azteca”. Ricardo Moreno le entregó entonces a Fidel Castro una suma fuerte de dinero, 120 o 130 mil pesos, persuadido de las intenciones del conspirador de dar un golpe de estado en la isla para ayudar al pueblo cubano, llevarndo a la isla justicia social y prosperidad. Suma aproximada al costo del famoso y mítico yate "Granma", con que Fidel Castro llegó a la perla del mar para erigirse en dictador e irradiar la ideología y las empresas del comunismo a todo lo largo y ancho de latinoamérica.
Por su parte Arsacio Venegas (muerto en 2001), junto
con su esposa Elvira Belmonte, tenía su casa en la Calle de José de Emparán
#49 C, entre Edison y Juárez, en la colonia Tabacalera, la que se convirtió en
centro de los conspiradores. Su hermana Irma Venegas Arroyo,
junto con sus hermanas Joaquina y Carmen, vivian en la calle de Penitenciaria
#27, en la bravía colonia Morelos, donde se encuentra hasta la fecha la famosa
imprenta, que supuestamente fue de los hidrocálidos hermanos Antonio y Blas Vanegas
Arroyo -calle por cierto que remata en la antigua cárcel de Lecumberri (hoy Archivo
General de la Nación). Raúl Castro fue el padrino de bautizo del hijo de Irma,
quien efectivamente se llama Raúl Cedeño, en homenaje al ex presidente Castro. Los primeros en
llegar a esa casa fueron Nico López y Calixto García, luego se incorporó, entre
muchos otros, “El Che”, llegando a sumarse decenas al M26-7 (Movimiento 26 de
Julio). En ese tiempo “El Che” se casaría con la peruana Hilda Gadea, el 18 de
agosto de 1955, en la misteriosa iglesia de Tepoztlán, Morelos.
En la casa de Penitenciaría se llegaron a
alojar, entre cuatro catres y el duro colchón del suelo de duela, hasta 45
guerrilleros cubanos, aplicándose Irma y Joaquina a cocinar para ellos y a
confeccionar la ropa, los uniformes y las charreteras, para 40 guerrilleros más
–estando hoy en día las máquinas de coser en el Museo de la Revolución de Cuba.
Irma, naturalmente, no entendía nada de lo que sucedía, lo que no la frenaba
para ayudarles a esconder los rifles debajo de las duelas del piso –estando
relativamente a salvo, pues el novio de Carmen era policía y les daba el
pitazo. A Fidel le gustaba el huitlacoche y el mole verde, las parrilladas
también, pero generalmente la tropa comía frijoles y arroz.
Familia relacionada estrechamente
con María Antonieta González Rodríguez (La Habana, 29 de abril de 1911-1987), hermana
de un disidente muerto por el gobierno de Fulgencio Batista, casada y separada
del luchador cubano “Dick” Medrano, quien viajaba de gira por California,
Estados Unidos, y había recomendado a los conspiradores como entrenador a “Kid” Venegas. La activista
María Antonieta tenían una casa en Castelot #213, donde vivieron Raúl Castro,
Ciro Rebelo
y Ramiro Valdez -mudándose luego ese terceto a la
calle de Coyoacán #123, junto con Cándido González. Otra casa que acogía a los
cubanos era la residencia, en Las Lomas de Chapultepec, del matrimonio
formado
por Alfonso Gutiérrez y Orquídea Pino, a donde llegarían las hermanas de Fidel, Agustina, Ema, junto con el primogénito hijo del tirano,
Fidelito
Castro Díaz Balard, en octubre de 1956, permaneciendo Ema con el matrimonio hasta el triunfo
de la
Revolución, el 1o de enero de 1959 -tiempo que aprobecharía para
traficar armas de Texas, Estados Unidos, a Cuba, junto con el armero
Antonio "El Chucho" Conde. Otras reuniones de los exploradores se
llevaban a cabo en El Café La Habana, en la calle de Bucareli, de la
colonia
Juárez.
