Secuencia del Verano
Por Alberto Espinosa Orozco
I
Este verano inerte y sofocado
Ahogado en su denso peso bruto
Que se echa como una bestia agonizante
Empapada de fiebre y vacilante.
II
Delirante verano taciturno
Que en su espejo de fiebre
Por fin lento se atreve
A beber con sus ojos ya dormidos
Lo que a sus ojos presuroso viene.
III
El denso verano que me mira
Pesadamente y a la vez vacío
Como un sonámbulo camina
Mirando introvertido en su delirio
Confundiendo sus pasos con los míos.
IV
Derrumbado sobre sí como el casillo
Que la porosa arena con las olas mina
Así este verano terco que se obstina
En deshacerse a nuestros pies como una ruina.
V
No hay nada que ilumine con su fuego
Este verano muerto anegado de neblina
Consumido por dentro en su reflejo
Dañando flojamente a quien lo mira.
VI
Ardiente verano bobo y consumido
Picado por los pájaros sombríos
Hinchado en su neblina allá afuera
Al grado de volverse una quimera.
VII
Llueve polvo:
Las ruinas de la aldea se derrumban
La fatigada luz igual que el barro
Que se anega de olvido en el chubasco
Se satura de negligente polvo helado.
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