- CONFÍN
- Vamos por el confín del tiempo
- por un sendero de arenas movedizas
- entre un valle de sombras cenagosas
- encallados en la isla del olvido.
- Marchamos lejos, paso a paso, del origen
- con el alma sedienta y ya desierta
- por siniestros y oscuros arrabales
- acosados por presencias vagarosas.
- Los botes de otros días y sus mareas
- se deslizan a los áridos confines
- del reino de las luces espectrales
- aherrojados por murallas fantasmales.
- Por querer hacer que fuera nuestra
- la ley por la cual pertenecemos
- no la palabra se escucha en ese valle
- de aletargadas desdichas sin espera
- donde el humo mantiene prisioneras
- a las antiguas potencias de la tierra
- -dejando todo trabajo derramado
- en las aguas que corren hacia abajo.
- Las cisternas del saber que presumimos
- construidas en el fulgor del medio día
- quebrantadas en sus hondas cañerías
- dejan filtrar el agua de sus pozos.
- La última gota, sin saber a dónde,
- se ha derramado o se evapora con la tarde
- en el tortuoso valle y no se encuentra
- la corriente que manaba de la fuente
- sino el vaho, el sudor, tal vez la goma
- y los ojos sin luz, cifrados en ambiguas
- posesiones o decorando sus pasiones
- entre murmullos de la carne amotinada.
- Más en el valle está renaciendo el río
- del prodigio, surgiendo siempre en medio
- de la riente fuente -no su corriente,
- que el tiempo incesante ha desleído.
- Porque la sed de luz un día será saciada
- por un agua sin salitre y sin abismo
- -como el río que crece desbordado
- despejando a los vientos movedizos.
- ALBERTO ESPINOSA OROZCO -México
- Revista Poética Azhar
- Marzo de 2021
- Número 110
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