Raúl Castro se había acercado a
los hermanos Venegas para que le imprimieran propaganda revolucionaria: los
Manifiestos #1 y #2, así como unos “Bonos de Recaudación”. La relación se intensificó
cuando el “Kid” Vanegas formó parte del equipo, en las laboras de la
preparación, del acondicionamiento físico, y de la enseñanza en la defensa
personal de los guerrilleros. Se los llevaba a las 6 de la mañana a remar al
Lago de Chapultepec, a caminar Zacatenco, al Cerro de Guadalupe, al Cerro del
Chiquihiute, en Milpa Alta, a practicar alpinismo en las faldas del volcán
Popocatépetl, y en las técnicas de defensa en el Gimnasio de Bucareli # 118. Ahí
descubrió el asma de “El Che”, a quien le prometió no decir nada de ello a
Fidel. Muchas de sus citas se realizaban en el Cine Lindavista, pero poco apoco
los conspiradores se metieron como la humedad en el departamento de Emparán # 49
y la casa de Penitenciaría #27, haciendo correr la propaganda impresa de mano
en mano, llegando hasta Los Baños del Jordán, donde “El Pajarito” entrenaba,
porque se hacía la difusión abiertamente para ganar simpatías, pero sobre todo
para recadar fondos.
Aunque “Kid” Venegas no entró en
el Granma, pues le dijo Fidel “que le servía más aquí”, se convirtió en una
especie de héroe al triunfo de la Revolución, viajando con su hermano Guilulfo
“El Bello” Vanegas, a la perla del caribe en varias ocasiones. “El Bello” se
quedó a vivir en Cuba por unos años y regresó a México en los 80´s. A la muerte
de Arsacio Venegas en 2001, Fidel castro envió una carta de condolencias a la
familia.
II
Fidel Castro
había llegado a territorio mexicano en junio de 1955, por vía Mérida-Yucatán-Veracruz,
luego de salir de prisión, en mayo del mismo año, por un armisticio concedido
por el presidente de Cuba Fulgencio Batista a los atacantes del Cuartel Moncada
el 26 de junio de 1953. Se dice que legó en un avión “lechero”, de dos motores,
en el vuelo 566 de Mexicana, saliendo de Cuba el 7 de junio, luego de asilarse
primero en la Embajada de México, llegando a Veracruz, donde Fidel habría
tomado un camión para llegar a la Ciudad de México.
Raúl y Fidel llegaron por
separado. El primero en llegar fue Raúl, con cinco comunistas de los suyos,
entrevistándose con María Antonia, que era el contacto cubano en México. Muchos
simpatizantes del movimiento fueron llegando poco a poco. El general Lázaro
Cárdenas simpatizó pronto con los conspiradores políticos, a los que se había
agregado el teórico marxista argentino Ernesto “El Che” Guevara.
Sin perder tiempo, acomodando una
apretada agenda de trabajo, un par de meses más tarde Fidel Castro se encontraba
en Mérida, relacionándose con la élite social de la entidad yucateca, hospedándose
en el Hotel Reforma de Mérida con el sobrenombre de “Alejandro González”. Paseando
por el Parque Central de Valladolid o en un camión conoció a la joven Lía
Cámara Bum, haciéndose amigo de ella por atracción juvenil, confesándole abiertamente
que era divorciado con un hijo.
Con su madre de chaperón, Socorro
Blum, fueron a varios sitios de la ciudad, al Restaurante Tulipanes, al teatro
Mérida, descubriendo en el viejo Ford 1944 que manejaba, en el estuche de un
violín, un arma de grueso calibre. Se hizo así amigo de la familia Cámara, a la
que frecuentó en su residencia de la Calle # 62, donde también estaba su
hermana, la pianista Ligia.
Frecuento también a otras
familias adineradas, como escudo contra la persecución del dictador Fulgencio
Batista, llegando a pedir ayuda a su padre Pedro Cámara, obteniendo del
yucateco un apoyo de 5 mil pesos para su causa, pues le pareció un humanista
que luchaba por los pobres de su patria. Algunos afirman que se reunió con “El
Che” Guevara y su esposa la disidente peruana Hilda Gadea, en Chichen Itzá –lo
cierto es que viajo por la región buscando el anhelado puerto de salida en
barco para marchar, con su equipo de expedicionarios, a Cuba para hacer la
revolución.
El joven culto, idealista,
galante y persuasivo, no tardó en hacerse novio de su hija Lía, maestra de
piano, saliendo con ella al centro nocturno de Los Tulipanes y al Hotel Colón. Visitó
las costas de Yucatán en busca de un sitio para zarpar en un barco hacia Cuba y
armar la Revolución –incursionando con el mismo fin en Campeche, en compañía de
Carlos Hallar Liya, recorriendo en calidad de turista Lerma, Seybaplaya y
Champotón con el futuro gobernador del estado Carlos Pérez Cámara. Fidel
regresó pronto a la Ciudad de México, despidiéndose de la familia Cámara Blum
entre abrazos y besos y, aunque quedó formalmente de escribir, nunca lo
hizo.
Empero, al triunfo de la Revolución
Cubana, Lía recibió, para 1960, una invitación al Encuentro de las Juventudes
Latinoamericanas –al que Fidel Castro no asistió por haber sufrido, según se
dijo, un atentado. Allá fue bien recibida por Celia Sánchez y Camilo
Cienfuegos, siendo adoptada por los barbudos y retratándose con ellos, quienes la
llevaron en un Jeep a la Sierra Maestra, a 300 kilómetros de La Habana, enseñándola
a disparar sus rifles y ametralladoras. Se quedó en Cuba un par de meses,
ayudando en proyectos sociales, entregando casas para los campesinos
desheredados, y en la planificación de abrir escuelas en las zonas marginales.
Viajó a Santa Isabel de las Lajas donde una escuela pública lleva hasta la
fecha su nombre: “Escuela Maestra Mexicana Lía Cámara Blum”. Ahí conoció al
cubano Alberto Mateo Sariol, con quien estuvo casada por más de 16 años, teniendo con él dos hijos, y quien marchó a
vivir a los EU, donde ayudo activamente a rescatar a los balseros cubanos.
El idilio con Fidel no prosperó
-como tampoco prosperó Cuba, sumida en los horrores de la Revolución
totalitaria, no quedando de aquel joven idealista, al final, una vaga imagen
vaporosa… es decir, prácticamente nada.
III
En la Ciudad de
México el futuro Comandante de la isla tuvo otro romance: con Isabel Custodio,
joven española nacida en Valencia, hija de republicanos refugiados, que habiendo
vivido en Cuba era estudiante de Filosofía y Letras de la UNAM, y hoy en día
escritora y activista feminista. El romance duraría 9 meses, de febrero a
noviembre de 1956, según cuenta en su libro El Amor me Absolverá.[1]
Se conocieron a partir de una supuesta primera detención del futuro líder
cubano, cuando acompañaba al fotógrafo Néstor Almendro, quién realizaba un
reportaje para la revista cubana “Bohemia”.[2]
Lo cierto es que el artista de la lente cuenta que Fidel Castro le comento,
prendado por los ojazos y muslos tan bien torneados de aquella joven gachupina:
“Con ella me caso”.
Fidel se encontraba enrolado en
una vertiginosa actividad, planificando su revolución, siendo las emociones que
emanaba las de la euforia y la presión sostenida, desplegando una gran
capacidad de trabajo, adoctrinando a los jóvenes y a la tropa para su causa, apoyado
en su sólida fe de crear una nueva sociedad y transformar a su país -solo
suspendida por los momentos en que escapaban con la jovencita valenciana para
tener intimidad con ella, quien en su pecho no dejaba de sentir sin embargo los
sobresaltos del temor y la duda. El joven abogado cubano le pareció primero muy
guapo, muy atractivo, muy atento, muy encantador (sic.), un verdadero
encantador… con una labia que convencía de lo que quería, simpático, ocurrente,
con una memoria prodigiosa que lo que no sabía se lo invitaba, con gran sentido
del humor, y en la intimidad con muy gracioso, pues le gustaba imitar a los
demás. La conquiste luego de hora de conocerla. Idolatrándolo se convirtió muy
pronto en la “favorita” de Fidel. Se escenificaron varias discusiones con “El
Che”, pero también con Raúl Castro, pues era su “punto débil”, pues les cayó “pesada”,
argumentando que lo distraía para la causa de la Revolución, la que para el
“Che” exigía una entrega total.
“Alejandro” le ofreció a la jovencita
y bella Isabel matrimonio, plantado frente a ella, aunque daba la casualidad
que estaba preparando una revolución, con el argumento, el señuelo, con la
promesa de que compartirían el poder, que llegarían a tener el poder, y que se
casarían por haber recorrido ese camino de preparación, juntos. La llevaba
también a pasear a San Ángel, y como tarjeta de presentación a las reuniones
con la alta sociedad, pues hay que recordar que ex ministros de Cuba, enemigos
de Batista, ligados al depuesto presidente Carlos Díaz Socarás, habían venido a
dar a México, así como prominentes intelectuales simpatizantes del movimiento, como
el cónsul Raúl Roa.
Tiempo en que la bella y joven
estudiante dramática vivió vertiginosamente, como si fuera un comprimido de
muchos años en pocos meses, donde la verdad y la realidad se entrelazaban y confundían,
creándose una atmósfera de ficción e irrealidad, levantada con los evanescentes
materiales inasibles de los sueños.[3]
IV
Se trataba de la segunda visita
de Fidel Castro a México –en la primera, en el año de 1948, participó como
extra, como bailarín vestido de satín, en la película “Fiesta en México (“Holydey in México”, 1946).[4] En su segundo viaje, en 1955, llegó a
hospedarse en el Hotel Reforma, convenciendo al idealista y humanista Alejandro
González de la necesidad de salvar a su país que, tras el glamour de los
casinos, sangraba por la tiranía de Batista, sumido en la prostitución y
zozobrando entre el contrabando y los estimulantes que estaban bajo el control
de la Mafia.
En el centro de
la Ciudad de México se relacionó con Antonio Conde, quien tenía una armería
heredada de su padre, localizada en Revillagigedo # 47 –tiempo en que se
consideraba tímido, apolítico, deportista y cazador aficionado, con ansias de
conocimiento. Le compró dispositivos de mecanismos belgas, confesando entre
dientes la necesidad de ayuda para su revolución, con el argumento de rescatar
a su pueblo del diablo de la dictadura de Batista. Conde cayó como mosca, le
ofreció su ayuda y le consiguió las armas. Fidel lo introdujo así en la
clandestinidad con el mote de “El Cuate”. Quedando subyugado por la
personalidad del cubano, por su mente prodigiosa, describiéndolo también como
estricto y exigente, mandón y voluntarioso Huber Matos más tarde agregaría a
esas notas las de ampuloso, celoso en extremo y exprimidor. Como cazador fue
con Fidel y su gente a entrenar a “Los Gamitos”, el conjunto de tiro que está
arriba de Santa Fe, deporte que Castro practicó en Birán, la inmensa finca
azucarera de padre, al Oriente de Cuba. “El Cuate” se dedicó también a comprar armamento
de contrabando: 1 ametralladora larga, 2 fusiles antitanque, 13 subametralladoras,
20 rifles de caza, más un poderoso rifle Remington 30-06 de mira telescópica
que acaparó Fidel.
Fue precisamente
“Chucho” Conde quien encontró el barco que andaba buscando Fidel Castro para su
incursión marítima: un yate de lujo para 8 o 10 personas, construido en 1943,
que había encallado por un ciclón en las costas de Tuxpan en 1953, siendo
abandonado en Santiago de la Peña, Veracruz. Lo encontró ahí, tirado, a cientos
de metros de la costa. El dueño era el Sr. Robert Erikson, de la Cía. Magdon
Ruge. La nave tenía 50 toneladas de calado, 4.7 metros de manga y 13.25 metros
de eslora, contando con dos motores de 150 caballos de fuerza cada uno, que
tuvieron que ser rectificados. El barco Granma (Abuela, en inglés), se
encontraba completamente destartalado, con la quilla rota, la varilla del timonel, la cual tuvo que
reparar por 800 pesos.
A Fidel le gustó la nave, desechando la idea de Pinos de
comprar una fragata descontinuada del ejército de EU. El trato de venta fue a
cómodas mensualidades, amarrándola con 10 mil dólares de contado y 10 mil en
abonos –que se pagaron tarde, mal y nunca. Aunque otras versiones señalan que
el costo ascendió a 40 mil dólares –y del cual hay en la actualidad varias
copias, por ser un símbolo de la hazaña histórica. Ricardo “El Pajarito” Moreno
habría así cooperado para esa hazaña de la historia con cerca de 10 o 15 mil dólares,
de cuya aplicación nunca volvió a tener noticia.
V
La actividad de
los guerrilleros urbanos era febril. Pero la policía mexicana les seguía de
cerca los pasos. El Jefe de la Dirección General de Seguridad de la Secretaría
de Gobernación, el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, de 29 años de edad, le
seguía de cerca los pasos a los cubanos y detiene a Fidel Castro, siendo
aprendido en Polanco, entre Mariano Escobedo y Kepler. Fue atrapado Fidel en el
momento de intentar sacar un arma, cayendo con cinco de sus colaboradores
guerrilleros, entre ellos su guardaespaldas Universo Sánchez y el carnicero de
La Habana Ramiro Valdés, el 21 de junio de 1956, con el cargo de beber ron y
estar armados, en un automóvil Packard verde, modelo 1950, con placas IWO
55-655 de Miami, Florida, donde se les encontraron 5 pistolas, 3 ametralladoras,
1 rifle de alto poder y 2 granadas
norteamericanas, más 160 cartuchos. Fueron llevados a una casa de seguridad, en
Miguel Schultz # 105, en la Colonia San Rafael (hoy Primaria Luz Oliveros
Sarmina). La casa de Fidel Castro en Kepler # 26, colonia Anzures, que le
alquilaba su amigo Orquídea Pino, también fue cateada. El periódico Excélsior a
ocho columnas publicaba el 26 de junio: “Desbarata México la Rebelión contra
Cuba y sus 20 Jefes.”
A los pocos días,
en el Rancho de Santa Rosa, en Chalco, estado de México, de Erasmo Rivera
Acevedo, seguidor villista relacionado con Carlos Hank González, político
local, hubo una redada relámpago, a bordo de 25 Jeeps, en el casco de la vieja
hacienda, cayendo 22 cabecillas, en la que permitieron a Fidel Castro
acompañarlos, para convencer a sus compañeros de entregarse y evitar el
derramamiento de sangre. La policía detuvo a Ernesto “El Che” Guevara de la
Serna ya Camilo Cienfuegos en compañía los 20 castristas del Movimiento 26 de Julio.
y a Raúl Castro con Nico López caerían más tarde. Habían sido entrenados por un
republicano español, por un militar de nombre Alfonso Bayo, hijo de cubana y
español, quien les enseñó las técnicas de la guerra de guerrillas, aprendida en
11 años de lucha contra los moros en África del Norte.
Aunque la
relación fue de respeto y amabilidad y liberaron pronto a los cubanos, retuvieron
por algún tiempo a Fidel, de 29 años, quien negó tener ideología comunista, y
al “Che”, quien había confesado una filiación marxista-leninista, siendo
retenidos y puestos en libertad el 1 de agosto.[5] Las investigaciones duraron un mes y una
semana. Se descubrió que el objeto de su conspiración era “capacitar
militarmente para integrar mandos que dirijan en su país a los descontentos”,
además de ocuparse en recaudar recursos para su empresa. Intervino Lázaro “El
Tata” Cárdenas con el presidente Adolfo Ruiz Cortines para su liberación, defendiendo
a Fidel Castro como un “joven intelectual de temperamento vehemente y sangre de
luchador”, frenando a la vez las amenazas de deportación, destacando el
Excélsior en su portada la del 2 de abril “Simpatía de México por las Causas
Democráticas”.
VI
La noche del 25
de noviembre de 1956 todo estaba listo para la partida. El barco zarpó rumbo a
Cuba con 82 pasajeros a bordo. “Chucho” Cuate acomodó como pudo a 75
guerrilleros sentándolos en el interior de la nave. Al puente subieron al final
los navegantes, el capitán Elio Pino, un timonel italiano, y tres marinos:
Roque, Pichirilo, el dominicano, luego el “Negro” Collado y Roque –quien cayó
al mar en medio de la travesía, perdiendo una hora en rescatarlo con una soga,
debido a la lluvia pertinaz y la marea picada del intenso temporal. Con ellos
iba un solo mexicano, Alfonso Guillén, de 19 años, estudiante de la Vocacional
(IPN), quien militaba en las Juventudes Socialistas. Los restantes treparon al
techo y, por último, subió “Alejandro”. Y se echaron a la mar en la noche
cerrada, mientras el fiel “Chucho”, desde el puerto, miraba pasar el yate y
adentrase en las lejanías del mar –la suerte estaba echada.
Luego de 7 días de navegación, el
2 de diciembre de 1956, llegaron a las
costas cubanas, a la playa Las Colorados, que era en realidad un pantano
horrendo, de dilataba un kilómetro para entrar en tierra firme. Fidel saltó el
primero y se hundió en el fango. Raúl Castro y “El Che” Guevara fueron los
últimos en bajar de la nave, yendo a ver el nombre de la embarcación: “Granma”,
se vieron a los ojos y siguieron su pesada marcha por la cenagosa playa.
El ejército de Batista los estaba
esperando. A las primeras de cambio cayeron 21, que desaparecieron. Atraparon a
21 más, que fueron encarcelados. 20 más desertaron, dándose a la fuga. Los 20
restantes se internaron en la Sierra Maestra donde malamente se reagruparon,
instalando se cuartel general en la casa del campesino Epifanio Díaz –hasta
donde subió el periodista estadounidense Herbert Matus, para entrevistar a
Fidel por T.V. El 16 de febrero de 1957, guiado por Celia Sánchez y Frank País;
al que siguieron, poco después, los periodistas Robert Tagler y Werner
Hophman.
El 1 de enero de 1959 se inició
la Caravana Triunfal de la Revolución Cubana, que había derrocado al dictador
Fulgencio Batista, quien había huido del país la madrugada del 31 de diciembre
de 1958. Inició entonces la leyenda del
Comandante, que al frente de 300 hombres había vencido al dictador y pronto se enfrentaría al feo monstruo de la
tiranía Imperialista.
VII
El 25 de
noviembre de 2016, 60 años después de que el yate Granma salió de Tuxpan,
Veracruz, rumbo a Cuba, murió Fidel Castro Rus –a quien el pueblo ya llamaba
“El Viejo”. Un año tres meces más tarde, el 1 de febrero de 2018, Fidel Castro
Díaz Balard, “Fidelito” se quitaba la vida, a los 68 años de edad (1 de
septiembre de 1949), hijo el primogénito del Comandante cubano –a consecuencia
de una depresión profunda, según el parte oficial: otras versiones hablan de un
tiro que se pegó en octubre del 2017 y de haberse tirado finalmente por una
ventana (Alberto Montaner). Cábalas de la historia de quien
retuvo el poder absoluto por cerca de
siete sexenios, en la isla caribeña, a 150 km., de la Florida.
Ya en 1953, a propósito del
encarcelamiento de Fidel Castro en la cárcel de la Isla de Pino, su cuñado y
entonces diputado de Cuba Rafael Díaz Balar había advertido en la Asamblea:
“Fidel y su grupo solo quieren una cosa: el poder… pero el poder total –para
destruir cualquier vestigio de constitución y de ley en Cuba.”
Dueño
virtual de 200 empresas,
incluida la empresa de puros Coiba, del conjunto recreativo y
residencial de
Cayo Piedra, con delfinario, un yate, dos lanchas rápidas, helipuerto,
etc., su
estilo de vida capitalista, rubricado con marcas como Guchi o Adidas, no
sólo
incluye el consumo de vinos caros, sino varias excentricidades
culinarias, siendo
propietario de cinco carros, y más de 40 propiedades inmobiliarias,
incluyendo
varios hoteles. Lo que llevó a la revista Forbes de 2016 a renquearlo
como uno
de los siete mandatarios más ricos del mundo, con 110 millones de
dólares en
sus cuentas bancarias y 900 millones en bienes, incluyendo empresas como
CIMEX
(grupo económico que incluye tiendas minoristas, servicios de transporte
marítimo, un rent-a-car y una distribuidora de joyas), Medicuba (una
importadora y exportadora de productos médicos, ligado al ministerio de
sanidad
de Cuba) o recintos ciudadanos como el Palacio de Convenciones de La
Habana –todo
lo cual fue de inmediato desmentido como una campaña para desprestigiar
su vida
privada. Un queso, púes, lleno de vacíos compuestos por la gran mentira
revolucionaria,
que tirando una tiranía pronto la sustituyó por otra que resulta mucho
mucho peor, que a nombre del pueblo, del socialismo o del líder satura
las cárceles de presos políticos o fusila a los soldados como animales,
que interviene las empresas para apoderarse rápidamente de todo con el
eslogan de: "Con la revolución todo, sin la revolución nada" y "Patria o
muerte". Nacionalismo demagógico, cuya ideología hunde sus raíces en
Juan Domingo Perón y Lázaro Cárenas, en Eliser Gaitán y Antonio
Guiteras, hundiéndose más allá en la quemada arenisca de Nicolás
Maquiavelo, Cursio Malaparte, Mussolini y Adolfo Hitler.
“El Granma” se
convirtió en más que un símbolo o un mito, trasladando su nombre al
periódico y a la radio oficial del sistema socialista cubano, (PCC),
desde cuya tribuna Fidel Castro exponía
sus delirantes visiones de la realidad toda, coronando con ello los
infatigables esfuerzos de lo que él mismo llamaba "mi lucha". Voz a la
vez única y del partido
único, por medio de la cual los hermanos Castro cacofónicamente
adoctrinaban
abiertamente a la población, mientras el partido se apoderaba lentamente
de
Cuba a nombre del socialismo –detrás de cuyo impenetrable entramado se
encontraba
el imperio soviético, aportando la friolera de 5 mil millones de dólares
anuales a la isla, con la consecuente influencia ideológica, el desastre
espiritual del pueblo y la ruina social.
Revolución del
yo o totalitarismo de la libertad de un solo hombre, que dio lugar a la
mistificación deformante de la historia: la del líder que vive por
todos, que es todos y al que todos transfieren la responsabilidad para
poder, sin mayores remordimientos de conciencia, ser esclavos de don
nadie. Dictadura ficción, pues, donde la realidad se transmuta en lo
irreal, en lo absurdo, en lo que no puede ser, que encubre una
plutocracia militar seguida por
fanáticos del estado, en un régimen cuya autoridad va más allá de sus
límites, perdiendo por consecuencia toda legitimidad y anulando así el
concepto. Autoridad perfectamente arbitraria y desautorizable que, como
la monarquía sin majestad, sólo se sostiene por la fuerza de la
dialéctica de la fuerza, de la dominación ideológica y del control
social, en un sistema policiaco donde reina la delación y la
denuncia y se anula por completo la vida privada. Líder en quien se
deposita, pues, toda libertad, con licencia para todo tipo
de abusos y autoritarismos que no puede dar a colación sino una
Revolución
vacía y sin convicción, esencialmente antidemocrática, dogmática y
dictatorial,
donde no se permite la oposición ni la libertad de expresión o de
pensamiento,
ocasionando al pueblo un incuantificable daño moral, dejando a la
población inerme y muda o hundida en la humillación del abyecto
colaboracionismo.
VIII
Por último, el
jueves 19 de abril de 2018, a 59 años de la Revolución Comunista Cubana, 604
diputados de la Asamblea Nacional de Poder Popular votaron por Miguel Mario
Díaz Cané, de 57 años de edad (1960), en sustitución de Raúl Castro Rus (1931),
como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, obteniendo un
99.83% de los votos de diputados (603).
Reservándose para Raúl Castro el
cargo de 1er Secretario de PCC, hasta el 2021, siendo ésta la fuerza superior
de la sociedad y del Estado que él mismo preside desde 2011, quien fuera
Presidente de Cuba luego de que su hermano Fidel enfermó de gravedad, siendo
luego ratificado en elecciones por dos periodos de cinco años, de 2008 a 2013 y
de 2013 a 2018, en su calidad de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y los
servicios de inteligencia y contrainteligencia. El nuevo presidente tendrá así
que luchar contra el colapso del sistema y la ruptura generacional, continuando
con las reformas iniciadas con “relentilizaión” por Raúl Castro desde 2008,
eliminado prohibiciones absurdas, lo que permitirá ahora a los cubanos alojarse
en hoteles, comprar coches y viviendas, acceder a servicios de telefonía
celular, al wifi y a los ordenadores, a los DVD, viajar al extranjero,
rebajando el empleo estatal, sobrecargado con un millón de burócratas, abriendo
la economía a la iniciativa privada y permitiendo el trabajo por cuenta propia,
actualizando con el ello el modelo económico, sobrecargado con más de un millón
de empleos estatales –reformas que han sido calificadas de timoratas.[6]
Tachado por la prensa de hombre gris,
sin colores, Miguel Díaz Cané es ingeniero electrónico (1982) por la
Universidad de Villa Clara Martha Abreu, Cuba. Ha sido profesor universitario, egresado
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), miembro de la Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC), con misiones a Nicaragua, del que fue dirigente en Villa
Clara, y luego 2º Secretario de Comité Nacional del UJC en1993. Desde 1991 es
miembro del Comité Central del PCC, Secretario del Comité Provincial del
Partido en la provincia de Villa Clara.7 Durante su etapa como máxima
autoridad política en dicha provincia se caracterizó por impulsar importantes
reformas dentro de la vida cultural en la provincia, entre ellas la apertura y
apoyo al Centro Cultural "El Mejunje" en la ciudad de Santa Clara, el
primer local en acoger espectáculos de travestismo en Cuba. Fue 1er Secretario
de PCC en Holguín en 2003, entrando como miembro del Buró Político a
proposición de Raúl Castro en 2003. Fue Primer Secretario de la Provincia de
Holguín, sufriendo la región una devastadora sequía. De 2009 a 2012 se
desempeñó como Ministro de Educación Superior y fue nombrado entonces Vicepresidente
de Ministros, sustituyendo a Ramón Machado Ventura, convirtiéndose en el 2º del
gobierno cubano. Amante de las tecnologías de punta, puede considerarse un
tecnócrata que promueve la línea férrea del PCC, negándose a realizar
elecciones libres.
De su primer matrimonio con Martha
Villanueva tiene dos hijos, quienes ahora tienen la banda de rock “Polaroid”, y está casado en la actualidad con Lis Cuesta
Peraza, funcionaria turística cultural de Paradiso. En el año de 2013 le dio un
nuevo diseño al periódico oficial Granma. Considerado como un ortodoxo
que no hace ruido, Miguel Díaz Cané, elegido por una votación de círculos
concéntricos y jerontocráticamente, lo que en la práctica resulta un “dedazo”
de la cúpula del Buró Político (sociedad cerrada dominada por Raúl Castro,
Machado Ventura, Ramiro Valdez y Guillermo García), llevará el timón de un
sistema petrificado y moribundo, teniendo como reto, más que la unificación de
la moneda o la transición hacia el ´pluralismo, la legitimidad del modelo,
caracterizado por el sacrificio de la población y por el rechazo a toda
diferencia política, donde toda oposición es bloqueada y sólo existe la voz
oficial del partido único (totalitarismo).
A.E.
[1] No
sabemos a ciencia cierta si se trata en aquella supuesta detención por parte de
Arturo “El Negro” Durazo Moreno, quien fuera policía judicial, ni si cayó
realmente en la prisión de Lecumberri. El Jefe de la Policía del D.F
(1978-1982) durante el sexenio de José López Portillo se jactó en diversas
versiones de haber torturado y vejado a Fidel castro y al “Che” Guevara, cuando
trabajaba como judicial en la Estación de la Policía de Sabino # 637, habiendo
sido llevados para interrogarlos a la cárcel, una casa de seguridad, de Sadi
Carnot de la PFS, bajo la órdenes de
Sahagún García Baca. No podemos saber si se trataba solamente de una balandronada
del jefe policiaco, quien cometió todo tipo de excesos, morales, físicos y
verbales -quien en sus años mozos se negó a pelear con “El Pajarito” Moreno,
pues se juntaban en la parranda, siendo Durazo ajonjolí de todos los moles,
convirtiendo a la postre a la policía capitalina en una especie de sindicato
del crimen. Ver también Isabel Custodio, El amor me absolverá. Ed. Ink.
México, 247 págs. 1ª Ed. 2005.
[2] José González González, Lo
Negro del Negro. Ed. Posada. México, 1983.
[3]
El número de amantes de Fidel
Castro es indeterminado, variando las especulaciones de 100 amoríos, las
más
conservadoras, a 35 mil, las más delirantes –pues en el mundo de
sinvergüenzas
cubanos se suele decir que el sexo es deporte nacional. Lo cierto es que
tuvo
por mucho tiempo un cuarto en el Hotel Habana Libre, en el que le
contaba a una
muchacha de 15 años, que su ideal es que cada cubano tuviera un coche.
Su vida
excesiva, de libertad irrestricta, lo llevó a parejos excesos de la
libido
sexual, teniendo siempre 2 o 3 mujeres a su lado. Cuadro que empezaría
desde
temprano, cuando empalmo a su matrimonio con Mirta Díaz Balard -con
quién casó el 12 de octubre de 1948, cuando era estudiante de derecho-,
el amorío con una mujer casada, , llamativa,
bonita, elegante, distinguida y… casada también: Natalia Revuelta, con
quien se
carteaba cuando estuvo preso en la cárcel de Boniato (donde sufrió su
primer
atentado con un bacalao envenenado) y luego en la Isla de Pinos (donde
permaneció por 22 meses junto a su hermano Raúl, aislados), a raíz del
atentado
contra el Cuartel Monada en 1953, siendo uno de los motivos del
previsible
divorcio, y con quien tendría una hija, la disidente Alina Fernández.
Hombre tímido e
introvertido de carácter, caballeroso, agradable y fino con las mujeres,
en la
intimidad, intenso, amoroso y tierno, a decir de la misma Isabel
Custodio. Rasgos
aunados a una sinuosa personalidad compuesta por su tenacidad gallega,
por su
persistencia, no menos que por su logorrea irrefragable, su narcicismo
ínsito y su continental egoísmo, propios del líder capaz que aunaba a
sus fervientes
catilinarias contra el imperio la incapacidad de asistir a los combates
armados y de ordenar la economía popular.
[4] Tal vez participó también en
otro largometraje: Easy to Wed
(1946). Lo cierto es que viajó a Nueva York, para su luna de miel, en el
año de 1948, disfrutando
de un azucarado regalo de su padre de más 10 mil dólares, quedándose en
EU por tres meses y comprando un Cadillac Lincon de lujo para
trasladarse a Miami. Luego del fracaso de su Bufete Jurídico, vivió
siempre sin trabajar, primero a expensas de su padre Angelito Castro
Arguiz, quien tenía una huertica de azúcar de 92 kilómetros cuadrados en
Birán,al Oriente de Cuba, y luego a expensas de la Revolución
libertadora.
[5] Expediente de cinco folios RN
3859, en el Archivo General de la Nación.
[6] “El Legado de Castro”. El País. La Habana. El Siglo de Durango. Mundo.
Jueves 19 de abril de 2018.
Increìble y maravilloso relato, leyenda y realidad deun hombre de su tiempo. Comandante Fidel Castro
ResponderEliminarUn tirano
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